Jonathan Arredondo
Léase con sarcasmo. Qué mejor regalo para festejar el aniversario de Morelia que la ejecución de un empresario dedicado a promover espectáculos en plena narices de la policía que resguarda el sitio de los festejos de la capital michoacana.
Y mientras tanto, las autoridades parece estar como diría Bronco en una de sus canciones, «En un pueblo de bombón, el sheriff de chocolate cargaba su pistolón con balas de cacahuate».