Jorge Hidalgo Lugo
Mal remedo de lo que hace su jefe desde Palacio Nacional, en Michoacán Alfredo Ramírez Bedolla sigue los pasos de Andrés Manuel López Obrador y con distintos y amplio repertorio de embustes, engaña o distrae a la población de los temas torales que enfrenta, como son la inseguridad y el desabasto de medicamentos que se agudizan cada día en perjuicio de los (des)gobernados.
Incapaz de fijar una agenda propia y siempre a la sombra de lo que hace o dice el vecino del zócalo capitalino, el desorientado mandatario estatal se remite a replicar las malas artes con que se regodea en las mañaneras el que ahora pretende vender como virtud, que vayamos resignados a vivir en la pobreza franciscana, cuando él, su familia, allegados y demás vividores del erario público, no sufren y mucho menos se acongojan.
Y como de sembrar distractores es la consigna a repetir en Michoacán, ahora debemos aceptar que siempre fue una mentira, una burla cruel y toneladas de atole untado con el dedo, pues cayó estrepitosamente por los suelos la falacia de federalizar la nómina educativa, como alardeó cuantas veces quiso, López Obrador y fue secundado en la engañifa por su gerente en el Estado.
Recordemos que desde que dependía de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desestimar la injerencia del crimen organizado en los comicios michoacanos, Ramírez Bedolla alardeó la tarde del 8 de septiembre de 2021, haber obtenido “recursos extraordinarios” por más de 3 mil 822 millones de pesos, para cubrir el pago de salarios a los trabajadores del sector educativo.
Mentira que después quedó al descubierto por el crédito que en fast track obtuvo sin que por ello importara comprometer las finanzas públicas, para el pago al magisterio como se aseguró haría con 2 mil millones de pesos obtenidos a pagar en 12 meses con un banco privado, en el arranque del mandato.
En su cuenta de twitter Bedolla presumió que derivado de las gestiones realizadas con el presidente Andrés Manuel López Obrador, se logró una buena respuesta.
“Hoy logramos un acuerdo con el Gobierno de México para que Michoacán obtenga más de 3 mil millones de pesos en recursos extraordinarios, con lo que se podrá garantizar el pago de salarios a las y los trabajadores del sector educativo”, publicó.
Pero no sólo fue él quien engatusó a sus seguidores y no pocos ingenuos pues en octubre de ese mismo año, la mañana del 9 de octubre en Palacio de Gobierno, López Obrador aseguró a rajatabla:
“Hemos convenido con Alfredo de que se va a tener una sola nómina y que se va a federalizar toda la nómina de los maestros michoacanos, y ya no se va a enviar el dinero. Aunque Alfredo es un hombre honesto, muy distinto a otros, de todas maneras, ya no va a haber intermediarios, se le va a entregar de manera directa a la maestra, al maestro su salario, al trabajador de la educación. Ese es el acuerdo que estamos tomando”.
Por si fuera poco, el mismo López Obrador y a pregunta de Verónica García, compañera reportera de Post Data, se solazó en una respuesta por demás clara y contundente sobre el mismo tema, pero ahora en diciembre:
“Ya está federalizada, porque se envían los fondos que se requieren para pagar a todos los maestros… vamos a estar entregando de manera directa a todos los maestros, para que también no haya ‘aviadores’, que se haga una revisión de la nómina.
“Michoacán es el único Estado en donde la federación autorizó una ampliación presupuestal para federalizar todo el sistema educativo y no avanzamos porque ese era el modelo que se iba aplicar en todo el país -ahí están en espera otros- porque aquí se entregó el dinero con ese propósito y se desvío…”.
Para mayo 15 de este año, día del maestro, Ramírez Bedolla dio como regalo a sus aliados del magisterio el anuncio que sería siempre hasta el 2023 cuando “se le dé formalidad a la federalización de la nómina educativa en Michoacán, es decir, que aparezca en el Presupuesto de Egresos del Gobierno de la República y los mismos se puedan transferir al Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE)”.
Como remate a esta maraña de mentiras el gerente de Palacio Nacional difundió profusamente los resultados de una reunión con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, celebrada el pasado 26 de julio, para presumir ahora que le “da seguimiento al proceso de federalización de la nómina educativa”, y donde propuso modificar el porcentaje de pago de la nómina magisterial “para quedar en 65.4 por ciento la aportación federal (seis mil 592 millones de pesos anuales) y 34.5 por ciento la estatal (tres mil 487 millones al año), proporción que corresponde a la capacidad de pago real de la entidad y, con ello, la posibilidad de estabilizar las finanzas del sector educativo que actualmente destina más del 90 por ciento de su presupuesto para el capítulo mil”.
Argucias que no sólo se dejan en espera de un impacto electorero a favor de la corcholata que sea destapada por el dedo ungidor al rancio estilo del priismo arcaico que lleva en sus genes López Obrador, pero que no son las únicas pues ahora nos recetan la que quieren vender como gran panacea, con el anuncio de un nuevo hospital en Morelia a construir por el Seguro Social.
Al margen de la burla escatológica que representa anunciar nuevos proyectos para la atención de la salud de los michoacanos cuando en los existentes hace falta lo elemental por el injustificable desabasto de medicamentos e insumos que prevalecen en perjuicio de enfermos y familiares, la nueva artimaña sirvió para presionar a los “opositores” a que de nueva cuenta se vendiera parte del patrimonio estatal con el disfraz de “desincorporación” para entregar un terreno en Atapaneo que deberá ser permutado por otro en Villas del Pedregal, al poniente de Morelia.
La nueva trampa mediática para no dejar que se escaparan supuestamente 2 mil 514 millones de pesos que el Seguro Social tenía en el cajón sólo esperando la entrega del terreno para no regresarlos a la Federación, fue el petate del muerto con que espantó a los entreguistas diputados el propio Ramírez Bedolla para lograr finalmente su cometido.
El nuevo trastupije quedó consumado pero sirvió de distractor para ya no hablar de la construcción de nuevas oficinas y centros de operación que pregonaron se harían para recibir al IMSS en Morelia y junto con esa descentralización administrativa, la llegada de al menos 10 mil personas como ha publicitado hasta la saciedad el gobierno bedollista sin que hasta la fecha se conozca más de un proyecto, que a decir de los diputados federales del PRI, PAN y PRD, al menos en este año no aterrizará porque en el presupuesto de la federación aprobado por Morena y sus compinches, no hay un solo apartado que contemple tal acción.
Pero además, el dispendio que representa una acción así cuando en los terrenos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, se vandaliza, roban y deteriora la inconclusa obra de una clínica que el 23 de febrero de 2018 se pusiera en marcha con la colocación de la primera piedra, con la ilusión de atender 70 mil beneficiarios directos y la asignación inicial de 50 millones de pesos gestionados entonces por los diputados federales del PRI, Víctor Silva Tejeda, Marco Polo Aguirre, Alfredo Anaya Gudiño, Antonio Ixtláhuac Orighela y Fernando Salomón.
Todo este embuste mediático sólo viene a demostrar que el “no mentir” de la doctrina obradorista es tan falso como la “honestidá” que ofreció tener el gobierno de la transformación de cuarta y que fue exhibida a todo el mundo, con el cochinero que significó el proceso interno de Morena escenificado el pasado fin de semana donde el estiércol permeó y alcanzó el plumaje de esa ave que decía podría cruzar los pantanos pestilentes inmaculado.
Evento que dejó ver por enésima ocasión, la tendencia a mentir y buscar engañar a los gobernados por parte de López Obrador y su personero en Michoacán, al tratar de justificar la promiscuidad y minimizar el tufo a descomposición que acusa ya el partido en el poder.
Porque para ellos, no pasó nada, todo fue transparente y no hay visos de irregularidades que menciona ni siquiera para reponer el proceso.
Y sí, la culpa no es de Morena ni de sus actores surgidos de las zahúrdas de la política con ropajes de izquierda, sino de los abúlicos, complacientes, omisos, permisivos, apáticos, pusilánimes y cobardes que no sólo sacan millonarias ganancias desde sus trincheras “opositoras”, sino sobre todo de los millones de mexicanos que ven la destrucción del país y siguen pensando que un ser superior llegará del firmamento a desterrar a los demonios que hoy han convertido en infierno lo que fuera un México con futuro, hoy sin duda, destrozado.
Vale…