Sergio Cortés Eslava
Con mi solidaridad, respeto y admiración para don Hipólito Mora
Qué pena y asombro causó el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla –lo es–, cuando el lunes pasado en su remedo de mañanera a lo AMLO, dudó de la veracidad del atentado a Hipólito Mora Chávez, creador de las autodefensas en Michoacán allá en 2013.
Cuando un reportero le preguntó al pariente político de Adalberto Fructuoso Comparán Rodríguez, ex alcalde de Aguililla, detenido el año pasado en Guatemala acusado de ser uno de los principales introductores de droga a la Unión Americana, sobre el atentado en contra de Hipólito Mora, sin la mayor sensibilidad política para su rango, se le fue a la yugular.
«Desde que ocurrió a mí me sonaba raro el asunto y desde las primeras imágenes que nos llegaron, estas dos personas que fueron asesinadas no portaban armas.
“Entonces se va a llevar a cabo la investigación, se está llevando; entonces yo le pido mucha responsabilidad a la Fiscalía del estado, nosotros también seremos muy responsables, pero aquí vamos a hablar con la verdad, nada de que yo soy yutuber y soy famoso en las redes y por eso digo lo que quiero. No, Aquí vamos a hablar con la verdad», dijo Bedolla a los «chicos» de la prensa.
Y remató: “Yo ya les dije, los grupos de autodefensas eran y son dedos chiquitos, manos o brazos de alguna banda de delincuentes. Así de claro. Entonces este caso se va y se está investigando por cómo aconteció, cómo ocurrió”.
Sin siquiera esperar las investigaciones de la Fiscalía, descalificó el hecho porque en los cuerpos inertes no había armas, como si no supiera –ahora queda claro que o no sabe o se hace–, que los sicarios cuando pierden a sus «soldados», si pueden, se llevan las armas y municiones para no generar merma en sus arsenales.
Ahora resulta que Hipólito Mora merece la duda, el descrédito, la falta de veracidad en lo que dice, porque usa las redes sociales para comunicar lo que se le pega la gana, como lo hace Bedolla que hasta anunció que «era un honor marchar con Obrador» y más banalidades propias de un populista o una mala copia de uno de ellos.
De acuerdo entonces con Bedolla, si yo gobernador uso las redes sociales, está bien, si las usa otro, es yutubero que quiere ser famoso.
También califica juzga y sentencia que los grupos de autodefensas forman parte de grupos del crimen organizado, como su tío político.
Vamos a hablar con la verdad, dice Bedolla:
Dónde estaba Bedolla cuando en Michoacán, en casi sus 113 municipios, violaban a mujeres, a niñas, a jovencitas.
Vamos a hablar con la verdad, dice Bedolla:
Dónde estaba Bedolla cuando en Michoacán ejecutaban a hombres, mujeres, niños, ancianos.
Vamos a hablar con la verdad, dice Bedolla:
Dónde estaba Bedolla cuando en Michoacán el crimen organizado mandaba desde hacía años atrás de 2013, cuando surgió la Familia Michoacana.
Vamos a hablar con la verdad, dice Bedolla:
Como político del nivel que haya sido en ese entonces, no lo vi agarrar un AK-47 para defender a las familias desgraciadas de Tierra Caliente, del Oriente, del Occidente, de la Ciénega de Chapala, del Valle Zamora, del Valle Morelia – Queréndaro.
Vamos a hablar con la verdad, dice Bedolla:
Hipólito Mora y cientos más sí cogieron las armas para defender lo que era suyo, para defender a sus familias, sus propiedades, sus vidas ante la indiferencia de los poderes, penetrados ya por el crimen organizado.
Vamos a hablar con la verdad, dice Bedolla.