Jairo Cerriteño
Los gobiernos se han convertido desde hace varios sexenios en fábricas de hacer pobres, y es que el estado, a pesar de contar con varias zonas muy productivas, los principales factores como la violencia, el crimen organizado y la falta de oportunidades, lleva a que el principal recurso sea el negocio de terceros, es decir, otras actividades que no son las industriales ni el campo. Estas actividades representan el 33 por ciento, de acuerdo al INEGI.
La apuesta no es apoyar a quienes sostienen el 33 por ciento, tampoco al 25 por ciento que representa el comercio, ni al 15 por ciento de la agricultura, el fin es seguir manteniendo el crecimiento de pobres, los cuales en 2018 de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social el 85.7 por ciento de la población en Michoacán estaba en situación de pobreza o de vulnerabilidad por carencias o ingresos.
Para el 2020 las cosas no cambiaron, la población en pobreza extrema pasó del 5.7 al 7.6 por ciento, mientras que la vulnerable por carencias sociales pasó del 32.9 al 33.9 por ciento. Esto con dos años de un gobierno que va por poner en su agenda primero los “probes”.
El fiasco del CNDH y la boda Sheinbaum
Amor con amor se paga dicen los morenistas, y es que la Comisión Nacional de Derechos Humanos se puso en el ojo del huracán por la recomendación que le hiciera el INE, pues Rosario Ibarra en busca de ganar adeptos en su servilismo al presidente hizo una burda comparación de hechos, y al puro estilo obradorista, se fue contra el Instituto por la matanza de la Alameda en 1952, cuando el INE no existía, pues su fundación ocurrió 38 años después de ese suceso.
Por otra parte, no puede llegar a la candidatura sin una pareja, así de importante es para Sheinbaum la candidatura, pues para que todo encaje debe estar casada, esto nos recuerda a un presidente que tuvo una esposa de telenovela.