Morelia, Mich., 16 de mayo de 2024.- En Pátzcuaro no hay duda, vamos a recuperar su grandeza y esplendor, generando condiciones de seguridad, paz, desarrollo y crecimiento, aseguró Araceli Saucedo Reyes, candidata al Senado de la República por la Coalición Fuerza y Corazón por México.
En un encuentro con empresarios en Pátzcuaro, en compañía de Samanta Flores Adame, candidata a presidenta municipal, y Alejandra Velázquez y Macarena Chávez, candidatas a diputadas federal y local, Araceli Saucedo apuntó que hoy las mujeres en Michoacán escriben historia por la unidad, el desarrollo y la paz y que unidas van a luchar para garantizar que se apueste al desarrollo económico, y se otorguen incentivos en apoyo de las micro, pequeñas y medianas empresas.
“Es sin duda alentador ver cómo las mujeres asumimos con toda responsabilidad nuestro deber con esta querida tierra, porque sabemos qué es lo que está en juego y en unión, habremos de poner nuestro esfuerzo y empeño por el rescate de México, de nuestro entrañable Michoacán, y de este generoso municipio, en donde nos comprometemos con ustedes a luchar para que se reactive la economía mediante esquemas y programas, fortaleciendo la legislación y en materia de presupuesto”.
Recordó que la próxima presidenta de la República, Xóchitl Gálvez es una aliada de Michoacán, por lo que, desde el Gobierno Federal, y ella desde el Senado de la República, cristalizarán las acciones, proyectos y programas que las y los michoacanos vienen demandando para la atención de los problemas que día a día enfrentan.
“Vamos por empleos bien remunerados que permiten garantizar igualdad de oportunidades para el desarrollo de todas las personas, elevando el nivel general de vida, pues es la forma más eficaz para que todas y todos estén en mejores condiciones de ejercer sus derechos y como condición de prosperidad general”.
Araceli Saucedo destacó que se respetará la vigencia de todos los programas sociales y aplicación de otros más para que las familias puedan salir de la pobreza, por eso se dará continuidad de los programas y su gradual reorientación para mantener y ampliar su cobertura de modo que integre como sus beneficiarios a los 47 millones de personas que viven en condiciones de pobreza, y pobreza extrema.