Morelia no es colima…

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Alberto Guerrero Baena

@albertobaenamx

Muerto el perro, ¿se acabó la rabia?

Uso esta analogía, muy vulgar por cierto, para explicar la “renuncia” del comisionado de seguridad de Morelia, Alejandro González Cussi, nos ofrece la suspicacia si es que de verdad este personaje se alejará de la malograda seguridad de Morelia o seguirá tras bambalinas, manipulando a la corporación.

El hecho de que este personaje haya presentado su renuncia por motivos personales, no implica el que la estructura que dejó, deje de operar a su favor y que los intereses creados vayan a extinguirse o que de plano se pueda impulsar un nuevo proyecto de seguridad.

Hay temas administrativos y operativos que la población en general de Morelia no conoce y solo juzga el desempeño de los policías, precisamente porque son los primeros funcionarios del estado mexicano y su actuar esta dentro del ojo público.

Mucha de la responsabilidad del mal actuar de los policías, está derivado por la falta de organización, estructura, disciplina y una política de seguridad bien definida, con rumbos y objetivos claros, cuestión que ocurrió durante estos cuatro años de la gestión de este personaje.

En resumidas cuentas, podemos enumerar varios puntos donde podemos resumir las consecuencias de tener un funcionario que intento crear una realidad virtual o una posverdad, perspectiva que por supuesto no va acompañada de los resultados que se presumieron.

Las malas prácticas y deficientes actuaciones que están ocurriendo en Policía Morelia, reproducen lo que internamente sucede en la corporación:

1.Un desastre  organizacional, dónde todos quieren mandar, pero no se cuenta con un orden en los procesos de trabajo para ejecutar.

2. Los mandos actuales no tienen una reparación especializada, son improvisados y sin ética profesional y personal muy dudosa

3. Una supervisión sin sentido, donde no hay un esquema de trabajo para poder sistematizar este trabajo ue es el más importante, porque es quien reisa el cumplimiento de las metas u objetivos trazados, como la baja de la incidencia delictiva.

4. Un Comisionado más preocupado por hacer una vida social del jet set y una precampaña aspirando a ser alcalde,  que por resolver los problemas internos y los mas importantes que son los de los ciudadanos agraviados.

5. Persecución política interna por disentir con las «estrategias», castigando a los policías que cuestionen las órdenes irracionales y confinándolos a espacios de castigo como los corralones, donde no tienen los elementos mínimos necesarios para cumplir con la labor de vigilancia eincluso de dignidad laboral.

6. No hay objetivos de política de seguridad claros, se juega al experimento de prueba y error, privilegiando “el combate” de algunos delitos, descuidando otros que también son de relevancia, esto por recomendación de un consultor que venía apalancado desde la gestión de Gonzalez Cussi en Colima.

7. La percepción de inseguridad según el INEGI creció, 8 de cada 10 ciudadanos de Morelia se sienten inseguros, pero este indicador sólo desnudo lo que sucede diario: no se tiene una sensación de seguridad en Morelia y a su vez se desconfía del trabajo de la corporación.

8. La ineficacia de  los Consejos ciudadanos, que en lugar de representar a la población de Morelia en general, sólo representan intereses de un grupo de personas privilegiadas y que son permisivos y omisos ante las malas actuaciones de la autoridad.

9. Quizás el único acierto,  es el nombramiento de quién llevará la videovigilancia, pero deben de apuntalarlo con personal dedicado de lleno al tema y no los castigados o quienes disienten del mando.

10. El exceso en la creación de videos donde el titular de la Comisión de Seguridad expone una realidad alterna a lo que vive el ciudadano diariamente, es decir, crear una posverdad donde los resultados para nada acompañan las palabras del funcionario.

11. Morelia va en camino a convertirse en un símil de la Ciudad de Colima. Revisando los índices delincuenciales de esa ciudad entre los años 2018 a 2021, es cuando se da la entrada del CO a la ciudad, se incrementó la violencia, los homicidios y los delitos del fuero común,  con la permisividad del titular de la Policía en esa ciudad. Estos hechos, solo confirman la entrada de Morelia al nada honroso conteo de las 50 ciudades mas violentas del mundo.

¿Dónde está la promesa de entrar al top 10 de las ciudades más seguras de México?

12. Nunca se pudo sacar una generación oficial de policías nuevos. Se contrató personal que provisionalmente se le dio el carácter de “mediadores” pero que están ejerciendo funciones policiales sin oficialmente serlo. El Excomisionado como pretexto mencionó que eran las “fuerzas básicas” de la Policía. ¿Realmente hay alguien que crea este pretexto? Sólo demuestra que no se tuvo capacidad de conseguir una academia que les diera la formación inicial y si en cambio se les impartieron cursos patito que no tenían ninguna validez para la carrera policial.

13. Desde el año 2021 se estableció una política punitiva en contra de los conductores, imponiendo una campaña persecutoria multando a todo vehículo que se estacionara en el centro histórico, pero que en ningún momento se preocupó por socializar las modificaciones al reglamento de tránsito y favoreció el uso de grúas particulares. ¿Dónde están las grúas oficiales que se adquirieron anteriormente? ¿Hacia donde se canalizan los recursos obtenidos por las multas? ¿Se ha mejorado las condiciones reales de trabajo de los elementos con estas medidas?

Al interior de la corporación, hay demasiados claroscuros entorno al desempeño policial. Un desorden operativo que redunda en la nula vigilancia de diferentes sectores de la capital Michoacana, la falta de policías en los diferentes turnos, la deserción constante de los policías derivados de la persecución política interna que hay cuando se cuestionan las irracionales órdenes del comisionado y por el otro lado la opacidad que priva en el manejo de juzgado cívico, siendo este último el que más se visibiliza por ser el recaudador principal de multas de tránsito.

La limpia tiene que ser de fondo. No dejar ningún rastro de funcionarios ligados con este personaje, porque de seguir en la misma línea seguirá la estela de nulos resultados.

Si hay una continuidad de personal directivo, de mandos que no cumplen con los requisitos que se establecen de ley para poder estar en la función policial, se continuará en este mismo laberinto de la soledad qué ha sido la seguridad pública en Morelia, donde los resultados de homicidios, el incremento de delitos del fuero común y la percepción de inseguridad que se tiene en la ciudad, se comieron a la realidad virtual que desde los videos intentó montar el comisionado.

Estos problemas no se resuelven con la renuncia de Gonzalez Cussi, sse necesita una limpia completa de la institución, una reestructura del organigrama civil y policial, donde los objetivos deben ser accesibles y no utopías que no se pueden cumplir.

Morelia no es Colima, y eso quedó demostrado, porque si no pudo con una Ciudad mas pequeña, menos iba a poder con la complejidad de Morelia.