Arturo García Gaytán
¿Qué hace cuando una pluma consagrada por la sociedad nos muestra su lado militante y da al traste con el concepto que se tenía sobre ética y objetividad? Tal vez al ser tan grande su fama y prestigio le permite escribir cualquier cosa a expensas de que será consentido sin consecuencias.
Antes de convertirse en libro, Leduc aclara que esta obra se publicó anteriormente como volante, transitó a panfleto y después transitó a formato impreso de libro, aunque siendo un poco toscos sus 129 páginas no le alcancen para tal merecimiento.
El que avisa no engaña, Renato se presenta al lector, hijo de, nacido en, crecido también en y anda en tales, Leduc no ocultó su filiación comunista y la gran afición por la fiesta brava.
En cada página del libro deja constancia del paso de Joaquín Hernández Galicia, La Quina, y de Salvador, Chava Barragán Camacho, por las filas del sindicato nacional de trabajadores petroleros de la república mexicana.
Pasando páginas uno descubre que parece más un intento de equilibrar marcadores, pues Leduc desnuda la gestión de Jesús Reyes Heroles, como director de PEMEX así como los golpes bajos e ignorancia de éste en el sector, lo que le costó la vida a más de un operario.
Siendo honestos, Renato Leduc parece más jefe de relaciones públicas o vocero de La Quina, que un distinguido periodista denunciando y señalando hechos sobre la pésima intervención de un consentido del sistema, y, al no encontrar objetividad se pierde el interés por la lectura.
Seguramente hay mejores textos redactados por el maestro Leduc, éste no es uno de ellos, tal vez abordado como breviario cultural se aprecie mejor sin empañar la firma de un autor tan respetado.
Los diablos del petróleo fue impreso en México por el año 1986 por la casa editora Nuestra América.
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