Sergio Cortés Eslava
Morelia, Mich., 14 de febrero de 2022.- El jueves 27 de enero de este 2022, la ciudad de Zamora se enteró que en una cantina y tiradero de droga conocida como La Casa Azul, un grupo de sicarios fuertemente armado, ejecutó a siete personas, entre ellas cuatro mujeres.
Pero a diferencia de aquel hecho en Uruapan un seis de septiembre de 2006, donde en el bar “Sol y Sombra”, un grupo de hombres armados irrumpió de madrugada y dejó cinco cabezas humanas sobre la pista de baile, ahora las ejecuciones múltiples poco o nada sorprenden.
En aquella ocasión, hace 15 años, la noticia le dio la vuelta no solo a México sino al mundo y se habló de la violencia desmesurada en Michoacán.
Esa vez, el grupo de sicarios ingresó al bar «Sol y Sombra» y arrojó las cinco cabezas, todas del sexo masculino, con un mensaje escrito: «la familia no mata por paga, no mata mujeres, no mata inocentes, solo muere quien debe morir, sépanlo toda la gente, esto es justicia divina».
Quince años después, las ejecuciones múltiples siguen, de hecho nunca se fueron pero se normalizaron al grado de que con las nuevas tecnologías de los medios de información, en minutos dejan de ser “noticia”.
Se repite la historia
De acuerdo con el recuento realizado por el portal de noticias articulosiete.mx aquí en Michoacán, ésta entidad ocupa el primer lugar junto con Guanajuato a nivel nacional en ejecuciones múltiples, ambas entidades diez (de tres a más víctimas), seguido de Zacatecas, donde se han presentado siete, después Guerrero con cinco, Chihuahua con tres y Veracruz dos.
Para las autoridades, los asesinatos múltiples son resultado de venganzas por las pugnas entre grupos delictivos antagónicos que operan en esas regiones, además de ser considerados incluso como hechos de propaganda, que tienen el objetivo de infundir terror entre los rivales.
Caso Michoacán
Los municipios de Morelia, Sahuayo, Zinapécuaro, Tangamandapio, Zamora, Tingüindín, Hidalgo y Parácuaro, son los lugares donde de enero a la fecha, se han registrado estas ejecuciones masivas que han dejado 40 víctimas mortales, entre ellas varias mujeres y al menos un elemento de la Guardia Nacional.
El 4 de enero en Morelia, dos hombres y una mujer fueron atacados a balazos en un domicilio ubicado en la colonia 18 de Mayo; los tres perdieron la vida, ella se llamaba Sandra Patricia, de aproximadamente 28 años de edad.
Días después, el domingo 9 de enero, en Sahuayo, cuatro sujetos fueron acribillados a balazos y sus cuerpos hallados cerca de la carretera Totolán – Venustiano Carranza; en el lugar los asesinos dejaron una cartulina con un mensaje relacionado con la pugna entre grupos criminales.
El lunes 10 de enero en Zinapécuaro, grupos rivales del crimen organizado se enfrentaron en las inmediaciones de la localidad de Ojo de Agua de Bucio; el saldo, tres personas del sexo masculino sin vida.
Días después, el15 de enero, en el municipio de Hidalgo, se registró un fuerte enfrentamiento entre las fuerzas federales y estatales contra delincuentes en la carretera Maravatío – Zinapécuaro; en la refriega, un elemento de la Guardia Nacional perdió la vida y además dos delincuentes fueron abatidos.
El lunes 17 de enero, en Tangamandapio, la Fiscalía General del Estado dio cuenta del hallazgo de cinco cuerpos sin vida, tres de ellos hombres y dos mujeres; el hecho se registró sobre la carretera La Trasquilla – San Ángel, a la altura de la localidad de Tarecuato y posteriormente las víctimas fueron identificadas como las hermanas Julieta y Ana Cristina F., de 47 y 49 años, así como Luis David C., de 47 años, Fernando Gabriel Z., de 24 años y Luis Eduardo S., de 48 años.
Diez días después, el jueves 27 de enero, en la ciudad de Zamora, se registró un ataque a balazos en el inmueble conocido como «La Casa Azul», hecho que dejó un saldo cuatro mujeres y tres hombres muertos; las víctimas mortales fueron reconocidas como Gabriela A., L., de 41 años de edad, Fernando Daniel G., A., de 22 años de edad, María del Carmen G., L., de 35 años de edad, Silvia A., L., de 40 años, Moisés M., A., de 30 años de edad, María L., Y., de 72 años de edad y Rubén Hurtado.
En el lugar de los hechos, las autoridades periciales embalaron varios casquillos percutidos calibre 9 mm.
Ya en el mes de febrero, el día uno en el municipio de Tingüindín, cuatro cadáveres fueron localizados en un predio conocido como La Yácata, en la localidad de Tacátzcuaro; ahí las autoridades hallaron los cuerpos de cuatro hombres que presentaron heridas producidas por proyectil de arma de fuego.
Ese mismo día, pero en la parte serrana de Parácuaro, se reportaron enfrentamientos entre grupos criminales y tras acudir a investigar, la Fiscalía General confirmó el hallazgo de tres cadáveres con impactos de proyectil de arma de fuego.
Ya el miércoles 2 de febrero, otra vez en Tingüindín, por segunda ocasión, se registró el hallazgo de cuatro ejecutados en La Yácata, en la localidad de Tacátzcuaro; las víctimas yacían tiradas bocabajo y todas presentaban impactos de proyectil de arma de fuego y dos estaban maniatadas.
También ese miércoles pero en Morelia, cuatro personas, dos de ellas menores de edad, fueron encontradas asesinadas en un predio ubicado en la colonia Zimpanio Sur, en las inmediaciones de la carretera que conduce a San Miguel del Monte cerca de la población de Atécuaro; tres de las víctimas eran mujeres.