Se busca en Pátzcuaro al perrito Julio

Comparte la noticia:

Aglae Margalli

Poeta, escritora y periodista. Presidenta del Seminario de Cultura Mexicana, Corresposalía Mexicali, B.C. Integrante de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, A.C. (Faparmex), y del Grupo de Mujeres Comunicadoras de Mexicali. 

Mexicali, Baja California, 23 de enero de 2023.- Después de un año  en un refugio a la espera de un hogar, a finales del 2022 Julio fue dado en adopción a una familia de Morelia que aseguraba comprometerse a cuidarlo, esa familia se fue a vacacionar a Zihuatanejo, donde aseguraba que el perrito había escapado del hotel donde estaban hospedados y nadie lo pudo alcanzar, se retornaron y lo abandonaron a su suerte, un grupo de animalistas acudió al sitio a buscarlo, pero nadie dio razón de él, en el hotel nunca permitieron ver las cámaras de seguridad para constatar su escape, o al menos la constancia de que el canino había llegado con sus dueños. 

Días después la madre de la familia adoptante comentó que al pasar por Patzcuaro ya se les había escapado una vez, revelando entre líneas, sin que haya sinceridad en sus palabras, que posiblemente  a Julio lo abandonaron desde Patzcuaro, y no en Zihuatanejo como lo han hecho creer, ahora los animalistas y mucha gente que se ha sumando a esta acción colectiva, los buscan en Pátzcuaro también esperando dar con su paradero.

La pre-adopción del joven perrito Julio, para su adaptación con una familia residente en Morelia, Michoacán, México, el 28 de diciembre de 2022, y el tardío reporte de su fuga y desaparición de parte de la misma familia pre-adoptante, y su desaparición en condiciones poco claras y hasta misteriosas, deja al descubierto no solo la falta de responsabilidad de esta familia y de las familias adoptantes en general, sino también del nulo compromiso y la ausencia de una cultura de la preservación animal que propicia y fomenta la impunidad, la negligencia y la crueldad hacia los animales, como en el trágico caso de Julio. 

Un deleznable drama debido a las graves ausencias en términos de leyes, reglamentos, políticas públicas y programas con presupuestos para tan noble e imprescindible causa, cuyo tratamiento gubernamental debe ser transversal, pues tiene que ver con el medio ambiente, la ecología, la salud, la moral pública, la educación, la cultura y hasta con la erradicación de la violencia, que tanto mortifica a nuestro país desde hace décadas, y cuya causal ni siquiera entra en la supuesta estrategia de pacificación del país. Pues el cruento e imperdonable destino de Julio responde a un vacío legal que permite conductas de exterminio, no solo de razas sino hasta de especies en peligro de extinción, sin afrontar consecuencias de ninguna índole. 

Y es que Julio lleva desaparecido tres semanas, sin que hasta la fecha la familia que se comprometió a cuidarlo y en cuyas manos se confió su integridad, haya dado muestras fehacientes de su búsqueda, sino más bien de su silencio e incomunicación con la rescatista, la Asociación Protectora Generando Hogares de Amor para Animales Desprotegidos (GHAPAD), que ha dejado ver con claridad meridiana no solo su indiferencia, sino su desinterés por  la búsqueda y el encuentro con vida del inocente y desvalido  Julio, delegando su búsqueda y encuentro a su rescatista y protectora, y a la Asociación Protectora que confió en la palabra de su familia pre-adoptante. Afortunadamente, hoy en día, los animales no están solos, pues existen cada vez mayor número de asociaciones y personas que luchan por sus derechos y preservación.  

Por eso, desde mi condición de Comunicadora, me sumo a la exigencia animalista y ciudadana del esclarecimiento de la desaparición del perrito Julio y a la entrega de evidencias de su desaparición: lugar, forma y fecha respectivos, para una adecuada y acelerada búsqueda y afortunado encuentro de Julio con vida.  

No quepa ni la menor duda que el “Caso Julio” sienta un precedente ejemplar y pone de manifiesto la urgencia de contar con un marco jurídico necesario y efectivo que asegure el estricto cumplimiento de los protocolos de adopción de los animales de compañía y sus respectivas implicaciones legales, para todos aquellos que muestren conductas indolentes, irresponsables o crueles que atenten contra la integridad de los animales.

Los Animales de Compañía que se encuentran bajo nuestra responsabilidad, con los que compartimos nuestro destino y ellos el suyo, no son juguetes ni objeto de entretenimiento para nuestro beneplácito, son seres vivos sintientes que forman una parte primordial de nuestro hábitat y coexisten junto a nosotros para hacer de este planeta un mundo mejor. 

Por todo ello únete a nuestra voz, #porelregresodelperritojulio, sano y salvo.