El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, desestimó los señalamientos del padre Mateo Calvillo, quien fue brutalmente golpeado el pasado miércoles en el municipio de Queréndaro: “fue un incidente de tránsito” porque el sacerdote “atropelló a un perro”, dijo el mandatario.
Ramírez Bedolla agregó además que de esta agresión derivada según él de un problema de tránsito, “se hizo un tema mediático nacional» hy acusó a los medios de comunicación de intentar vincular el hecho con la ejecución de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua; «todo hace suponer que fue un incidente de tránsito donde no hubo armas implicadas», apuntó.
El sacerdote habría atropellado a un perro momentos antes de ser golpeado por no detenerse a atender al dueño del perro, dijo Alfredo Ramírez y por un “perro atropellado no vamos a atropellar la imagen de Michoacán», subrayó el gobernador.
Y a pesar de la golpiza que le dieron en el rostro al Padre Mateo Calvillo, Ramírez Bedolla dijo que se sabe que su vida no corre peligro.
En este contexto, cabe recordar que el sacerdote fue agredido cuando llegaba al municipio de Queréndaro y el párroco describió al agresor como «un psicópata, alto y fuerte, moreno, con entradas en el pelo, tenía en los puños un arma, se dirigió a mí, abrió la portezuela de mi auto me destrozó la cara, dejándola con hemorragias terribles».
En este sentido, Ramírez Bedolla señaló que no está comprobado que la persona que lo golpeó estuviera armada, pues toda la información que se sabe ha circulado por medios de comunicación y no de una manera formal porque el sacerdote no ha presentado la denuncia correspondiente.