Jorge Hidalgo Lugo
Bajo el contexto de un país en franco deterioro, anémico de logros y desarrollo, con abusos de poder que se multiplican y la cada vez más fuerte presencia y dominio total del crimen organizado, dieron arranque formal las pre campañas electorales en busca de la presidencia del México ensangrentado y en peligro de ser la dictadura perfecta que diseña con siniestra perversidad el autócrata tabasqueño.
Caminos que llevan diferentes complejidades a superar hasta el día de los comicios y luego de esa fecha, toda vez que las impugnaciones por el desaseo del oficialismo obradorista no faltarán y los visos de fraude electoral seguirá creciendo conforme avance el trayecto.
Lucha desigual sin duda, la que se deberá librar y que de arranque marca como inalcanzable puntera a #EsClaudia de acuerdo a las encuestas de empresas compradas de antemano para tal fin, con recursos públicos del gobierno en el poder ante las indicaciones de Palacio Nacional para crear el espejismo de ser una contienda donde no hay nada por hacer para quebrantar la obsesión del titiritero de Macuspana de entronizar a su marioneta preferida y manipular lo que le reste de vida, el accionar del gobierno en el próximo sexenio.
Ruta disímil, con evidentes diferencias que comienzan a resaltar porque el aparato de Estado se mantiene volcado en busca de maximizar la figura de alguien que es incapaz de motivar, prender ánimos, emocionar a los potenciales votantes, por ser parte inamovible de su personalidad anticlimática, insustancial, de una frialdad tal como si hubiera surgido de los glaciares del planeta.
Discurso que no llega, ni le alcanzan las ideas como no sea repetir hasta la saciedad que se debe continuar “sin zigzagueos” lo que ha realizado su gurú, hacedor, mesías, conductor, jefe supremo y gran pastor del redil de ovejas, bajo la premisa que tiene que ser así porque sigue siendo “un Presidente popular en su quinto año de gobierno”.
Ajena a las desgracias que se viven en todo el territorio nacional con los ejecutados que hoy suman más de 172 mil 718 en lo que va de este “gobierno popular”, poco interesa detenerse a reflexionar también sobre las cifras del feminicidio incesante que entre enero y septiembre de este año, se han contabilizado mil 955 víctimas, lo que implica determinar que cada día son asesinadas 10 mujeres en México.
Tampoco fue motivo de distracción en sus discursos lanzados en Veracruz, la pesadilla en que se debaten los habitantes de Acapulco y por lo menos 40 municipios de Guerrero, por el desastre que les dejó el huracán Otis y la inoperancia de ese mismo gobierno “popular” al que pide no perder la ruta ni zigzaguear en el camino, que ha dejado a la deriva a los damnificados.
Menos habló de reconciliación, mucho menos de dejar de lado la división y encono que se mantiene como estrategia del poder avasallante que pretende heredar por mandato mesiánico. En cambio ensalzó diversas promesas, sobre programas asistenciales y dar continuidad a la reactivación de los trenes de pasajeros (lo que fue idea obradorista lanzada el día del aniversario de la Revolución Mexicana).
En una palabra, ausencia absoluta de algo personal, un sello particular, de un distintivo que perfile o dimensione el alcance que tendría la doctora en ingeniería ambiental, al frente de la primera magistratura del país.
Nada de eso fue consignado en los informes periodísticos y por el contrario, como en los viejos tiempos de la cargada, se subieron al aplausómetro oficialista que apuntala desde ya y sentencia como un hecho, la llegada de #EsClaudia con una votación copiosa y sin dejar duda alguna de su arrolladora popularidad, digna sucesora de quien se sueña ser, para desgracia de México.
En cambio, con más dureza, menos efusividad, pero plegados al guion para respetar aquello de que quien paga manda, la cobertura de la Señora X, se mal informó del arranque precampaña en medio de no pocas turbulencias generadas por la mezquindad politiquera de esos aliados perniciosos e impresentables, que pese a todo creen ser indispensables para salvar el hundimiento que se anuncia desde hoy con bombo y platillos, como consigna surgida de las catacumbas de Palacio Nacional
Xóchitl Gálvez estuvo en Coyuca de Benítez, Guerrero por lo que de inmediato se le echaron encima los vocingleros oficios tachando tal evento como “politiquero” con la intención de “lucrar” por lo que pasa en esa zona y que es un clima de irritación colectiva propiciado por el desdén, la irresponsabilidad y nulo humanismo del gobierno que precisamente pretenden siga vigente, pese a la estela macabra de muertes que va dejando a su paso.
La senadora con licencia insistió en su llamando a la unidad del país y ser actores activos, no pasivos, de la reconstrucción que debe operar en Guerrero. Luego fue a Ciudad Juárez, Chihuahua, donde tuvo excelente aceptación, aunque de inicio parece navegar sola en la enorme embarcación cuya meta pareciera misión imposible, porque no sólo debe recuperar el tiempo perdido, sino meterse en el ánimo de la clase media, de los sin partido, de quienes tienen deseos de cobrar afrentas por el abuso de poder que se comete en contra de la sociedad y recuperar el México que se ha perdido.
Tarea nada fácil pero que no es imposible de lograr. Basta ver lo que ha sucedido en Argentina para tomar en cuenta que el rescate de las libertades y la derrota de las mentiras, aún está al alcance de los votantes que debemos salir a las urnas con la convicción de defender a un país de los tiranos, rescatarlo por el bien de nuestros hijos y descendientes en todos los órdenes.
Del mini títere del obradorato que se inventaron a costa de lastimar la voluntad popular de los neoloneses, mejor ni hablar. Es desperdiciar el tiempo y las ideas escribir sobre alguien que resume su propuesta en estas premisas:
“Lograr el segundo lugar porque el Frente opositor ya está frito y Movimiento Ciudadano sólo tiene que ganar el registro y una buena bancada legislativa”.
Ahora dispongámonos a reflexionar para que con realismo, sin el hígado en vez del cerebro, determinemos que México queremos en los próximos años.
El entregado a saqueos que se solapan desde la presidencia como los de Segalmex, Pemex y Comisión Federal, por citar sólo algunos casos. Con endeudamientos históricos que serán imposibles de pagar, sin crecimiento, desarrollo e inversiones, generadoras de fuentes de trabajo y resignados a morir si perdemos la salud ante la falta de atención médica prevaleciente…
O bien, le damos vuelta a la página y nos oxigenamos asestando una patada en el trasero a quienes de manera predeterminada provocaron hubiera más mexicanos en pobreza y pobreza extrema, como base electoral que les permitiera seguir comprando voluntades, entregado abierta y cínicamente al crimen organizado, depredadores, cómplices voraces de la hoy mafia en el poder.
Usted tiene la palabra…
Vale…