Jorge Hidalgo Lugo
Los tiempos se acortan y en el escenario nacional, un ambiente dramático se cierne en torno a la jornada comicial que parece salirse ya del control del obradorato, ante el empuje real, no mediático, que ejerce la sociedad civil pese al aparato de Estado que pretende descarrilar cualquier aspiración democrática para que México recupere el rumbo, deje de ser el suelo ensangrentado y a merced del narco crimen cuyo avance es inocultable ante la siniestra complicidad que significa la estrategia de abrazos y no balazos.
Un inicio de año que deja en claro el predominio de las bandas delincuenciales ocupando más del 80 por ciento del territorio nacional, concentrando su inquebrantable poder en al menos un centenar de los 300 distritos electorales federales en disputa y una actividad creciente que arroja en la primera quincena del año comicial un saldo macabro de mil 30 ejecutados, y contando.
Cifra que se suma a los 176 mil 725 víctimas oficialmente reconocidas a manos del crimen organizado que vive en un estado de confort injustificable, ante la permisividad manifiesta que el gobierno federal les otorga pese a la militarización continua que se hace del país, no sólo en los presuntos patrullajes y tareas de vigilancia, sino entregando como nunca antes en la historia moderna, actividades de la vida pública que les debieran ser ajenas pero que en los hechos, tampoco han dado resultados satisfactorios, convirtiendo en podredumbre el prestigio que pudo haber tenido el Ejército mexicano en su conjunto.
Y ante los atropellos de poder que son ya de una vileza insufrible, López Obrador se empecina en conducir la carreta de putrefacción rumbo a la elección de Estado que garantice la continuidad de su proyecto, a través de una corcholata que para su desgracia, resultó ser poco redituable y por demás incapaz para entusiasmar al menos a la gusanera que dice tener cautiva con sus limosnas del bienestar, fanaticada que no crece y parece estancada en los 20 millones, 10 menos de los que cayeron en el engaño del 2018 cuando ofreció ser “la esperanza de México”.
Por ello la desesperación en que incurre para buscar lances populistas y electoreros, que distraigan la atención de los mexicanos y para ello eche mano de los multimillonarios recursos que guardó en el arsenal para estos momentos, mantener un cerco informativo en contra de la pesadilla en que se ha convertido Xóchitl Gálvez y hacer creer que la elección está desde ahora definida con abismal ventaja para #EsClaudia, cuando en los hechos la popularidad del falso redentor tabasqueño, va en caída libre.
Porque los focos rojos en el cuarto de guerra instalado en Palacio Nacional se mantienen encendidos y juegan a echar lodo al ventilador maximizando los acuerdos entre impresentables como Alejandro Moreno y Marko Cortés, pese a que en el partido de Estado el ambiente despida olores a zahúrda, con sus inocultables y evidentes acuerdos mafiosos en la recolección de desechos tóxicos que en la pepena electorera hacen de priistas, panistas, emecistas y lo que queda de perredistas, en el camino.
Esto es que se espantan del muerto pero se abrazan de la mortaja, como es el caso de Yucatán donde han reciclado a lo más rancio del priismo traidor y dinosáurico representado por Jorge Carlos Ramírez Marín y Verónica Camino Farjat, para que sean sus abanderados al Senado de la República, como en el sexenio anterior lo hicieron bajo las siglas del tricolor.
Pero lo importante es no caer en la engañifa que ahora fragua con su paquete de reformas a la Constitución, en el entendido que bien conoce no van a prosperar pero a cambio, tratara por enésima ocasión victimizarse y generar un sentimiento de encono contra opositores que no avalen estupideces como esa de pretender disponer de pensiones y ahorros de los mexicanos trabajadores, para que él pueda manejarlos a su irresponsable antojo una vez que ya no tiene de dónde estirar la cobija para satisfacer sus derroches criminales traducidos en obras faraónicas e inútiles como la refinería, la centra avionera y el tren ecocida en el sureste del país.
Mientras tanto y con todo lo que representan los fardos, esos lastres que carga como alianza opositora, Xóchitl Gálvez permea en su tarea de gastar suela, campaña de tierra que no de aire, donde pega y cimbra con un discurso que tiene al alcance de la mano y de fácil manejo, precisamente basado en los yerros interminables de esta administración de pesadilla que amenaza querer continuar bajo la falacia de “construir el segundo piso a la transformación” y todo el desastre nacional que en esta propuesta cabe.
Por ello es de resaltar el mensaje que dirigió a sus seguidores en el evento del finde semana realizado en la capital del país, donde la senadora hidalguense puso el dedo en la llaga y lastimó profundamente al iracundo dictadorzuelo macuspano.
“A ti, que te la estás rifando con fuerza y corazón en todo México, porque sabes que tu familia merece más. Hoy, yo les pregunto: ¿Están listos para la lucha más importante de nuestras vidas? ¿Están listos para luchar por lo que más quieren? ¡Yo estoy lista!”, lanzó la arenga
Y con la determinación de encarar con valor lo que venga, recordó a propios y extraños que en su recorrido por el país ha encontrado un profunda y dolorosa crisis que está destruyendo el alma de México.
Bajo ese contexto lanzo el golpe contundente con la fuerza de la verdad:
“Con este gobierno, con este presidente, México está perdiendo tres valores fundamentales. El valor de la vida, de la verdad y de la libertad, porque se pierde el valor de la vida, cuando el gobierno es absolutamente insensible. Cuando no se conmueve ante la muerte de sus propios ciudadanos. Cuando la autoridad, abraza a los criminales y culpa a las víctimas”.
Por si fuera poco, sacó del arsenal inagotable pasajes recientes del obradorato y sus funciones mañaneras al recordar que es lamentable “cuando se pretende borrar de un plumazo a los desaparecidos y se ríe a carcajadas ante las masacres. Cuando el gobierno abandona a las policías a su suerte”.
Tejió fino, pero conciso y fustigó el ego del tirano por usar a nuestros soldados y marinos “para satisfacer los caprichos del Presidente, dejando al pueblo a merced de los delincuentes.
“Se pierde el valor de la vida cuando al gobierno le da lo mismo que, en un hospital público, un elevador mate a una niña inocente.
“Cuando al gobierno le da lo mismo que se mueran a diario niños enfermos por falta de medicinas. Se pierde el valor de la vida, cuando da lo mismo que la gente muera en el Metro, por culpa de una gobernante incompetente.
“Cuando le da lo mismo la muerte de 800 mil personas en la pandemia de Covid. Que nunca se nos olvide: México fue el país con más médicos y enfermeras, muertos en la pandemia”.
Y a manera de recordatorio asumió la responsabilidad de exhibir a este Gobierno fallido de ser responsable de la muerte de más de un millón de mexicanos. Entre ellos 800 mil por la pandemia. 175 mil por la violencia y el crimen. Y los que desafortunadamente faltan.
Además de 120 mil muertes por la destrucción del sistema de salud y el desabasto de medicinas, todo en sólo cinco años, reprochó para cerrar contundente el reclamo de no dar continuidad a la inseguridad, porque “¡Claudia es claudicar!”…
Además de reprochar que ningún presidente que diga amar a México “puede despreciar tanto a sus propios compatriotas. Puede atacar con tanto odio a la clase media, a la que le ha dicho de todo. A quienes trabajan duro. A quienes estudian. A quienes educan. A quienes emprenden. No puede atacar así a quienes sueñan con un mejor futuro. A quienes quieren salir adelante y sacar adelante a nuestro país. A quienes quieren dar una vida mejor a sus familias”.
Todo sin dejar de lado la amenaza del obradorato que ahora van por las pensiones, por los ahorros de toda la vid de la clase trabajadora, para alertar que no permitamos se pierda la libertad porque “se pierde la libertad si se deja que el gobierno amenace a la democracia por su maldita ambición de poder”.
Hasta ahora, la contraparte no da muestras de reaccionar y como badajo de campana, luce en espera de indicaciones para la reacción a través del control remoto que porta en el bastón de mando que a la fecha le ha servido a su pastor para maldita la cosa.
Mientras que en todos los rincones del país se comenta la advertencia que ya todos conocemos y que se fragua desde las catacumbas del enrejado palacete:
“Hay que estar preparados para impedir una elección injusta y dispareja, con todo el poder y todo el dinero del Estado en nuestra contra. Una elección injusta y dispareja, donde algunos medios ignoran y bloquean nuestra campaña”.
Mensaje en su conjunto que llenó de optimismo a esas inmensas mayorías que siguen en espera de hacer valer su peso electoral y de las que no tiene control, para su berrinche autocrático, el payasito de Palacio Nacional…
Vale…