Transformando/Ajusticiados

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La batalla que viene y que, desde ya, estará perdida, es la reforma del poder judicial, una reforma que, con toda seguridad, pasará sin cambios en el mes de septiembre, tal cual le indicó el presidente López Obrador, al poder legislativo.

Hay un gran debate, en si la elección de jueces y magistrados mediante el voto popular, mejorará la impartición de justicia en este país o únicamente podría cambiarla de manos en algunos casos.

Me refiero a que cualquier reforma debería de tener enfoque para mejorar su aplicación y el resultado debería de verse reflejado en mejoras para los gobernados.

Es por eso, que el análisis debería centrarse en revisar, que es lo que mejorará a la impartición de justicia, la elección de jueces por el voto popular y no por un concurso o exámenes aplicados o la carrera de secretarios, jueces y magistrados para poder llegar al cargo.

De ninguna manera creo, que la actual forma blinde de corrupción a los que ocupan los cargos, sin embargo, elegirlos por el voto popular, no garantiza que esa corrupción desaparezca. Al contrario, abre una puerta para que poderes fácticos puedan patrocinar la campaña de popularidad de quien aspire el cargo.

Si realmente el interés es mejorar la impartición justicia, para que sea justa, pronta y expedita, creo que deberían analizarse las formas de hacerlo sin asediar al poder judicial pretendiendo controlarlo.

Bolivia, es el único país en el mundo, que elige a sus jueces y magistrados por el voto popular y el análisis de expertos en impartición de justicia a nivel mundial, reprueban la impartición de justicia en ese país, es decir, el voto popular no ayudó a mejorar la impartición de justicia.

Entonces ¿cuál es la finalidad de dicho asedio?, será, que más allá de impartir justicia, ¿estamos en la antesala del control del poder judicial?

Hoy, el poder judicial, es el último contrapeso que queda en el país, el poder legislativo, hoy con la mayoría que le otorgó el voto popular, quedará más cargado, y quizá supeditado a la voluntad de la presidenta Claudia.

Nos encontramos en la antesala de un país sin contrapesos, con una oposición desaparecida con liderazgos sociales desinflados y con partidos políticos despreciados, además de presidentes que se aferran a mantenerse dirigiendo un partido político en decadencia con su estrategia de derrota.

POSDATA:

         “…se andan alborotando en el gallinero, porque a Noroña, Claudia, no le respeto el cargo que le ofreció López Obrador, ¿será que la oposición vendrá de la implosión? ….”

¡Es tiempo de los ciudadanos!!! ¡¡¡ y de Justicia, Pronta y Expedita!!!

Abelardo Pérez Estrada

Empresario, Analista, Expresidente CANACINTRA