Arturo Hernández Gutiérrez
Toma fuerza, en círculos políticos de Morelia, que a finales de este mes el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla hará profundos ajustes en su gabinete, ante la baja productividad de varios de sus colaboradores del primer círculo y los resultados de mediano calibre en la consulta de revocación de mandato.
Los cambios no se circunscribirían a posiciones relevantes de la administración estatal. Se escalarían, confiaron a este columnista, a niveles del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Aunque el titular del Solio de Ocampo apenas está por cerrar su séptimo de 72 meses de gestión, hay preocupación por el resultado de varias mediciones de empresas encuestadoras que ubican en posiciones poco presentables el desempeño del mandatario estatal.
No se sabe si los potenciales cambios estarán precedidos de un estudio o investigación detallada sobre el trabajo en las áreas que podrían registrar movimientos.
Algunos analistas políticos y periodistas coinciden en que los temas de seguridad pública y la educación son, al igual que en al menos tres administraciones anteriores, los principales talones de Aquiles del actual gobierno estatal.
En esta línea de reflexión consideran que los titulares de las secretarías de Gobierno y Educación aún no han demostrado capacidad para -medianamente- procesar ambos apartados.
Es una verdad a medias, ya que en la solución de los dos temas la Federación debe desempeñar un papel más contundente, tanto en la implementación de una estrategia eficaz en prevención, contención y disuasión de todo tipo de ilícitos, como de estructurar un nuevo trato con movimientos sindicales cuyas crecientes demandas están muy por encima de las posibilidades presupuestales.
En Michoacán la gobernanza cruza por momentos muy difíciles desde hace varios años y se necesita de un gran liderazgo y equipo de colaboradores para concitar, persuadir a todos los actores estatales a sumar esfuerzos, compromisos que abonen al restablecimiento de la paz y el crecimiento económico de la entidad.
Mientras las fuerzas sociales estén dispersas, confrontadas, las agrupaciones criminales continuarán con su avance en sectores económicos, productivos, comerciales y financieros, más allá de la producción, venta y trasiego de una multiplicidad de drogas.
En suma, Ramírez Bedolla necesita dar golpes de timón ya, independientemente de su militancia política y de su cercanía con el presidente de la república.