Anónimas, las asesinadas de Michoacán
Sergio Cortés Eslava
Así han dado cuenta los medios de comunicación los asesinatos de mujeres en agosto aquí en Michoacán y que han pasado desapercibidas, anónimas, porque los casos no han sido mediáticos y para ellas, como en cientos de hechos en el estado, no ha habido marchas ni protestas, ni desplegados ni pronunciamientos de algún tipo:
Hallan pareja torturada al fondo de un barranco en Tangancícuaro, Michoacán; Zamora, Michoacán: en ataque a tiros muere una mujer y un joven resulta herido; Asesinan a una mujer, en la 18 de Marzo, al oriente de la ciudad de Uruapan; Pareja es hallada asesinada a tiros en Coanajo; Ejecutan a mujer en Morelia, Michoacán; ya son 160 femicidios en el año en esta ciudad; Atentado a balazos en Morelia deja a hombre y mujer muertos; Asesinan a una pareja en su departamento en Zamora; tenían huellas de violencia y la mujer estaba atada; Criminales ultiman a balazos a una mujer y su hijo en Sahuayo.
Para la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ese “elefante blanco”, estas víctimas no existen, porque no representan valor mediático para el encargado del despacho; para los diputados locales tampoco, están ocupados en checar el monto de su bono que se repartirán por terminar la legislatura o repetir; para los legisladores federales, menos o alguien ha escuchado o leído que estos zánganos de la curules en los últimos tres años o seis en el caso de los senadores, hayan dicho algo?
Y qué decir de las feministas de escritorio o las feministas esas radicales que solo saben salir a las calles a vandalizar edificios públicos o privados, a agredir a quien se les ponga enfrente, a argumentar con estupideces: “Vale más la vida de una mujer que la cantera…”, la analogía recurrente y vámonos a romper ventanas, grafitear paredes, agredir periodistas, ciudadanos que se atreven a reclamar el vandalismo.
El gobierno estatal, lo que queda de él con Silvano al frente (¿?) se llena la boca y declara que “no están solas” cuando en su haber, en su mandato , ya suman más de mil mujeres asesinadas en el territorio michoacano, entre ellas niñas, adolescentes, adultas, de la tercera edad.
Sus políticas públicas fueron un fracaso rotundo y los hechos ahí están aunque por supuesto, tiene aún voces que las defienden.
Nunca en seis años nadie pidió a las titulares de la Secretaría de la Mujer que rindiera cuentas de los cientos de asesinatos de mujeres en el estado; otra vez, legisladores federales y estatales fueron silenciosos cómplices de estos homicidios.
Otra vez: la Comisión Estatal de los Derechos Humanos también fue omisa a los hechos y qué decir de las ong’s defensoras de las mujeres; dejaron de existir cuando fueron coptadas por el dinero público.
Y qué decir de los colectivos feministas aquí en Michoacán, que solo salen de sus guaridas cuando por extraña razón se enteran de algún caso ya hecho mediático, antes no; pueden registrarse decenas de asesinatos en el estado pero si no es mediático, estas encapuchadas “activistas” salen de los lugares más extraños a “protestar”, vandalizan y regresan a donde salieron. Así es su mecánica.
Argumentaba una compañera empleada del gobierno estatal, que el tema de los homicidios de mujeres era multifactorial, con muchas aristas y yo le respondí que la realidad es sola una y más de mil mujeres asesinadas avalan esa realidad y derrumban cualquier argumento oficioso.