La Casona Pardo de Zamora, de Patrimonio Cultural a negocio de particulares con la venia de Bedolla

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Francisco Pérez Ayala

Han pasado casi 34 años desde aquel 13 de agosto de 1988 día en que el señor Don Antonio Pardo donó la propiedad del inmueble ubicado en la esquina de las calles Morelos y Amado Nervo del Centro de Zamora, en esa época el gobernador Martínez Villicaña la recibió para resguardarla y evitar que cualquier político o poderoso empresario pudiera utilizar sus influencias para quedársela y hacer un mal uso de ella, no existía asociación ni patronato alguno en Zamora que pudiese responsabilizarse y salvaguardarla como casa de la cultura, por ello se dona directo al estado, debido a lo invaluable que representa una edificación como esta, única en su tipo dentro de la ciudad, una casona cuya existencia se remota al siglo XVIII.

Los primeros propietarios identificables son Diego Dávalos y Pérez Garfias, así como Juana Márquez de la Mora, quienes según un padrón del año 1768 habitaban el inmueble; se tiene registro de varios propietarios más, entre los cuales destaca la familia Dávalos, quienes la habitaron hasta principios del siglo pasado.

Llegado el año 1902, dos individuos de nombres Luis y Antonio Cornejo formaron una sociedad denominada «La Central», misma que fue conocida posteriormente como Casa Cornejo, la cual permitió la creación de espacios para el comercio.

Pasaron los años y en la década de 1930, a finales, para ser más preciso, el señor Luis Cornejo, adquirió dicha propiedad y para la década de 1960, se tuvo a bien la instalación de un café denominado «Parroquia», mismo que existió hasta finales de 1988.

Lo anterior consta en una edición de la revista «Entorno», publicada por «Ingenieros y Arquitectos de Zamora, A.C.», con la autoría de la doctora Nelly Sigaut, profesora investigadora del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de Michoacán, y con datos aportados en su libro «Catálogo Arquitectónico del Bajío Zamorano, Primera Parte: la Ciudad de Zamora», publicado por el Colegio de Michoacán A.C.

En la citada revista, podemos encontrar detalles sobre su posterior reforma tras la donación, se conoce que la planta baja del edificio se recuperó de forma satisfactoria con la intervención de un conocido ingeniero: Eliseo Martínez Acevedo; en cuanto al Café Parroquia, se recorrió unos metros a un inmueble aledaño sobre la calle Amado Nervo.

El día 29 de octubre de 1991 se dió el banderazo de inicio a las labores operarias y arquitectónicas que transformarían el referido inmueble en una joya de la historia y la cultura Zamoranas.

Cabe señalar que según se dió a conocer, el equipo restaurador fue liderado por el arquitecto Gonzalo Villa, y con su segundo al mando, el arquitecto Alejandro Canales. En ese sentido, la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de Zamora, participaron activa y diligentemente para la organización y terminación del rescate, y según se informó, los comisionados fueron los arquitectos Sergio Murillo, Gustavo Hernández y Jorge de Aguinaga, quienes asistieron a los dos primeros mencionados líneas arriba.

El recinto cultural de Zamora «Casona Pardo» se resguardó por un grupo de ciudadanos que la manejaron a su libre entender y saber, idealizando que sus actividades serían quizá las más aptas para ese recinto, sin embargo, el tiempo comenzó a cobrar nuevamente la factura a la casona y las administraciones municipales y estatales entregaron al deterioro el inmueble que día a día se debilitaba aún más.

En el año 2011, se retoman los trabajos entregándola a gobierno estatal para volver a restaurar la casona, incluso se anunció que abriría a unos cuántos meses del inicio, sin embargo, las inclemencias del tiempo, la indolencia del gobierno estatal y la mala relación de los gobiernos municipales, fueron la combinación perfecta para evitar que la empresa tuviera éxito.

El 03 de febrero del 2020, la periodista Fabiola Vázquez, pública en el medio «Meganoticias» una nota sobre la casona donde se Lee: «Desde julio del año 2011 las autoridades municipales entregaron el inmueble de la Casona Pardo al Gobierno del estado, en aquel momento se abrieron las puertas para actividades culturales, sin embargo por la falta de presupuesto para su mantenimiento volvió a cerrar y desde hace más de 4 años se encuentra en el abandono, presenta daños estructurales en el techo y muros, por lo que se requiere de una nueva inversión para su rehabilitación».

Es así que desde el año 2021, el comodato que tenía el Centro Regional de las Artes de Michoacán terminó devolviendo el inmueble a PATRIMONIO DEL ESTADO, quienes han dispuesto de ella para realizar eventos al gusto del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.

Hoy, 4 de agosto de 2022, la casona pardo se está restaurando por particulares, y luce un letrero donde se lee «La Casona restaurante café», nuevo nombre del negocio que se instalará y aperturará en próximos días, gracias a que el gobierno del Estado, rentó, así como lo lee, rentó para su uso como negocio privado.

Este probable negocio denominado «La Casona», el cual (según su letrero) ofrecerá servicios de restaurante y café, no cuenta con ningún tipo de autorización para operar por parte de la oficialía mayor, no existe en los documentos municipales ningún tipo de licencia ni permiso para restaurante o café en dicho inmueble.

El así denominado restaurante café «La Casona» no ha elaborado el trámite correspondiente ante la oficialía mayor, ni ha presentado el convenio con algún estacionamiento público ni realizado la sustitución de agravio de estacionamientos.

De forma extraoficial, se nos informó que es un conocido notario quien ha rentado el inmueble al gobierno estatal, preocupa a la ciudadanía que el mausoleo de la cultura Zamorana se este transformando en un jugoso negocio.

Lo irónico del asunto, es que tratándose de un gobernador emanado de Morena, demostró con sus acciones servir y tener el gusto por servirse del capital más allá de los intereses del pueblo, del interés por preservar la cultura y las artes.

Tragedia para Zamora, tragedia para el estado, tragedia para el patrimonio cultural de una sociedad, que llora a sus muertos, que llora a sus desaparecidos, que llora porque el estado ha sido indolente ante la falta de oportunidades y el nulo fomento a la cultura.

A continuación comparto un texto de autoría de Pbro. Dr. Alfonso Verduzco Pardo, quien es miembro activo del patronato y primo hermano del señor Antonio Pardo López.

MANIFIESTO A LA CIUDADANÍA ZAMORANA

Hace algunos días recibí una noticia absurda y nefasta.
Me notificaron que nuestro ilustre gobernador definitivamente no quiere entregarnos la Casa Pardo, la que mi primo Antonio donó a la ciudad para que fuera casa de la cultura y no patrimonio del gobernador. No sé en base a qué o cómo puede suponer el gobernador que esa casa haya sido donada para que el gobernador en turno hiciera lo que se le antojara, incluso rentarla para embolsicarse unos pesos…

Tampoco me cabía en lo posible, cómo, si el mismo gobernador estando viendo la descomposición social que padecemos con tanto crimen, con tanto robo, con tanto pandillerismo, en vez de apoyar y fomentar la cultura que es el mejor antídoto contra la barbarie; se caiga en la codicia, en la injusticia, y en el enriquecimiento, venga de dónde viniere.

Se nos ha dicho que el gobernador quiere rentar la casona para usufructuar de la renta. Por supuesto que quien la rente va a convertirse en cómplice de una flagrante injusticia, y por lo tanto el negocio que se establezca ahí quedará como salado con el repudio de la sociedad.

Nosotros, los zamoranos, teníamos mucha ilusión en contar con una casa donde se comentará la cultura en todas sus formas: literatura, música, pintura, artesanías y demás. Porque los zamoranos hemos sido amantes de la cultura. La leyenda que se colocó a la entrada de nuestra ciudad: «ZAMORA CUNA DE HOMBRES ILUSTRES «, no es una jactancia ridícula. No es que todos los zamoranos seamos ilustres, pero es cierto que hay muchas personas ilustres por su cultura a lo largo de la historia, han sido notables personalidades.

Por mencionar a algunos podíamos citar a: Don Benito Díaz de Gamarra, Fray Manuel Martínez de Navarrete, Don José Sixto Verduzco (uno de los padres de la patria), Gildardo Magaña, los hermanos Méndez Plancarte, Don Luis Padilla Nervo, Don Alfonso García Robles el diplomático que fuera premio Nobel mexicano, al otorgársele el premio Nobel de la paz.

La lista es larga, muy larga, pero con esos botones basta de muestra.

Así que, si el gobernador actual nos viene saliendo con que olvídense de la casa de la cultura, yo la voy a rentar porque me caen bien unos pesitos más.

Seguramente el quiere pasar a la historia como tantos exgobernadores de Michoacán que han salido sin poca ni más vergüenza, hinchados de millones.

Se suponía que el gobernador actual perteneciendo al partido político de morena que tanto alarde ha hecho de no mentir, no robar, y no traicionar, y de combatir la corrupción, con justicia y honradez. Pero, ¡Oh desilusión!, Es la misma demagogia, la misma conducta de quienes han hecho de la política no la búsqueda del desarrollo y la superación social, sino la forma más rápida y eficaz para enriquecerse.

Que la Casona Pardo ha sido donada a la sociedad zamorana para fomentar su cultura, consta por mi propio testimonio que siendo primo hermano del donante pude constatar su intervención, pero además su hija Alicia Pardo Watanabe, la Señora Erika que fue esposa del gobernador Luis Martínez Villicaña, quien recibió la encomienda de salvaguardar esa casa de la codicia de cualquier politiquillo o cualquier persona, además los números nietos y sobrinos del donante e infinidad de personas más estamos dispuestos a testificar lo antes dicho.

Si a pesar de todo lo que hemos dicho el señor gobernador sigue obstinado en quitarnos la casa y aprovecharse de ella en su propio beneficio, estará manifestando la índole de persona que pretende gobernarnos.

Con el debido respeto: Presbítero Dr. Alfonso Verduzco Pardo.