Boris González Ceja
Múltiples son los mitos, creencias y estereotipos que adultos nos comparten en los consultorios de psicología de manera cotidiana, y que llevan a las personas a creer que “no se debe hablar de la sexualidad”, con la consecuente tasa de infecciones de transmisión sexual, violaciones y transgresiones de normas convencionales, algo que desencadena discriminación, baja calidad de vida y problemas de violencia.
Y es que la educación en sexualidad es un derecho de las personas, donde merecen tener información científica, pertinente, justa, equitativa, tolerante, abierta, diversa e inclusiva, atendiendo los requerimientos de cada grupo poblacional, comenzando con niñas y niños de 5 años de edad hasta los 18 años y más. De igual forma es una obligación del Estado mexicano de garantizar que las personas tengan esa información, pero hasta el día de hoy no se ha logrado de manera evidente.
Para hablar de sexualidad en la infancia primero hay que entender que la salud sexual y reproductiva (SSR) abarca distintas dimensiones y cuidados, tanto del bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad; no se trata solamente de la ausencia de enfermedad, disfunción o debilidad. Los hábitos saludables y entender cómo mantener una buena salud comienzan en la niñez (UNESCO). Abordar los temas de sexualidad de acuerdo a cada edad de las personas es necesario, sobre todo en un país donde la arbitrariedad juega un rol importante a la hora de tomar decisiones importantes.
Seguramente habría muchas menos violaciones de menores, si las y los niños fueran educados al respecto, sino hubiera simulación de las autoridades con los millonarios contratos del gobierno en el tema que no llegan a su destino.
Lo evidente en el país es que la educación en sexualidad ha venido fracanzado de manera sistematica, gastando miles de millones de pesos sin lograr quitar a México del deshonroso segundo lugar en violación sexual en Latinoamerica. La ciencia basada en evidencia en México, nos dice que en el año 2021 casi la mitad de las mujeres de 15 años y más manifestó haber vivido alguna situación de violencia en su infancia (antes de cumplir 15 años), y el delito de violación registró su máximo en el grupo de 10 a 14 años, y ocurrió 4.7 veces más en niñas que en niños de esta edad (INEGI).
En el mismo periodo, ocurrieron 147 279 nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años, y en niñas menores de 15 años, 3 019 (ésto último considerado una violación sexual, aunque le digan de otra forma).
Como puede observarse, la sexualidad es un proceso de autonocimiento del cuerpo, sus funciones y cuidados, además de un campo político, donde desgraciadamente en las familias se dan la mayoría de las violaciones sexuales en el país, esto por la falta de políticas públicas de salud mental que mitiguen este lacerante delito: también por la falta de comunicación en las familias de lo que es correcto y lo que no.
La sexualidad humana es un componente esencial en la vida de todo ser humano, que va más allá de lo sexual y tiene multiples formas de expresión, por ejemplo en las decisiones, en las relaciones sociales y en la comunidad.
Para lograr que la educación en sexualidad sea una realidad, se requieren esfuerzos que hasta el día de hoy han fracazado por falta de evidencias, por exceso de simulación y saqueo de recursos.
La educación integral en sexualidad (EIS) es un proceso que se basa en un currículo para enseñar y aprender acerca de los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad. Su objetivo es preparar a los niños, niñas y jóvenes con conocimientos, habilidades, actitudes y valores que los empoderarán para: realizar su salud, bienestar y dignidad; desarrollar relaciones sociales y sexuales respetuosas; considerar cómo sus elecciones afectan su propio bienestar y el de los demás; y entender cuáles son sus derechos a lo largo de la vida y asegurarse de protegerlos.
Siempre hay que saber responder a las preguntas que nos hacen nuestros hijos sobre sexualidad, y que pueden incluir que somos seres sexuados, que en sexualidad nadie sabe todo, que el tamaño de los genitales no define el placer, que decir hombre igual a activo y mujer a pasiva es una farsa.
Causas y azares…
- El Poder Judicial es un nido de putrefacción, han labrado por años sus cacicazgos y esperemos que ésta sacudida haga que cambien un poco sus magistrados corruptos.
- La desaparición del PRD es un buen signo en el mapa político nacional, esperemos que PRI y PAN generen una oposición solida, de lo contrario, que desaparezcan también, que nadie los va a extrañar.
- Así como siguen las cosas por el cambio climático y el calor, sino se hace una acción colectiva para detener esa masacre, mañana será tarde.
Hasta la próxima, que el tiempo es un río que me lleva, pero yo soy el río.
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