Cárteles con tácticas de guerrilla en Michoacán, causan bajas a policías y militares

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Sergio Cortés Eslava

Si bien sabían el alto riesgo que corrían al transitar en territorio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), los miembros de la Fuerza Especial de Reacción Inmediata (FERI) del Ejército Mexicano asignada a la Guardia Nacional y del Grupo de Respuesta a Emergencias del Ejército, nunca imaginaron que para ocho de sus compañeros, sería su última misión y lo peor, nunca imaginaron que esos ocho compañeros morirán destrozados por una fuerte carga de explosivo tipo mina colocada a su paso.

La información oficial es confusa, poco clara; de hecho, no hay información oficial, pero lo cierto es que ayer martes se dio a conocer la muerte de ocho elementos del Ejército, de ocho militares, en una comunidad de Los Reyes, El Santuario, luego de que un vehículo blindado de la Fuerza Especial de Reacción Inmediata (FERI) del Ejército Mexicano, activara una mina terrestre.

Versiones periodísticas apuntan que la zona donde ocurrieron los hechos, es considerada estratégica para el crimen organizado, territorio que se disputan el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la facción de Cárteles Unidos que constituye el Cártel de Los Reyes, dirigido por Luis Enrique Barragán Chávez, conocido como “El R5” o “Güicho el de Los Reyes” y Alfonso Fernández Magallón, alias “Poncho La Quiringua”, que a pesar de su designación como terroristas por parte de Estados Unidos, ambos líderes continúan operando en la región con absoluta impunidad.

También se supo que los militares tripulaban un vehículo táctico blindado tipo SandCat; la magnitud de la explosión destruyó el vehículo militar y murieron de forma inmediata dos agentes del FERI y cuatro del GRE, mientras que dos más de esta última Unidad resultaron gravemente heridos, mutilados, pero murieron horas después por la gravedad de sus heridas.

Acciones tipo guerrilla

Si bien los gobiernos federal y estatal, se niegan a reconocer este tipo de actos como terroristas, por el modo en que se han llevado a cabo, dicen todo lo contrario y más si se suman los ataques con drones cargados de explosivos C-4, cada vez más recurrentes en Michoacán, principalmente en la región de la Tierra Caliente.

En los últimos quince meses, suman ya decenas de ataques y muertes provocadas por la explosión de minas terrestres y drones con explosivos, artefactos usados por los grupos criminales michoacanos que se ha descubierto, han sido entrenados por ex militares y ex guerrilleros de Colombia, Venezuela, Guatemala, Honduras y El Salvador.

La táctica guerrillera usada por los sicarios del crimen organizado contra las fueras federales y estatales, es atacar y huir, replegarse, pero previo, colocan minas explosivas en caminos que saben, se desplazarán sus enemigos, ya sea grupos rivales o militares y policías.

Apenas el 9 de mayo pasado, fueron detenidas 9 personas provenientes de países sudamericanos que estaban integradas a células del narco y de ellas, el secretario general de Gobierno, Carlos Torres Piña, reconoció que muchas de estas personas fueron reclutadas por el crimen organizado de manera forzada o voluntaria.

La justificación de Torres Piña a este fenómeno, es que los extranjeros detenidos, “con engaños fueron incorporados a grupos criminales, con la promesa de ayudarles a llegar a Estados Unidos”, aunque nunca ha mostrado pruebas contundentes de estas aseveraciones.

“En algunos casos, los reclutados son piezas útiles para las organizaciones delictivas que operan en zonas muy conflictivas, como la región de Tierra Caliente, pues tienen habilidades específicas, como el manejo de diferentes tipos de armas y otros conocimientos en materia bélica”, dijo Torres Piña, aunque rechazó que “esta situación lleve a ciertas regiones de la entidad a una dinámica de guerrilla como la que han vivido países como Colombia y otros”.

Otro indicio de la presencia de ex militares asesores sudamericanos en territorio michoacano, se dio el pasado 17 de mayo, cuando en el municipio de Chinicuila, en la Costa Sierra Nahua del estado, fuerzas especiales del Ejército irrumpieron en una base clandestina de entrenamiento en el uso de armas de alto poder y explosivos, en plena zona minera en la comunidad de Huitzontla.

Ese día, encabezadas por elementos de la Marina, el comando de fuerzas especiales emboscó y atacó a una célula de sicarios mexicanos y extranjeros otras horas de refriega, lograron abatir a 12 de los criminales y detener a nueve más.

Se supo que entre los abatidos y detenidos, había ex militares colombianos que hacían tareas de adiestramiento en el uso de armas largas, explosivos y combate con tácticas guerrilleras.

Militares y policías, muerte al acecho

Así, en una entidad convulsionada por el crimen organizado, donde operan grupos de narcotraficantes con carácter nacional e internacional, como el Cártel Jalisco Nueva Generación, Cárteles Unidos, los Caballeros Templarios, Cártel de Los Reyes, Cártel de Tepalcatepec  y la Nueva Familia Michoacana, con decenas de células regadas en los 113 municipios de Michoacán, la lucha con las fuerzas federales y estatales ha sido cruenta, que ha cobrado la vida de 30 elementos de diferentes corporaciones policiales federales, estatales, municipales, militares y de la Guardia Nacional.

Tan solo en lo que de este 2025, suma ya 30 los uniformados de todos los niveles y rangos abatidos en la lucha contra el crimen organizado.

Los municipios donde se han registrado estas muertes, son Zamora, con 2 casos, Jacona 1, Queréndaro 3, Apatzingán 3, Morelia 1, Tingüindín 3, Chilchota 3, Tingambato 2, Los Reyes 8 y en otros municipios, 6.

La cronología de estos hechos de sangre donde han muerto estos miembros de las diferentes fuerzas policiales y castrenses, es la siguiente:

El 21 de enero en la ciudad de Zamora, un agente de Tránsito municipal, fue baleado y muerto en la colonia Ejidal Norte.

El 23 de enero en Jacona, una joven mujer Policía Municipal, fue asesinada de varios balazos en una tienda de abarrotes; la fallecida fue identificaron como Estrella Isabel L., G., de 18 años de edad, quien tenía apenas nos días de haber ingresado a la institución policial.

El 6 de febrero en Queréndaro, una célula del crimen organizado fuertemente armada con  fusiles de asalto y Barret’s calibre 50, irrumpió por la madrugada con vehículos de los llamados “monstruos”  y atacaron a policías municipales y mataron a tres de ellos.

El 7 en Zamora, el segundo comandante de la Policía de Investigación de la Fiscalía Regional, fue asesinado a balazos en un gimnasio; en el atentado una mujer ajena al atentado, resultó herida y posteriormente perdió la vida. El agente fue reconocido como Víctor Fernando P., C., de aproximadamente 35 años de edad.

El 16 de febrero en Apatzingán, dos agentes de la Fiscalía General de la República (FGR), uno de ellos encargado de la subsede de la FGR en ese municipio, fueron “levantados” y ejecutados y sus cuerpos abandonados sobre la carretera Apatzingán – Buenavista, a la altura de la comunidad Zirapetiro; las víctimas fueron identificadas como el Comandante Sergio Esquivel Zavala y el agente investigador Omar Maldonado Susunaga, ambos de 47 años de edad.

El 18 de febrero en Morelia, un hombre agredido a balazos, murió a bordo del vehículo que lo trasladaba a un nosocomio; se supo que era Policía Auxiliar y a su vez encargado de la barbería donde sucedió la agresión, en la colonia Solidaridad. Se llamaba Ignacio P., de 25 años de edad.

El 22 de febrero en los municipios de Tingüindín y Tangamandapio, se registraron varios enfrentamientos entre una célula del crimen organizado y elementos de la Policía Municipal, con saldo de uno de los uniformados muerto.

El 27 de febrero en Apatzingán, un elemento de la Policía Municipal fue asesinado a balazos durante su día de descanse en su domicilio en la colonia Bicentenario; se trató del oficial Sergio Rigo González Ceja, también conocido como “El Globero”, de 45 años de edad.

El 16 de marzo de nieva cuenta se registraron enfrentamientos en la región Occidente de Michoacán, en los límites del estado de Jalisco, donde seis elementos del Ejército y de la Guardia Nacional fueron abatidos por una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación; en la refriega, también tres sujetos armados fueron abatidos y cuatro más detenidos.

Los enfrentamientos abarcaron los municipios de michoacanos de Tanhuato, Tangamandapio, Zamora, Ecuandureo, Ixtlán, Chavinda, Churintzio, La Piedad y Chilchota.

En Chilchota, tres soldados fallecieron y dos más fueron heridos por los criminales que emboscaron un camión de transporte de tropas del Ejército, el cual quedó varado tras sufrir daños en sus neumáticos por estrellas ponchallantas colocadas por el CJNG.

De ese mortal ataque, se supo que fue ordenado por Heraclio Guerrero Martínez “El Tío Lako”, identificado como uno de los hombres de mayor confianza del también narcotraficante de origen michoacano, Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, máximo líder del CJNG.

El 23 de abril en el municipio de Tingambato, sujetos fuertemente armados atacaron a balazos a policías sobre la carretera San Juan Tumbio – Pichátaro, donde dos uniformados perdieron la vida: Wendy Karina A., oficial de la Guardia Civil y el Policía Comunal de Pichátaro Jhony G.

Ya en este mes de mayo, el día 24, en Tingüindín, una célula del crimen organizado emboscó y mató a dos policías municipales en el tramo carretero Jacona – Los Reyes, a la altura de la comunidad de San Juanico; las víctimas fueron identificadas como Jesús Belmonte Béjar y Salvador Meza Elías.