Rueda de Molino/Primero deja que se “viole” la soberanía por acuerdo de colaboración y ahora la Señora Presidente quiere victimizarse

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Jorge Hidalgo Lugo

Algo más que ese juego perverso y por demás engañoso a través de la cobertura mediática que mantiene con dinero público, va a necesitar la Señora Presidente para justificar su aparente resistencia de no aceptar las prospectivas que el gobierno de Donald Trump tiene para combatir en suelo mexicano a los cárteles criminales ya enlistados oficialmente como terroristas, y preferir la victimización como recurso desesperado ante lo que es inminente: el descobijo a la complicidad siniestra que prominentes cuadros de Morena (Vr. Gr. López Obrador) y sus promiscuos aliados tienen con esas células delincuenciales.

El esquema marcado por el ogro del bisoñé no ha variado ni va a ser modificado por más que se tire al piso y patalee quien de una justificación pasa a otra, como parte de su engañifa “queda bien” que utiliza como estrategia para ocultar que vive momentos de apremio no sólo por la presión que se ejerce desde la Unión Americana y sus embates en todos sentidos, sino también con los de casa quienes al parecer la zozobra y el temor por quedar al descubierto, los hace cometer abusos y atropellos a la inteligencia como ese alarde de seguir defendiendo a sujetos patibularios como Rubén Rocha Moya, Alfonso Durazo, Ignacio Ovalle, José Murat, Miguel Ángel Yunes, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Martí Batres o Cuauhtémoc Blanco.

Porque a posiciones serias, sólidas, con elementos que los respaldan, el círculo rojo de Donald Trump no sólo dio a conocer el listado de los cárteles mexicanos que serán combatidos en calidad de terroristas, sino además mantiene abierta y públicamente las tareas de espionaje en territorio nacional, ahora también obligadamente aceptados por la Científica quien arguye son parte de la “estrategia conjunta” que se realiza cuando al principio lo negó o dijo no tener conocimiento de esa flagrante violación a la “soberanía nacional”, que tanto defendió en el papel desechable de su retórica insufrible.

Y cuando las cosas comienzan a pintarse de un petirrojo subido al quedar al descubierto que en menos de un mes de haber asumido la presidencia de los Estados Unidos, el arrogante republicano se ha apoderado de espacios aéreos y marítimos para detectar y tener el registro de los asentamientos donde operan los cárteles mexicanos, ahora la mascota preferida del macuspano siniestro, salga con la embajada que no teme a una “invasión” porque a ella, como si fuera el objeto o blanco de esta persecución de alta tecnología, “la protege el pueblo”.

El cambio de estrategia mediática, una vez que dio su brazo a torcer y declaró que en efecto había “colaboración” binacional en las tareas de espionaje y hasta involucrar al Senado que integra el Poder Delincuentivo ya no Legislativo con que han destrozado al México institucional y saqueado al país, que dio el visto bueno para la llegada de iluminados miembros del US Army a efecto de adiestrar a los millones de soldados mexicanos torpes e inútiles, en las tareas que hasta el momento no han sabido desempeñar como es garantizar vida y seguridad a los connacionales víctimas del crimen organizado.

La respuesta a la nueva acusación lanzada por Donald Trump donde reiteró que a México está gobernado por los carteles, lo gobierna el narco y alardear que “si quisieran ayuda, se la daríamos”, dolió en el maltrecho orgullo de la princesita de palacio.

Desde Florida y en entrevista respondió sobre la versión difundida por CNN en el sentido que la CIA utiliza drones en México para espiar a las organizaciones de narcotraficantes, Trump aceptó sin tapujos la especie y fue a más:

“Tengo una muy buena relación con México, pero creo que México está gobernado en gran medida por los cárteles, y eso es algo triste de decir. Si quisieran ayuda con eso, se la daríamos… México desde hace años, pero ahora especialmente, está dirigido por los cárteles”, aseguró para subrayar su acusación contra las autoridades mexicanas de haber “permitido que millones de personas entren en Estados Unidos a través de la frontera común”.

Bajo este contexto y sin argumento de defensa respecto al espionaje y la soberanía mancillada con su autorización, la Señora Presidente tuvo como respuesta tirarse al piso, ponerse el disfraz de menesterosa de la política, víctima de una intriga palaciega, para clamar al punto del melodramático mensaje, digno de un protagónico en la Rosa de Guadalupe, esta réplica:

“No (tengo miedo), tengo un pueblo que me respalda. Cuando uno tiene la certeza y la convicción, y sabe cuáles son sus principios. ¿Por qué uno va a tener miedo? Pero, además, el presidente Trump tiene su manera de expresarse”, respondió la gobernante en su conferencia matutina desde Palacio Nacional.

Esto como respuesta a la pregunta acordada con antelación para dar paso al lucimiento histriónico de la cuestionada respecto a si existe temor de una posible invasión de los Estados Unidos bajo el pretexto de combatir al narcotráfico en territorio mexicano.

Así mientras esto acontece, como los ratones que hacen fiesta ante la ausencia del gato que cohabita en la casa, los que realmente tienen el mando recorren el país y entregan sendas ratificaciones -¿será por lo de ratas?- a impresentables como Rubén Rocha Moya ejemplo de “honestidá” valiente y figura prominente del narco gobierno que hoy está contra la pared, para que se sepa bien que es y seguirá siendo cuadro distinguido de Morena.

El emisario para entregar estos distintivos, por si alguna duda existiera de quién lleva la voz cantante que ordena a través del control remoto colocado en el bastón de mando a la atribulada figura decorativa que ronda a oscuras y desubicada en las soledades de Palacio Nacional, es nada menos que el llamado a ser su sucesor en caso de desobediencia, o al término del sexenio, por herencia sanguínea y heráldica irrebatible: Andy López Beltrán.

Para dejar allanado el camino a la impunidad, estos nombramientos o ratificaciones (¿por ratas?, insisto) como miembros de honor en las filas del narco partido también cuelgan en la egoteca de otros no menos impresentables como Alfonso Durazo, los Yunes (padre e hijo, igual de patibularios) y las nuevas adquisiciones que lucen con marcado orgullo extraído del basurero del PRI y PRD, entre otros desechos tóxicos.

Inmersos en demostrarle a Trump que no van a ser un hueso fácil de roer y que ni le busque a su invasión porque “el pueblo los defiende” -¡no me incluyan por favor!- la Señora Presidente da patadas de ahogado y anunció que tiene en puerta modificar la Ley de Seguridad Nacional bajo la falacia de buscar proteger “la soberanía del país”, como respuesta al ogro norteamericano al haber declarado a los cárteles mexicanos “organizaciones terroristas”.

En la marranera del pueblo o conferencia del bienestar, invocó a su gurú y recordó que dicha ley fue modificada en el 2020, durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, “con el fin de limitar y transparentar la operación de agencias de seguridad norteamericanas en México”.

“En 2020 se modificó por parte del presidente López Obrador para dejar muy claro cuál es, qué está permitido en México por parte de personal de las agencias estadounidenses… Hoy en la Ley de Seguridad Nacional está muy claro qué se puede hacer y que no se puede hacer y estamos evaluando, valorando qué cuestiones adicionales para protección de nuestra soberanía…

“Porque lo que no se puede permitir, digamos es que hagan actividades que no son parte de la colaboración o de la coordinación, entonces estamos en esta evaluación frente a este posible decreto de los cárteles o delincuencia organizada, porque aquí le llamamos delincuencia organizada, así está tipificado en el código penal”…

En su doble papel de querer quedar bien con dios y con el diablo como establecimos en nuestro despacho anterior, doña Claus va a salir más que raspada y los mexicanos peor, porque sin despeinarse Donald Trump insistió que continuará con lo acordado sobre el espionaje en territorio nacional, pero además publicó la proclama con la que se imponen aranceles universales al acero y aluminio del 25 por ciento a partir del próximo 12 de marzo, bajo la acusación a China de utilizar a México para evitar pagar lo que corresponde al respecto a la Unión Americana.

El documento señala que las importaciones de aluminio en Estados Unidos “siguen pesando sobre el precio que pueden cobrar los productores nacionales.

“También ha habido un aumento significativo en la inversión china en México, impulsada por los subsidios masivos del gobierno chino y la continua capacidad de explotar las lagunas en la política comercial de Estados Unidos”, se señaló.

“Los productores extranjeros han trasladado las operaciones de ensamblaje o fabricación a terceros países, como México. Por ejemplo, los productores chinos están utilizando la exclusión general de México del arancel para canalizar el aluminio chino a Estados Unidos a través de México y evitar el arancel”…

Una demostración más que Trump no juega y si acaso se entretiene, disfruta al ver cómo trae hecha un desastre, al hilacho que unos y otros han convertido la investidura de la primera mujer en ocupar la Presidencia de México.

Vale…