Por: Carlos A. Montaño
Morelia, Mich., a 3 de julio de 2024.- Lilia González Torres, autora del libro “La Carcajada de la Pedagogía I y II, es una mujer vivaz, hiperactiva, con mucha energía, inteligente, analítica pero en diciembre de 2018, sufrió un duro golpe; el 28 de ese mes, falleció su amado esposo, Juan Ávila Osornio con quien vivió 44 años felizmente casada y con quien procreo a sus tres exitosos hijos, Yaraví actual rectora de la UMSNH; Lilia, una extraordinaria doctora que radica en Querétaro y Alejandro, ingeniero químico, también con gran talento.
Tuve el honor de conocer a Juan, fuimos amigos: él escribió artículos en dos de mis periódicos que tuve por el año 2000 y 2001: Impulso Michoacano y Centenario”; también en el semanario Ario y Aquí y Ahora, de Jorge Álvarez Bandera, ambos colaboramos.
Después de la muerte de Juan Ávila, la ingeniera agrónoma y licenciada en educación secundaria, especializada en ciencias naturales, cayó en una gran depresión que la mantuvo encerrada en su casa durante 2 años.
A continuación, la entrevista. ¿Quién es Lilia González Torres?
“Lilia González, es una mujer que tuvo una vida difícil, pero hermosa; con muchas carencias, con hambre, con dificultades; nací en Santa Casilda, en el municipio de Gabriel Zamora, mis padres Santiago González, hijo único y mi madre Leobarda Torres Álvarez”.
“Cuando yo tenía 8 años, nos fuimos a vivir La Huacana, porque mi mamá se separó de mi padre; llegamos a una casa de lámina y adobe que le prestaron a mí madre; en mi infancia cuidaba grandes manadas de cabras, pero cómo había animales de uña, yo cargaba siempre un rifle de chispa; era muy feliz comiendo fruta en el campo, aguacate, nuez de macadamia, guayabas, me llevada de casa bolas de requesón y la pasaba bien, cantando”.
“Empecé a estudiar la primaria a los nueve años, en La Huacana, llegue hasta el 5° grado; pero como quería ser actriz, me fui a vivir con una hermana a México, allá termine el sexto grado”.
“Logre ingresar a la escuela de Televisa y ya iba a iniciar las clases en el teatro Manolo Fábregas, cuando me habló mi mamá, para decirme que se abría una secundaria; lo pensé mucho, porque la actuación era incierta y yo quería tener una carrera para ayudar a mi madre; así que me regrese y entre a la secundaria
“Yo siempre me dije, que iba a tener hijos que tuvieran un gran padre y que no pasarían por las carencias y dificultades que tuve que pasar”.
“Después de concluir la secundaria, le dije a mi mamá que quería continuar estudiando, y me dijo que no: pero como siempre fui rebelde, me fui a Morelia sin su permiso con mi amiga Graciela Camacho, y logramos ingresar al ITA 7, que estaba en ese entonces en La Huerta”.
“Cómo también era muy inquieta, yo siempre participaba en toda actividad, poesía, bailables, oratoria; fui seleccionada del equipo basquetbol; y en un encuentro deportivo fue ahí en donde coincidí con Juan Ávila, a él que era seleccionado también, le decían la “Estrella”; era líder y hablaba mucho y le dije a una compañera, ya cállenlo; y me respondió, no a él lo queremos mucho”.
“Ahí me di cuenta que Juan, no sólo era popular, sino que era el líder y traía a varias mujeres enamoradas; ahí se metió su nombre en mi cabeza y cuando cumplí 19 años, nos casamos; después nació Yaraví y continuamos estudiando”.
“Mi primer empleo lo tuve en la Secundaria Técnica 16 de La Huacana, inicié con 12 horas de clases, dando la asignatura de apicultura y de ahí fui maestra de muchas generaciones de alumnos, quienes hasta la fecha muchos de ellos me siguen en mis redes y tenemos comunicación; esa ha sido mi vida académica”.
¿Cómo inicio su idea de escribir…?
“Bueno, después de dos años de luto, me sentía extraviada, pérdida, sin ganas de hacer nada; buscaba mucho a Juan; fue un extraordinario padre, gran amigo y mejor esposo; a Yaraví desde que estaba en mi vientre, él le cantaba, nos amábamos mucho y amaba muchos a sus hijos, eran su orgullo”.
“Un día, por la noche no podía dormir, ya era muy tarde y sólo quería platicar con alguien, así que saludé a una persona que vi que estaba en línea, su nombre Munther Mahmoud Aleidah; él me respondió y me pregunto que cómo estaba: yo le conté que estaba triste y que buscaba mucho a mi esposo recién fallecido”.
“Ahí empezó todo: el de Jordania y muy conocedor del Corán, empezó a hablarme de Dios y darme consejos; mi corazón empezó a sanar y un día me dijo: escribe todo lo que viviste y piensas de tu esposo; y así dio inicio todo, cuando me dijo escribe un libro, ya tenía 600 hojas: así que Carcajada de la Pedagogía, es una obra escrita e inspirada en la vida, obra y legado de Juan Ávila en el sector educativo de Michoacán”.
“El dejó mucho, era un visionario y un maestro que pensaba, qué a los alumnos había que enseñarlos a pensar con filosofía”, ayudó a muchos políticos y funcionarios, hizo muchos ensayos; y dejó muchos escritos”.
“De ahí que me propuse dar a conocer el legado educativo de mi esposo por todo el mundo; pero nunca imagine que tuviera tanto éxito; el primer libro lo titule “La Carcajada de la Pedagogía, La Magia Didáctica: Educación y Práctica Docente”; el segundo lleva el mismo titulo con el agregado de Teorías, Metodologías y Estrategias de Enseñanzas”.
Lilia González Torres, señaló en la entrevista, que cuando empezó a pensar en escribir en serio, buscó la asesoría del maestro cubano Ray, quien dirige una gaceta de narrativa; así como del español Francisco Navarro que da clases de Novela; ahí se inscribió a sus clases, en ese peregrinar, conoció a la argentina Daniela Mastrolorenzo, quien la apoyó en revisar y corregir el estilo de su libro; además de relacionarse con Nancy Toledo Ramos, cubana radicada en Nueva York, quien la invito a participar en la Asociación Multicultural de Autores (AMA).
Y así, el abanico de su obra se extendió, sin que haya limites, la Carcajada de la Pedagogía, se convirtió rápidamente en Best Seller, y se encuentra en el mercado en los idiomas de español, inglés y próximamente en alemán. Y la autora ya trabaja en el tercer libro.
Lilia González Torres, también estudio la maestría en Diseño Curricular y Docencia; realizo también un doctorado en Ciencias de la Educación en la Universidad Internacional de América en Ciudad Victoria, Tamaulipas; se desempeñó frente a grupo en el nivel de educación secundaria; docente en los programas de licenciatura, maestría y doctorado en distintas instituciones educativas.
Fue docente de la licenciatura de Planeación Educativa, de la maestría en Teorías Pedagógicas, y en 2021 fue cuando publico su primera obra literaria.
“Mi esposo Juan Ávila, fue un hombre justo, honorable, humano; que lucho siempre en contra de las injusticias, que vivió en el sector educativo, desde la Normal de Tiripetío, en donde logro sacar al director de nombre Higinio, por realizar actos deshonestos, por ejemplo; y de ahí todo lo que vivió y vivimos juntos, viene plasmado en los libros”, nos dijo.
Agradezco a la autora, los ejemplares que me regaló sobre la vida de mi amigo Juan Ávila, con quien trabaje en crear la reserva natural protegida más grande de Latinoamérica con 265 mil hectáreas de la selva baja caducifolia establecida en los municipios de Tumbiscatio, Arteaga, La Huacana y Churumuco en más de 126 ejidos. Juan fue el ideólogo junto al ex alcalde Iván Madero Naranjo, y el ex gobernador Lázaro Cárdenas Batel, respaldo el proyecto, también el biólogo Mario Romero Tinoco, fue una pieza fundamental y destacada.