Jorge Hidalgo Lugo
Lo que comenzó como una rebelión personal ante los atropellos presidenciales emanados de un espíritu belicoso y tiránico, tomó dimensiones tales que hoy Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, está ubicada ya en rango de competencia que ocupa y preocupa a Andrés Manuel López Obrador al extremo de no cesar en su afán de violentar las leyes y mantenerse inalterable en su papel de jefe de campaña de Morena e impulsor de sus cada vez más desdibujadas corcholatas.
El fenómeno de popularidad que crece y se consolida a favor de la Señora “X”, insistimos, no proviene de las militancias, votos duros, seguidores o bases de partido opositor alguno. No se equivoquen ni quieran colgarse medallas que no les corresponden a esos inescrupuloso e impresentables “liderazgos”, que se aglutinan en el llamado Frente Amplio por México.
El espontáneo y visible respaldo que van dando miles de mexicanos a la senadora hidalguense proviene de quienes han tomado partido y muy difícilmente variarán por más que el ataque mediático que lanza desde Palacio Nacional y con el aparato de Estado a su servicio, quien ha perdido no sólo el control, la calma, el sueño, la tranquilidad, sino que comienza a pulsar la entrega del poder a alguien que no le perdonará todo el daño cometido a México, en este sexenio marcado por las obsesiones y caprichos de un ser desequilibrado, resentido y atrofiado mental.
El pánico que inunda al tabasqueño se basa precisamente en el pulso que tiene sobre la reacción que se vive entre los que ven llegado el momento de cobrarle afrentas a sus atropellos de poder, por la vía democrática.
Esto es de simple reflexión: Los que se manifiestan abiertamente decididos a apoyar a la de origen indígena por estar en contra de López Obrador y los que aún creen en el proyecto que representa quien diluyó por sus errores, la fuerza obtenida en 2018 con más de 30 millones de incautos.
Como en el 2021 la elección federal se definirá en dos bandos únicamente por lo que todo perfila a que de entre los agraviados por el obradorismo, surgirán más y más votantes que irán por el desquite en las urnas, más allá de preferencias ideológicas o de partido.
Los sondeos de opinión dan sustento a esa lectura toda vez que quienes tienen en los cuernos de la luna a Xóchitl Gálvez, son mexicanos de carne y hueso, con nombre y rostro, quienes abiertamente dan su respaldo a la única figura en el firmamento político, que ha tenido el arrojo, el valor, la decisión inquebrantable, de no dejarse amedrentar ante el embate presidencial y por el contrario, ha respondido todas y cada una de las agresiones con tino magistral, lo que multiplica en automático las simpatías por su proyecto.
Un contraste marcado se aprecia en los videos donde las corcholatas tienen puesto y dispuesto el escenario ficticio para su lucimiento en giras pagadas con recursos públicos, donde las simpatías se compran al mejor postor y bajo condicionamientos oficiosos, mientras que con la hidalguense se palpa el entusiasmo genuino, sin recovecos, de la gente que a su paso disfruta al tomarse una selfie o le hace saber frente a frente, su determinación de respaldarla en las urnas.
Porque como dice la canción popular, el cariño pagado ni suele querer ni gusta ser fiel y ahí es donde reside el pánico que ser ha apoderado de López Obrador, cuando aún no hay definido nada a favor de ninguno de los cuadros que ese llamado frente opositor tiene hasta el momento.
En cambio, las mediciones que aterran al huésped de Palacio Nacional se basan en lo opaco y nulo crecimiento del ejercicio por él diseñado para dar una mascarada democrática a la hora de designar al candidato que él y nadie más que él, ungirá de entre las seis corcholatas que recorren el país, hacen derroche de dinero público y ni así logran posicionarse como lo proyectara el ideólogo de esta “farsarela” morenista.
Otro elemento más que se deber ponderar es que con la embestida machista, misógina y plagada de perversidad siniestra con tufo macuspano, es que lejos de aminorar las simpatías a favor de la empresaria exitosa crecen, al extremo que ya hay actores en Movimiento Ciudadano que presionan a su dueño, Dante Delgado, para no quedarse a la deriva y subirse al barco triunfador antes que sea demasiado tarde y eso diluye por igual cualquier posibilidad que se unan a Morena, bajo estas condiciones.
Ello pese al lance que en su papel de “destapador”, hiciera el opresor para ensartar a Samuel García y Luis Donaldo Colosio Riojas, para que sirvieran de contrapeso a la propia Xóchitl. Lo que constituyó otro garrafal error del mesías tabasqueño.
En resumen, el error de López Obrador al seguir con su obsesiva campaña para desacreditar a Xóchitl Gálvez, ha quedado en evidencia y su discurso patológico para hacerla pasar como lo peor que le pueda suceder a México, se le revierte hasta hoy como bumerang y golpea cada vez con mayor fuerza, en el vetusto y descompuesto rostro.
Los ataques no harán mella en quienes ya tomaron la decisión de ir con la aún no candidata y si acaso podrá consolidar el voto duro a favor de Morena entre los menesterosos del bienestar, miembros de la legión del rebuzne y convenencieros hiper lactantes de la ubre presupuestal, quienes están obligados a aferrarse al hueso que representa un gobierno saqueador como el que hoy se tiene en México.
Debe entonces suceder algo extraordinario para que López Obrador y sus lances obsesivos contra la senadora se reflejen en los apoyos que hoy se diluyen, no crecen, van en declive y esto es lo que le ha sacado de control al extremo de haber perdido el monopolio de la agenda nacional y verse vulnerable a los ojos de todos, incluso de sus mascotas que lo creyeron invencible.
Claro que aún falta mucho trecho por recorrer y el tabasqueño hará uso de todo el arsenal de artimañas que tiene a su alcance, incluyendo el apoyo de los narco aliados y la complicidad siniestra de las fuerzas armadas a su servicio, pero si algo pasa por su desquiciada mente es que el tigre que él mismo invocara hace casi seis años, ahora está frente a él y le lanza sonoros rugidos, pero en su contra.
Porque este país, gracias a los atropellos del poder presidencial, ya despertó y se muestra resuelto a no dejar que otra vez lo engañe quien está aferrado a pasar a la historia como el peor presidente que se haya tenido en todos los tiempos y privilegiar el adagio de haber sido por méritos propios, un letal peligro para México.
Vale…