Sinopsis política/El loco sueño del presidente

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J. Salatiel Arroyo Zamora

No siempre se tiene la oportunidad de platicar de cerca con un aspirante presidencial. Aunque
para algunos se trata de un loco que sueña despierto en una posibilidad que jamás se cristalizará,
otros lo consideran un sujeto hábil que recurre a ese artilugio -de la precandidatura- para
protegerse de sus excesos y evadir la aplicación de la ley. Lo cierto, es que entrevistar a Silvano
Aureoles Conejo resulta ilustrativo, por la cantidad de información que posee y su vasto
conocimiento en materia política. Al dialogar con él, de inmediato se manifiesta que no se trata de
un demente; al contrario, es un individuo ingenioso, instruido, informado, culto, carismático y
audaz. Tal vez por esto último le sea atribuido el mote de trastornado

En la charla con la prensa de la región oriente, Aureoles Conejo se condujo con sutileza; por
ejemplo, se preguntó su opinión respecto a los programas sociales del gobierno federal, como una
de las principales estrategias electorales de la 4T para mantener clientela cautiva… y cuando se
esperaba que Silvano descalificara esas acciones del mandato de morena, no sólo avaló los
programas gubernamentales de AMLO, sino que dijo lo que el grueso de la población desea
escuchar: que al llegar a la presidencia de la república, no sólo los conservará, sino que
incrementará los apoyos e integrará en ellos a otros sectores sociales que han quedado fuera,
como las mujeres, periodistas y personas con discapacidad (además de los adultos mayores y
jóvenes).

Para ellas, que se quedaron sin guarderías para el cuidado de sus hijos mientras trabajan y para
todas las damas de México, creará una pensión universal.

Además, “Silvano el Loco” es el único gobernador saliente que no ha sido sometido por el régimen
obradorista, ni con privilegios (como convertirlo en Embajador), ni con amenazas, como ha
sucedido con “Alito”. Conduciéndose con excesiva seguridad, como si en realidad estuviese
demente, minimizando el riesgo que implica contradecir a un arrogante narcisista y oponerse a un
tiránico dictadorzuelo, que agrede, insulta y se mofa de quiénes intentan ejercer sus garantías
universales, como la de disentir.

AMLO es particularmente peligroso porque se ha convertido en el aliado protector de los poderes
fácticos (crimen organizado), para ello ha prostituido a una de las dos instituciones de la república
que todavía conservaban credibilidad popular: el ejército mexicano. Al que mantiene sometido y
de rodillas, seducido con el suministro de poder político y dinero. Pero Aureoles se conduce como
si ya todo estuviera pactado y los acuerdos fuesen signados más allá de la frontera norte de
nuestro país.

En política la crítica resulta primordial, cuando se hace con propósitos constructivos y se plantea
de manera respetuosa, en forma de observación, invitando a la reflexión y rectificación del
destinatario. Pero cuándo la crítica es despectiva, incluso insultante y ofensiva, la intensión es
lastimar y el origen son alteraciones emocionales de quién o quiénes la emiten, que pudiesen
estar intoxicados por sentimientos insanos, como el rencor, la envidia y el miedo. Lo anterior Silvano lo entiende y sabe que la crítica lo fortalece, por eso reta al afirmar que se vendrá una fuerte ofensiva en contra suya, “estoy preparado para eso, conmigo se toparon con la horma de su zapato”.

Él espera precisamente eso, que lo critiquen e insulten, pero que lo vean, escuchen y lean, que su
promoción tenga efectos que puedan ser palpables, aunque sea de manera negativa, pero que
exista donde no lo conocen. Ya tendrá oportunidad de cambiar la percepción en esos lugares, pues
el país no se reduce a Michoacán y Zitácuaro, que es dónde menos aceptación podría tener… sin
embargo, influirá en la designación de candidaturas en el país, particularmente en Michoacán y
Zitácuaro (dónde se presume no lo quieren), como lo ha venido haciendo en los últimos años.

Argumentos y elementos para que la oposición al régimen de la 4T crezca y sea electoralmente
competitiva en el país, hay de sobra y cada vez se generan más de mayor gravedad, con un
presidente cuya retórica ya resulta ofensiva por el nivel de oscurantismo, atraso y barbarie,
alejado absolutamente del discurso de una figura u hombre de estado.

Normalmente los políticos ocasionalmente “bajan” el nivel del lenguaje cuando se dirigen a un auditorio con nivel de instrucción mínimo, con el propósito de ser captado y entendido el mensaje.

En el caso de AMLO su discurso siempre es el mismo, ordinario, corriente y vulgar, no tiene otro.
No puede decirse que ha bajado el nivel de su discurso, pues él siempre ha estado ahí. Y no
precisamente por identidad con los sectores humildes, donde abundan ciudadanos con intelecto
desarrollado, sino porque su capacidad intelectual no da para más.

Desafortunadamente en ese nivel se encuentra la inmensa mayoría de mexicanos… insisto, no por
su nivel académico, sino por pereza mental y desidia para reflexionar, siendo proclives a
identificarse e idolatrar a personajes intelectualmente ordinarios, sean políticos o criminales.

Por ello, son pocos los ciudadanos que se sienten ofendidos cuando un servidor suyo se dedica a
agredir, insultar y ofender a quiénes difieren de sus excesos y limitaciones, ataca a periodistas, a la
iglesia, empresarios, familiares de niños enfermos de cáncer, productores agrícolas, académicos,
investigadores, escritores, artistas, intelectuales, ambientalistas, aceptando con total cinismo que
su partido es fuerte gracias a los ignorantes que abundan en el país, que son los que votan por
Morena… aun así sus seguidores no se ofenden, sabedores de esa lacerante verdad.

Esos ociosos cerebrales son los que además aplauden los espectáculos masivos “gratuitos” (estilo
circo romano) de gobiernos que prefieren realizar costosos bailes populares antes que pagar a sus
trabajadores y proveedores, pues eso les reditúa más simpatías que cumplir con sus obligaciones y
la palabra empeñada, incluso el populacho agradece más “ese detalle” que las obras
trascendentales y prioritarias. Demostrándose ante las minorías analíticas que ser candidato es
fácil, lo difícil es gobernar e imposible para ellos tolerar la tentación de mantener las manos
alejadas del dinero ajeno, las mentiras y simulaciones. En eso debe reflexionar el elector antes de
depositar el sufragio.

Ahora el centro de los ataques es el INE, porque sus integrantes son “corruptazos” y tienen
sueldos exagerados… frente a esa tesis más conveniente sería atacar a PEMEX, CFE, ministros de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, dónde los excesivos salarios es lo de menos, comparados
con los abultados “moches”.

Reitero, elementos y argumentos para crecer a costa de la ineptitud del gobierno federal y la
cómplice pasividad de su partido, existen demasiados. Sólo falta hacerlos llegar a donde se debe,
en el momento oportuno y la forma adecuada.