Colaboración especial de Portal Hidalgo para Artículo Siete
Por la puerta de atrás, contrario a lo que antes acontecía en Palacio Legislativo, el pasado 13 de septiembre el que cobra como presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Michoacán, Marco Antonio Tinoco Álvarez, entregó su segundo informe de labores a través de la ventanilla de Oficialía de Partes.
Nunca antes en la corta vida que lleva esta instancia que abrió sus puertas en Michoacán en febrero de 1993 como dependencia del Ejecutivo y tomó forma como organismo no gubernamental en 2004, se había registrado un desaire como el referido y que poco impactó en el ánimo del que cobra como Ombudsman michoacano, quien sigue su furor de viajero frecuente a cargo del generoso presupuesto que tiene a su disposición, 99.9 millones de pesos, el más alto de su historia.
Pero la crisis de credibilidad que arrastra la CEDH a cargo de este protegido de algunos diputados que cobran generosas becas mensuales para que se tenga en calidad de intocable, no es inconveniente para solicitar una ampliación presupuestal por el orden de los 150 millones de pesos que pretende obtener para el 2023, a través de sus “padrinos” legisladores locales.
Para Tinoco Álvarez no hay sentimiento de pudor mucho menos de recato, así como hace poco se fue a Dubai por varios días, ahora se encuentra ausente de la comisión una vez que el pasado 13 de septiembre, entregara a escondidas, su segundo informe de labores a la Oficialía de Partes del Congreso del Estado de Michoacán.
Acto indigno se toma en cuenta además que no hubo presencia de los diputados que integran la Comisión Legislativa de la materia, no se diga de los medios de comunicación, activistas, defensores civiles y las organizaciones no gubernamentales dedicadas a la defensa de los derechos humanos, como antes acontecía.
Todo esto obedece a que nunca como ahora había existido tanta opacidad en la administración del organismo garante de los derechos humanos en la entidad.
En una somera revisión al contenido del informe presentado podemos apreciar que hay una preocupante pérdida de credibilidad de los michoacanos en su organismo de defensa de los derechos, pues de 2 mil 300 quejas que en promedio recibía ese organismo al año, ahora, de acuerdo al historial estadístico, este 2022 sólo conoció de mil 581 lo que significa que los michoacanos no tienen confianza en la CEDH, porque abusos de autoridad hay y son mayores con el gobierno que presume haber recuperado el “cambio” en Michoacán.
Conocedores del tema, coincidieron en aceptar que más preocupante resulta que de esas mil 581 quejas, más las acumuladas de años anteriores, en el periodo que lleva Tinoco Álvarez al frente de la CEDH, sólo ha emitido la paupérrima cantidad de 14 recomendaciones, por violaciones a los derechos humanos, todas las demás han sido conciliadas y archivadas para protección de los violadores de derechos humanos.
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Para nadie es desconocido que a Tinoco Álvarez se le ubica más en los destinos paradisiacos que en las áreas de trabajo, sus constantes viajes de placer y ausentismo, son tema cotidiano y lo peor es que las irregularidades son solapadas por la Comisión legislativa que lo sostiene en la encomienda para no dejar de recibir sus becas mensuales y otras prerrogativas.
Nada torpe, eso sí, busca ocultar sus prolongadas ausencias mediante un repertorio extenso de fotos que se hace tomar con diversas autoridades bajo el pretexto de la firma de convenios, que resultan ser generales, de colaboración, pero en términos prácticos no sirven de nada para la protección y defensa de los ciudadanos ante los constantes abusos de poder por parte de la autoridad.
La opacidad en el manejo de los recursos es evidente, toda vez que en el informe referido, no da cuenta del ejercicio del gasto, mucho menos el costo de sus viajes, tampoco del desorden administrativo y las irregularidades que día a día se siguen acumulando al no permitir que la Coordinación Administrativa ejerza sus funciones, como manda la Ley de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
Aquí se precisa señalar que es del conocimiento público que la doctora Eréndira Castellanos Pallares, coordinadora administrativa de dicha Comisión, no realiza esa función, debido a que fue bloqueada y obstaculizada su labor para no permitirle ejercer sus tareas y mantener en secreto y opacidad el manejo de los recursos, la plantilla laboral, el gasto en viáticos, combustibles, gastos de representación, mantenimiento y contratos con proveedores, entre otros.
Estas y otras irregularidades administrativas ya han sido denunciadas de manera formal ante el Congreso del Estado de Michoacán, y se está a la espera de la decisión de los congresistas, claro no por los diputados “maiceados” que solapan estas anomalías.
También se sabe que a la anterior denuncia, se han sumado por lo menos otras cinco quejas presentadas por trabajadores de la propia Comisión en el Congreso del Estado contra las constantes violaciones al respecto cometidas por Marco Antonio Tinoco Álvarez, mismas que incluyen mobbing laboral, acoso, hostigamiento y malos tratos.
En fin, un auténtico caos el que se tiene en la CEDH Michoacán, y en vez de ser el garante en la defensa y protección de los derechos humanos, hoy día está convertido en un espacio de prepotencia, dispendio de recursos, agencia de colocaciones para los cuates, aviadores y pago de favores a diputados.