Sinopsis política/Los traidores de la política

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Es verdad que en política las circunstancias sociales son cambiantes y cada proceso electoral es
diferente al anterior. Sin embargo, hay algo que resulta inalterable: es la incesante
descomposición ética de los protagonistas principales y la distancia cada vez más amplia con los
valores teóricos y declaración de principios de sus respectivas organizaciones. La separación de los
actores políticos de los valores que rigen la conducta interna en los partidos, inició con el desacato
a los documentos básicos, pasando después al “desdibujamiento” ideológico, terminando con
ingratitud y traición al instituto que les dio poder y riqueza material.

En México, de origen, sólo existen dos partidos políticos: el PRI y el PAN, el primero creado para
aglutinar a los caudillos revolucionarios (o surgido de dicho movimiento) y el segundo para hacer
contrapesos y simular democracia, en sus inicios se trató de un partido selectivo, excluyente,
integrando por élites capitalistas. Por eso (el PAN), ha sido considerado un partido de derecha,
exclusivo de la aristocracia, pero la necesidad de incrementar su membresía obligó a sus dirigentes
dar cierta apertura selectiva, acompañada de intenso adoctrinamiento para lograr convertirse en
militante “convencido”, logrando con ello mayor cohesión interna y como consecuencia menor
deserción.

Es en el PRI donde se han suscitado más actos de deslealtad partidista, a través del ultraje a los
documentos básicos, sobre todo a la declaración de principios, renunciando a los mismos y
traicionando a la militancia para emigrar a otras fuerzas políticas o fundar partidos contrarios al
que los hizo, incentivados por la avaricia y bajo el argumento que abandonan al PRI por corrupto y
ellos buscan “el cambio y la transformación” en la creación de otras organizaciones “honestas”.

Intentando pasar por alto que los perversos no son los partidos, sino los individuos y que los
valores que los institutos políticos impulsan, en los principios fundacionales, son ideales
magníficos, que les estorban y por eso huyen a crear nuevos grupos que puedan controlar. Se van
a donde tengan más oportunidades o mejores ofertas, pues en su partido “padre” o de origen sus
ambiciones personales de llegar o permanecer en el poder se ven limitadas u obstruidas.

Es decir, todos los demás partidos han surgido o son creados por trásfugas del PRI, sus dueños y
dirigentes son priistas de formación, que abrevaron, aparte de las prácticas corruptas de sus
correligionarios (no del partido), la avaricia, el cinismo y desvergüenza. Pero en la praxis resultaron
peores, pues en su esencia se trata de personajes ingratos y traidores.

Por lo anteriormente expuesto, no se explica porque los seguidores de Morena y la 4T cuando
pretenden detractar a sus críticos u opositores se refieren a ellos de manera despectiva como
“prianistas”, sin reflexionar que precisamente sus líderes y quienes los pastorean de ahí vienen,
que traen en sus genes y ADN lo más perverso de esa coalición (PRI-PAN). Y si fueron desleales con
los principios rectores, los valores éticos de los documentos básicos y la doctrina partidista, nada
les impedirá que en el cumplimiento de sus objetivos de poder y dinero sean también traidores
con quiénes en ellos confían.

Mucho se ha insistido que los partidos políticos son instrumentos al servicio del pueblo, para que
este acceda al poder. Pero en la realidad se han convertido en herramientas para el
enriquecimiento de vividores insaciables, que pisotean sus lineamientos y desertan cuando las
desenfrenadas avaricias no son satisfechas o se perciben amenazadas.

LOS LIDERAZGOS DEL MOMENTO

Precisamente los procesos electorales en puerta estarán plagados de indefiniciones e
incongruencias ideológicas, deslealtades partidistas y traiciones. Algunos aspirantes prostituirán su
capital político, ofertándolo a quiénes les garanticen más, en cargos y especie. Sin importar las
siglas de los partidos que los postulen, ni la doctrina de los mismos; sólo les interesa ser, para
tener. Sin pudor rechazarán apoyar a otros candidatos del partido que los llevó al poder y
enriqueció, si ellos no se benefician también, y sin recato aceptarán ser postulados por institutos
(o coaliciones) contrarios al suyo.

Esa práctica inició con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en la década de los 80s, cuando
abandonó al PRI para crear la “corriente crítica”, que daría origen al Frente Democrático Nacional,
que con el Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional lo hicieron candidato a la presidencia de
la república en 1988 y de ahí surgiría el PRD, en decadencia desde que Andrés Manuel López
Obrador lo abandonó para fundar Morena, porque en el PRD su entonces dueño (Cuauhtémoc
Cárdenas) no le permitía ser candidato a la presidencia de México.

Hoy el PRD se encuentra al borde del exterminio, el barco se hunde, y fieles a su esencia, los
especímenes que de ese partido se sirvieron exploran nuevos horizontes, renunciando a la
militancia de más de 30 años: primero Antonio Soto Sánchez, que ocupó todos los
cargos de dirección en el partido y de poder público, nada más le faltó ser gobernador del estado.

Sus pasos son seguidos por otros dos seres privilegiados con el Sol Azteca, Efraín García Becerra y
Rafael García Tinajero. Soto Sánchez se intregró al gobierno bedollista.

LOS ASPIRANTES DE ZITÁCUARO

Son muchos los que en su momento surgirán, algunos ya andan activos realizando labores de
organización, gestión y promoción. Otros creen que irán a buscarlos a su casa o trabajo para
ofrecerles la oportunidad que cientos se disputan (casi a muerte). Pero, de todos de ellos, los
funcionarios o quiénes poseen cargo de representación popular tienen ventaja, especialmente por
la disposición de recursos financieros, humanos, tiempo laboral y espacios de proyección.

Así tenemos que, por ejemplo, la diputada federal del PT, Mary Carmen Bernal Martínez, es de los
proyectos más competitivos de la coalición oficialista (PT-Morena-PVEM). Aunque, sin ser
funcionaria, ni representante popular, Rosa María Salinas Téllez conserva fuerte liderazgo entre las
estructuras de Morena en el municipio, producto del trabajo permanente y cercanía con la
militancia. Ambas, seguramente estarán en la papeleta electoral. Pues son las que más ventaja –
por el momento- conservan en esa alianza.

Siguiendo con esa lógica, de la ventaja que dan los cargos y recursos públicos, se supone que en el
PRI la delantera la debería tener la diputada Gloria del Carmen Tapia Reyes; sin embargo, habría
que verlo, para saberlo. No vaya a pasar lo que sucede con la también legisladora Rocío Beamonte
Romero, que teniendo todo para crecer en el municipio y convertirse en fuerte contendiente a
alguna candidatura, se ha “dormido en sus laureles”.

Aunque Gloria Tapia tiene la opción de la reelección, seguramente le resulte más atractivo
competir por la alcaldía, y cumplirle el sueño a su compadre Juan Carlos Campos Ponce,
respaldándolo para que sea candidato a la diputación local por el PRI y la alianza opositora; o bien,
ella ir por la reelección y su compadre a la presidencia municipal, y así rescatarlo de las “garras” de
Morena, dónde es visto con recelo. Pero ambos tendrán antes que enfrentarse a la aguerrida
Catalina Arguello Flores y a Aldo Argueta, entre otros cuadros tricolores.

En el PRD, activos andan los regidores Ulises Romero y Erika Alvarado, el primero trabajando a
favor de los migrantes de la región y ella realizando gestiones en beneficio de los agricultores del
municipio de Zitácuaro. Especulándose que ambos pretenden abanderar a la alianza opositora
como candidatos a la diputación local, hoy representada por la legisladora priista Gloria Tapia.

Con un trabajo inteligente a favor de los sectores empresarial y turístico, Guillermo Estefan
Abuchard está causando escozor (y hasta urticaria), entre algunos políticos del municipio, que
sienten que un empresario exitoso, un tanto ajeno al activismo partidista, les “está robando
cámara”, convirtiéndose en un proyecto atractivo (y en el futuro posiblemente necesario) para
cualquier partido político en crecimiento y hasta para los de siempre, que están escasos de perfiles
competitivos.