Hoy tuve el gusto de platicar con Hipólito Mora, creador de las autodefensas hace 10 años aquí en Michoacán.
Don Hipólito recordó las primeras reuniones con un grupo reducido de amigos que ya estaban hasta la madre de los abusos del crimen organizado.
Recordó don Hipólito que una vez tomada la decisión de enfrentarlos, varios seguidores llegaron con resorteras como armas, algunas escopetas «taqueras» y otras armas que nada tenían que ver con los AK-47, las AR-15, los Barret 50, que portaban los mal llamados Caballeros Templarios.
Y después la guerra, las muertes, el caos, las traiciones, la cárcel, la injusticia.
A 10 años de distancia, afirma don Hipólito que las cosas han empeorado para los michoacanos; hay mayor inseguridad, el narco se ha hecho de municipios, de las policías, se ha incrustado en la Seguridad Pública, en los diferentes órdenes de gobierno, como hace 10 años.
Hipólito Mora es la única voz que reclama, que se alza, que denuncia en el desierto de la inseguridad que se vive en Michoacán.
Y se burlan de él los que gobiernan, los que deberían darnos seguridad.
Desde el púlpito del remedo de «mañanera», el propio Alfredo Ramírez Bedolla lo acusó en su momento de ser un delincuente, de aprovecharse de «su fama», de ser un «yutubero», un «influencer», de querer ser famoso.
Me queda clara una cosa: por lo menos don Hipólito Mora no se esconde entre decenas de escoltas para salir a las calles, como lo hace Bedolla; por lo menos Hipólito Mora denuncia y acusa abiertamente al crimen organizado y no se vuelven cómplice silencioso y omiso como lo hacen otros desde el gobierno o desde una posición política, léase partidos, legisladores locales y federales.
Dice don Hipólito, cauto, que si se ocupa, volvería a encabezar las autodefensas ante la crisis de inseguridad que vive el estado por la fuerte presencia del crimen organizado.
Ojalá que no se ocupe, ojalá que Bedolla en un rasgo de inteligencia y humildad, reconozca que está haciendo mal las cosas y que si hizo impublicables compromisos, los rompa de tajo porque primero está Michoacán.
Diez años y las cosas están peor, así, lacónico, dijo don Hipólito.