Abelardo Pérez Estrada
Siempre he sostenido que actualmente los partidos políticos funcionan como un negocio personal, una empresa donde los dueños son los que ocupan la cúpula, en muchos casos ya negocios familiares.
Las decisiones municipales, estatales y nacionales, generalmente se realizan en la mesa de un restaurante de lujo en la ciudad de México, donde se hacen acuerdos para seguirse beneficiando o llegar a obtener un beneficio político o el perdón de alguna persecución.
Estos acuerdos, se caracterizan, porque, lo que menos tienen, es la búsqueda del beneficio de la sociedad y mucho menos honrar los principios y valores de los ideólogos del partido.
La lógica para la creación de un partido político, es representar a un sector de la sociedad que no encuentra cabida en los partidos políticos actuales, de esa forma, pensaríamos, que esa población que ya se encontraría representada, tendría afinidad con el partido y sus representantes populares.
Sin embargo, cuando los partidos por los beneficios mencionados, deciden aliarse con algún otro, o en este caso declinar por algún otro, no solo esta dejando su ideología, sino también a su población representada.
Esto acaba de pasar en Coahuila, con el partido verde que, desconociendo, demeritando y despreciando el esfuerzo de militancia y candidatos encabezados por Lenin Pérez, el aspirante a la gobernatura del estado, decide unos días antes de la elección y desde esa mesa en la CDMX, que “siempre no” van solos y piden que como borregos apoyen al candidato de Morena.
Por otro lado, en perfecta sincronía, el PT, decide que su candidato, Mejía Berdeja, ya no es la mejor opción y también piden a los coahuilenses que ya no apoyen al PT, sino al candidato de Morena por la gobernatura del estado.
La desesperación representada por Mario Delgado, para ganar Coahuila, de la forma que sea, hace que, aunque las boletas ya estén impresas, y los candidatos de Morena, Verde, PT, ya aparecerán en ellas, pida este acto que me recuerda a los viejos Priistas, que en algún momento recurrieron a todo con tal de ganar.
Aplaudo, por lo menos el mensaje de los candidatos Lenin y Mejía Berdeja, que, en un acto de congruencia y dignidad, salieron a desconocer a sus respectivas dirigencias nacionales y a continuar pidiendo el voto para ellos y no para el candidato Guadiana.
La incógnita, es lo que harán los hermanos coahuilenses y en específico los que creyeron en los candidatos del Verde y PT, mostraran la misma dignidad que los candidatos o ciegamente como borregos obedecerán al pastor, aunque los vaya a trasquilar.
Mientras no se ciudadanicen los partidos políticos, continuaremos viendo estas historias, de beneficios a las cupulas partidistas, alejándose, cada día más de la sociedad.
¡Es tiempo de los ciudadanos!, que no son borregos.
POSDATA:
En serio, ¿no son iguales?
Abelardo Pérez Estrada
Empresario, analista político, Expresidente CANACINTRA