Rueda de Molino

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Alcanza la “corrutción” al clan López Obrador y los opositores enmudecen

Jorge Hidalgo Lugo

Las evidencias irrebatibles que la familia López Obrador participó y participa en actos de deshonestidad, “corrutción” y latrocinio, han pegado duro en la imagen de quien pese a todo busca mantenerse en su discursiva de ser el único en este país al margen de esas debilidades humanas.

Y hasta lo alardea cuando rememora al poeta veracruzano, Salvador Días Mirón cuando mal aplica en su persona la famosa frase del poema “A Gloria”:

-“Hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan… ¡mi plumaje es de esos!”…

Así lo recitó sin empacho ni rubor alguno cuando los video escándalos de su hermano Pío, embolsándose pacas de billetes, ya habían pegado en su línea de flotación.

De nada sirvió que se apresurara a señalar que eran “contribuciones” lo recibido para “la causa” que él representaba y representa.

La intentona de este maestro del engaño y la distracción, no fue esta vez redituable.

Mucho menos porque cuando apenas comenzaban a palidecer en parte, los efectos de esa presunción de delito electoral que obliga a una indagatoria formal, surgió otro delito no menos grave, cuestionable, por tratarse precisamente del proyecto que engañó a millones de personas al venderse como la “Esperanza de México”.

En esta ocasión, el presumible desfalcó de la hacienda pública municipal en Macuspana, Tabasco, por 300 millones de pesos donde figura la recomendada por el hoy Presidente de México, para figurar y obtener la sindicatura del Ayuntamiento, Concepción Falcón Montejo, quien es esposa de Ramiro López Obrador, otro hermano del que se ufana en encabezar “el mejor gobierno en el peor momento”.

Todo comenzó el 2 de septiembre pasado cuando Roberto Villalpando Arias, alcalde en la tierra natal de Andrés Manuel López Obrador, solicitó licencia permanente a su cargo, igual que otros 11 regidores, en el marco de una manifestación en palacio municipal por parte de pobladores de la región quienes exigían obras para sus comunidades.

Sospechas aparte, Ricardo Fitz Mendoza diputado local por el Partido de la Revolución Democrática, presidente de la segunda comisión Inspectora de Hacienda en el gobierno tabasqueño, había señalado que en la cuenta pública correspondiente al 2019, se habían detectado diversas anomalías por el orden de los 355 millones de pesos en la revisión correspondiente.

No pasó mucho tiempo para que el órgano fiscalizador del Estado tabasqueño tomara cartas en el asunto, hiciera las tareas correspondientes que culminaron con denuncias penales contra quienes resulten responsables del desfalco detectado.

Con el boquete financiero detectado, los nombres de presuntos implicados expuestos a la opinión pública y la renuncia en pleno del cuerpo edilicio, el pasado 5 de septiembre asumió el mando del municipio de Macuspana un Concejo de tres miembro, designado por el Congreso de Tabasco.

Y así quien apenas días antes en su panegírico plagado de auto elogios, enfatizara que “este gobierno no será recordado por corrupto”, ha hecho mutis, y la pira mediática que acostumbra atizar desde Palacio Nacional ha enmudecido repentinamente ante esta nueva evidencia que hay abusos de poder y enriquecimiento ilícito donde participa el clan López Obrador, sin llegar aún el fuego al terreno de los hoy poderosos y pujantes empresarios, hijos del que parece ya no sentir lo duro sino lo tupido.

Mientras esto acontece, Andrés Manuel se dedica a buscar camorra en un afán de distraer la atención pública y seguir en campaña permanente, sobre todo ahora con mayor desesperación precisamente por estar desgarradas las banderas que enarboló por más de 18 años de incendiario desde la disidencia. Ni honesto ni capaz de acabar con la corrupción en su entorno familiar, y peor aún, en su círculo cercano de mascotas o floreros, como mejor les acomode el calificativo.

Sin embargo, es de reconocer que quien mintió en su informe al decir como “timbre de orgullo” que gracias a sus estratagemas clientelares “ayudamos por medio de los programas sociales a 23 millones de familias”, no deja de lado la actitud de pendenciero rebelde y lo mismo ataca a deportistas de élite por el dinero que ganan, como se burla del matrimonio Calderón Zavala al recibir el golpe ordenado desde Palacio Nacional para no obtener el registro como partido político en los último minutos del trayecto oficial.

Sumisión del Instituto Nacional de Electores que doblegaron cualquier asomo de autonomías ante la presión tiránica ejercida por el vecino del zócalo de la Ciudad de México, como antes había logrado otro de sus éxitos al patear al Partido del Trabajo para privilegiar una alianza de facto con el PRI, a cambio de la presidencia del Congreso federal para este último año de ejercicio legislativo en San Lázaro.

Trueque donde se presume hubo una tregua para aminorar la ebullición creciente provocada por las delaciones, aún sin sustento probatorio, de Emilio Lozoya Austin, convertido en delincuente con fuero, merecedor de toda clase de privilegios y consideraciones por instrucciones presidenciales.

Bajo este escenario dio inicio el proceso electoral que se vio empañado con la renuncia de una decena de mandatarios de otras tantas entidades a la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), tras acusar a Andrés Manuel López Obrador “de poner en riesgo la democracia y atizar la confrontación política desde sus conferencias mañaneras.

Con todos estos elementos en contra, Morena y su dueño podrían estar en riesgo de perder los comicios siempre y cuando haya realmente, un bloque opositor que sepa leer lo acontecido para, caprichos, obsesiones y protagonismos al margen, se unan y den la pelea porque de otra forma, la elección de Estado que se prepara podrá borrarlos y para siempre, del escenario político nacional.

No más, pero no menos…

Vale…