Cuenta la leyenda, de que a finales de la década de los 80’s en la telenovela “quinceañera”, había un personaje llamado “El Memo”, interpretado por el actor Sebastián Ligarde, se trataba de un adolescente pendenciero que cuando se le complicaban las cosas, solía decir “Sereno Moreno, no se me engorile”.
Esa frase era usada, cuando al personaje pendenciero le salía algún respondón y entonces le decía … “Sereno Moreno, no se me engorile”, tratando así de calmar el animo y desviar el tema.
En aquel tiempo, hasta divertido y popular era, ver esa frase que por algún tiempo fue parte de la “jerga” de los aficionados a esa telenovela, sin embargo, hoy que la realidad nos alcanza, deja de ser divertida.
Lo anterior es que esa frase, se utiliza debido a la polarización auspiciada desde la mas alta tribuna de este país, donde cada vez es más difícil mantener la agenda, pero sobre todo la credibilidad de una transformación que, bajo mi punto de vista, lleva a México a un destino del que nos arrepentiremos.
Con mas de 15 días del destape de que el hijo mayor del presidente, no aprendió de chiquillo en casa, a vivir con austeridad republicana, ni pobreza franciscana, de hecho, no aprendió a vivir ni con un par de zapatos, ni con un billete de 200 en la cartera, lo que al parecer si aprendió, es a vivir bien, sin explicar el origen y a dar respuestas que por un lado carecen del más mínimo sentido común y por otro ofenden la inteligencia de los mexicanos.
Mientras el presidente exige a España que pida perdón a México por las atrocidades cometidas hace varios siglos, cada vez hay mas voces, que le exigen, que su familia y allegados, pidan perdón por los abusos cometidos al amparo de la Cuarta Transformación.
Por si fuera poco, el presidente dobla la apuesta, decide violar la ley y presentar información del ingreso de un periodista, información real o falsa, finalmente protegida por las instituciones, para evitar que se utilice con fines personales, la ley es clara y de ser cierto el origen de esta información, como ciudadanos, debemos estar preocupados y ocupados, ya que la presunción de inocencia, el secreto bancario, fiscal, personal y patrimonial, esta en riesgo, con tan solo a la solicitud del presidente, a lo que aclaro, la ley no contempla que, el presidente de la república, pueda solicitar directamente esta información al SAT.
Adicional a lo anterior, suponiendo que el origen de la información no es del SAT, esperaría, que el presidente de mi país, la verifique y analice el riesgo de presentarla, ya que el poder de su palabra aún continúa siendo muy grande y quedaría rayando en el chisme y la difamación, provocando la polarización y poniendo en riesgo al afectado y su familia.
Ahora, “malamente” y violando la ley, si un ciudadano, independientemente de su actividad laboral, tiene un ingreso licito y de origen privado, superior al del presidente, ¿dónde está el delito ?, si existe alguno, no será por el monto, sino por el origen o por el tratamiento en el pago de impuestos y entonces el camino es por la via de la denuncia, no del linchamiento mediático.
Finalmente, se cruzó el límite y se convirtió en una confrontación personal, donde se utiliza como en la época neoliberal el poder para inclinar la balanza, sin embargo, esta vez vemos que para la sociedad no fue suficiente.
Insisto …….
¡Es tiempo de los ciudadanos!, sean azules, amarillos, verdes, rojos, naranjas o morenos, finalmente, es tiempo de los ciudadanos mexicanos.