Intervención en la Plaza Gertrudis Bocanegra: dudas necesarias y urgentes definiciones

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Marco Aguilar

Ante el inminente inicio de obra en la Plaza Gertrudis Bocanegra, quiero plantear algunas observaciones derivadas de reuniones recientes con diversas dependencias involucradas en el proyecto. Agradezco la disposición al diálogo, pero no puedo dejar de señalar una preocupante falta de coordinación interinstitucional, particularmente en aspectos sensibles que pueden comprometer el patrimonio ambiental y cultural del lugar.

1. Levantamiento de suelos y métodos de demolición

Mientras la Dirección de Ecología ha señalado con claridad que el retiro de los pisos existentes debe hacerse de forma manual, con herramientas básicas como picos y palas, para evitar dañar o estresar los árboles del sitio, el constructor manifiesta la necesidad técnica y económica de utilizar maquinaria para retirar capas más profundas de material, con fines de compactación y estabilidad de los nuevos pisos.

Este punto requiere una definición urgente, pues de lo contrario podrían producirse daños irreversibles al sistema radicular de los árboles y alterar las condiciones naturales del subsuelo.

2. Niveles del suelo: criterios en disputa

Ecología insiste en que los niveles actuales no deben modificarse, en favor de la protección arbórea. Por su parte, el proyecto plantea ajustes significativos en las cotas del terreno para facilitar una mayor accesibilidad peatonal entre la plaza y las calles aledañas.

La disyuntiva revela la ausencia de un criterio común o de un análisis técnico integral que armonice movilidad, conservación y paisaje. Es indispensable que se transparente la justificación de estos cambios y se evalúe su impacto antes de intervenir.

3. Construcción de aljibes y riesgos asociados

Se ha propuesto construir dos aljibes con capacidad de hasta 50,000 litros cada uno, con el argumento de abastecer agua para obra y riego posterior. Sin embargo, desde el área ambiental se ha advertido que tales excavaciones podrían afectar la estabilidad del suelo y dañar raíces profundas. Además, dada la ubicación en un sitio con riqueza arqueológica subyacente, debe preverse la intervención inmediata del INAH para acompañar cualquier excavación mayor.

La pregunta es: ¿se cuenta ya con los dictámenes y autorizaciones correspondientes para proceder?

Estos puntos no son obstáculos, sino oportunidades para hacer bien las cosas. La plaza Gertrudis Bocanegra no es sólo un espacio público: es un entorno vivo, cargado de memoria, de historia y de presencia comunitaria. Por ello, su intervención exige una coordinación técnica real, interdisciplinaria y transparente, que garantice tanto la mejora urbana como la preservación de su identidad.