Somos Nuestra Memoria/Cómo postergar el placer sin morir en el intento

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Boris González Ceja

Compulsión sexual, pornografía, procrastinación (dejar todo para después), no controlar impulsos, fumar de manera desenfrenada, ir de pareja en pareja, no formarse en la fila de los autos, más un largo etcétera, configuran el problema de buscar ser siempre el primero, aunque a nadie le importe que lleguemos; esa frustración se suma a la lista de no saber esperar tu turno.

Hay personas que tienen problemas para lograr sus deseos, su indecisión les hace postergar lo que saben que pueden lograr y no lo hacen, pero hay otros que pecan de activos y generan destrozos por su impertinencia, al grado de no poder detenerse, y eso se nota en comunidades de manera muy marcada.

Y es que el placer es caprichoso y muchas veces actúa sin nuestra decisión consciente, porque se trata de un placer que una vez activado se necesita aumentar sus efectos para hacernos sentir bien, con la trampa anunciada de que el placer no tiene fin, como se sabe con las drogas y los juegos.

El placer, después de un tiempo de uso como la energía que es, cansa y se cansa, y con ello obliga a la persona a buscar nuevas formas del goce, con el cuerpo, con el poder, con el dinero y el desenfreno, cuando se es débil de carácter.

Cuando experimentamos una sensación placentera queremos que no pase el tiempo, que el placer se sostenga, que no llegue el dolor, pero como pasa siempre donde hay excesos, el dolor siempre llega, tarda pero siempre se encuentra junto con pegado.

Ante esa realidad de buscar las cosas rápidas, inmediatas, sin pensar en el futuro a mediano plazo, autorregularse es algo que las personas tienen que aprender de manera urgente, porque si no se gobiernan a sí mismos son esclavos de cualquiera.

La autorregulación es una habilidad humana, cognitiva (es decir, del conocimiento) y del comportamiento, que nos sirve (cuando la usamos) para moderar la reacción emocional y las conductas propias con base en el autoconocimiento. Si la persona no se conoce ¿cómo va a establecer una relación con otra persona? Y esto es algo que en las escuelas no se enseña, ya que siempre están pensando en el consejo técnico, que sólo a algunos les sirve.

La autorregulación emocional es algo que se aprende con pequeños ejercicios, como esperar en la fila, es más, buscar la fila más larga y hacer el ejercicio de esperar hasta que pasen todos sin vencer mis vulgares intenciones de querer pasar primero.

Regularse emocionalmente forma parte de un proceso general de contención psicológica, el cual es un mecanismo del ser humano que le permite mantener constante el balance psicológico.

Los psicólogos sabemos que de nada sirve reconocer nuestras propias emociones si no podemos manejarlas de forma adaptativa, aplicarlas de manera positiva y generar un proceso de poner en acto la mejor parte del ser humano.

Como puede verse, la autorregulación emocional es un sistema de control que supervisa que nuestra experiencia emocional se alinee con el proceso del logro de nuestras metas. Aquí es donde podemos dar respuesta a las personas que sienten que fracasaron en la economía y no ganan más: aquí es donde las emociones dicen: quien ríe al último, ríe mejor.

Postergar la gratificación (aplazarla para conseguir algo mejor) requiere sacrificarse ahora de manera inmediata, con la firme intención de obtener a futuro un placer mejor, y es algo que las mentes más fuertes pueden lograr.

Hay que entender que el malestar que puede surgir de este sacrificio no se compara con la satisfacción que viene después de la espera, además nos enseña a controlar nuestros impulsos. Por ejemplo, dejar de gastar en alcohol para juntar dinero y viajar a otro país con mis hijos, es una satisfacción indescriptible.

También dejar de hacerse el Güicho Domínguez en las cantinas y ese dinero usarlo en pagar las deudas que se vuelven impagables.

El hecho de sacrificar el placer momentáneo por buscar una satisfacción más grande es un proyecto que requiere preparación, no las mismas improvisaciones con las que viven miles de personas todos los días, con los resultados que creen que son místicos, mágicos o religiosos, pero que ellos mismos generan en forma de fracasos.

Causas y azares…

  • Los candidatos del narco que buscan ser jueces y magistrados del poder judicial, son una realidad que cada comunidad le toca resolver. Mañana no se vayan a estar quejando cuando ya los conocen.
  • El caso de Doña Carlota es un claro ejemplo de un país con autoridades mediocres, donde todos quieren hacerse justicia por su propia mano y las consecuencias son la calidad de comunidades que tenemos.
  • Con más de 15 años de desapariciones forzadas al alza, podemos decir que en México hay un patrón generalizado, con las omisiones bien marcadas de las autoridades, superando a países como Irak, Colombia y Cuba.

Hasta la próxima, que he enseñado a mis estudiantes a que quieran la literatura, a que vean en la literatura una forma de felicidad.

Conoce más en: https://linktr.ee/psicologiaparati