Boris González Ceja
El problema de los abusos casi siempre está ligado a temas de psicología, y en el caso de los hombres sufren y reproducen distintos abusos escondidos sobre su sexualidad, generados muchas veces por otros, en los que se les dificulta dar luz.
Las masculinidades son otro tema donde el malestar está presente, generando procesos que hacen que se estanquen por años o que puedan avanzar hacia la plenitud.
Pero ¿qué es la masculinidad? son los atributos, valores, comportamientos y conductas que los hombres construyen para sí y en sus relaciones, en una determinada sociedad y cultura (…) es una construcción que se da en las familias, los amigos y en la calle, en contraposición a la idea de la masculinidad como virilidad natural o biológica, caracterizada por el machismo, la homofobia y la violencia contra las mujeres (Inmujeres).
Para muchos hombres su masculinidad les lleva a destinos indeseables, con consecuencias que bien pudieran resolverse. En las zonas urbanas, mestizas e indígenas la masculinidad se vive de una manera diferenciada, sobre todo por la cobija que permite las normas indígenas, o por la desprotección que significa el individualismo de las ciudades. En todos lados acontecen procesos de sexuación, de lo que vamos a hablar.
Importante es notar que no existe lo masculino en singular, sino las masculinidades como marca de la diferencia -blancos, negros, razas, pobres, ricos, gordos o flacos, en crisis, siempre reinventándose, con la política acuestas- y las masculinidades indígenas hablan de esas diferencias.
Para Freud la sexualidad era perversa (que tiene un objeto donde se fija y es placentero) y polimorfa (que tiene múltiples formas de expresarse), por lo que hablamos de un terreno complejo del que no se quiere saber.
La masculinidad es un proceso simbólico que nos permite diferenciar el sexo del género, en el que el sexo es la entidad anatómica y orgánica con la que nacemos. La diferencia entre los sexos que se marca con el lenguaje es el género: aquí entra el andamiaje psicológico, simbólico, histórico y político con el que asumimos una posición sobre la vida sexual y erótica.
La masculinidad entra allí como una construcción de identificación donde buscamos ser a imagen y semejanza de otros (padres, amigos, personajes públicos).
Lo interesante de la vida psicológica es que un hombre puede parecer hombre en la calle, y no serlo, y está bien. Así como puede haber hombres afeminados, y ser más hombres que quien lo parece. Como puede suceder, las combinaciones son tantas, que estas letras no alcanzarán para explicar las diferencias sexuales que los humanos viven todos los días con sus noches.
Los imaginarios de ser hombre son tantos como “tener dinero”, “tener mujeres”, “tener familia”, donde el peso de lo que debe ser no soporta el estar en aprietos económicos, no desear tener una pareja o vivir sólo con tu mascota: pero hay más. El problema radica en que para algunos la masculinidad significa abusos, autoritarismo y acaparar el poder, a costa de otras y otros.
¿Qué pasa con la masculinidad en culturas donde la figura del padre se encuentra desdibujada y donde el concepto de autoridad es un caos? Las suplencias en la vida humana son muchas, buscando objetos que permitan suplir la carencia, creyendo en la suerte, por ejemplo, o para otros aparece la figura del influencer como orientadora. En las comunidades indígenas las masculinidades se generan con las variaciones que menciono, pero con un fuerte componente de la vida comunitaria, que hace que se transmita su riqueza gastronómica, cultural y lingüística, sin descuidar la sexualidad, aunque parezcan cosas diferentes.
Algunos ejemplos de masculinidades saludables son:
- No utilizar el poder para imponerse (lo que adolecen muchos de nuestros líderes sociales);
- Trabajar de manera equitativa tanto por el hogar como por la fuente de ingresos económicos;
- Expresar sus emociones y compartir la promoción de los derechos;
Causas y azares…
- Muchas zonas de México se encuentran dominadas por el narcotráfico, según autoridades militares y religiosas en el país y en Estados Unidos, con participación mafiosa hasta en los servicios públicos de salud, por lo que el daño de nuestros gobernantes a la historia reciente del país es irreversible.
- La corrupción en las instituciones que buscan impulsar el desarrollo de las mujeres tiene raptada su solución: diversas Secretarias de la Mujer son agencias de colocación de dinero para sus amigos y allegados.
- Dice la secretaria de Educación que la violencia en las escuelas la atienden con fortalecimiento de los valores (así de medieval), y al preguntarle sobre la contratación de los psicólogos en el sector educativo dice que no, que ellos (la SEP) así trabajan en cada una de las escuelas. Así la ignorancia.
Hasta la próxima, que es mejor ser feliz y desdichado que no ser ninguna de las dos cosas.