Jorge Hidalgo Lugo
Más allá de la retórica manipuladora con que se pretende engañar a la opinión pública desde Palacio Nacional y sus respectivas réplicas en las entidades mal gobernadas también por Morena, como es el caso de Michoacán, las ejecuciones a manos del crimen organizado no cesan y de ello dan cuenta fiel las 144 mil 684 víctimas que hasta el momento de escribir este despacho, se acumulaban en el país.
Esto sin que se vislumbre tregua alguna y por el contrario, ahora se suman a la macabra estadística, elementos del Ejército Mexicano que han sido acribillados por los narco aliados en el presidencialismo imperial.
En la estadística que se tiene del “ejecutómetro” nacional, Michoacán figura en un plano preponderante y sus autoridades, escurridizas y disfuncionales, sólo atinan a emitir mal redactados boletines de prensa con el que se afirma los índices criminales van a la baja, pese a que en pleno rostro se les restriegan los 3 mil 291 ejecutados que se contabilizan desde el primero de octubre de 2021 al 23 de enero del 2023, lapso que lleva el gobierno fallido de Alfredo Ramírez Bedolla.
No se trata de regodearse con el hecho de un baño de sangre imparable como indignante, sino exponer que la fallida estrategia de abrazos y no balazos sigue su curso, con cargo a la población donde se incluyen niños, jóvenes y mujeres, que por razones no precisadas por el gobierno en sus diferentes niveles, se incluyen en las bajas, al extremo que en este mismo lapso que se menciona anteriormente, suman ya 318 féminas las que han sido víctimas del crimen organizado en Michoacán.
La sucesión interminable de ejecuciones en este Estado lo tienen en la mira de gobiernos internacionales como el de Canadá y los Estados Unidos, donde se recomienda a sus habitantes no visitar la entidad, ante la ola incontenible que masacres como la de Jungapeo, hace apenas unos días, al igual de otras no menos indignantes registradas en San José de Gracia o Zinapécuaro, son asignatura pendiente de resolver y castigar por tanto a los responsables.
Publicaciones periodísticas que ha compartido el colega Sergio Cortés Eslava, director de Artículo Siete con portalhidalgo.com dan testimonio de los hechos de sangre donde “en el primer año de Alfredo Ramírez Bedolla al frente de Michoacán, se tienen registradas 83 masacres con un saldo de 349 víctimas entre hombres, mujeres, niños y adolescentes”. (https://portalhidalgo.com/no-puede-salir-michoacan-se-mantiene-en-el-ranking-nacional-de-asesinatos/).
“En el primer trimestre de Bedolla –del 1 de octubre al 31 de diciembre de 2021–, los casos se registraron en los siguientes municipios: Lázaro Cárdenas, Zitácuaro, Tlalpujahua, Morelia, Tepalcatepec, Uruapan, Tangamandapio, Hidalgo, Tancítaro, Chilchota, Zamora, Tingüindín, Ario, Tocumbo, Jacona, Apatzingán.
“Para 2022 –del 1 de enero al 30 de septiembre–, las masacres fueron en Morelia, Sahuayo, Zinapécuaro, Hidalgo, Tangamandapio, Zamora, Tingüindín, Parácuaro, San José de Gracia, Zitácuaro, Uruapan, San Juan Nuevo, Villamar, Jacona, Jiquilpan, Chavinda, Puruándiro, Coahuayana, Copándaro, Cuitzeo, Aguililla, Venustiano Carranza, Buenavista, Cojumatlán, Tuzantla.
“Como se observa, fueron varios los municipios donde en más de una ocasión ocurrieron los homicidios masivos, como Morelia, Zitácuaro, Uruapan, Tangamandapio, Hidalgo, Tingüindín y Jacona”, documenta el periodista y escritor.
En el mismo trabajo ya publicado, Cortés Eslava da cuenta que en 2022 “las cosas no mejoraron para Michoacán y los asesinatos de tres y más personas, siguieron su racha y del 1 de enero al 30 de septiembre, en la entidad se registraron 55 masacres con 239 víctimas mortales:
“Enero, 6 masacres con 25 víctimas; Febrero, 7 masacres con 38 víctimas; Marzo, 7 masacres con 40 víctimas; Mayo, 7 masacres con 26 víctimas; Junio, 12 masacres con 48 víctimas; Julio, 9 mascares con 30 víctimas; Agosto, 3 masacres con 22 víctimas y Septiembre, 3 masacres con 10 víctimas.
Dentro de la misma talacha periodística que se enuncia, hay otros datos no menos trascendentes que retratan la realidad que se vive en Michoacán, muy distante al mundo fantasioso que Morena y sus catroteros quieren vender como acto de fe: (https://portalhidalgo.com/adolescentes-carne-de-canon-del-narco-en-2022-ejecutaron-a-67-en-michoacan/)
“Reclutados mayormente por el crimen organizado para vender droga y cegados por un falso “poder” y “glamur”, aquí en Michoacán no pasó un mes de 2022, donde por lo menos seis menores de edad, adolescentes, en promedio, hayan sido ejecutados por problemas derivados de la compra-venta de narcóticos o por los enfrentamientos entre bandas rivales de grupos del narcotráfico y lo peor es que la mano armada, la mano asesina, también es de alguien de la misma edad.
“En dos años, de 2020 a 2022, en Michoacán la cifra fría de niños y adolescentes asesinados, creció hasta un 200 por ciento.
“Y es que en Michoacán hay una realidad que los gobiernos no quieren ver ni atajar: los niños sicarios y los narco-niños.
“De enero al 31 de diciembre, sumaron 67 los menores de edad y adolescentes que perdieron la vida en la mayoría de los casos, por arma de fuego, aunque otros se derivaron por odio o porque los homicidas tenían alguna enfermedad mental; entre estas víctimas, hay 20 mujeres, aunque la mayoría de los ejecutados fueron varones y es que de acuerdo a las propias autoridades estatales y organismo no gubernamentales, cada vez es más recurrente la incursión de los menores de edad en las filas de los grupos criminales, por necesidad derivada de la pobreza, por avaricia, por glamour, por amor y por la narco cultura que impera en esta entidad”.
Por si esto fuera un simple intento de exhibir al Estado fallido en que vivimos, Causa en Común, organización de la sociedad civil dedicada la investigación y difusión de datos en materia de políticas de seguridad que encabeza María Elena Morera, dio a conocer resultados de último trabajo donde se establece que en el 2022, los estados “donde se registraron más noticias de atrocidades fueron Baja California, con al menos 508; seguido por Guanajuato, con 477; Michoacán, con 366; Morelos, con 352; y Estado de México, con al menos 252”.
Además de informar que si bien en todo el país se acumularon al menos 10 mil 799 víctimas de atrocidades. Los estados con incidencias de este tipo durante el periodo fueron: “Chiapas, con al menos mil 370; Veracruz, con mil 198; Guanajuato, con 763; Puebla, con 683; y Michoacán, con al menos 622”.
Bajo este panorama, los hechos irrebatibles por sus cifras expuestas, dejan claro que el fracaso de la estrategia de abrazos y no balazos, llevan a México y a Michoacán, a prever que este 2023, será el peor año en materia de ejecuciones y con ello, se podría ya hablar de los “muertos de López Obrador, como antes se estigmatizara a Felipe Calderón y al propio Enrique Peña Nieto.
De no contenerse la tendencia, sin duda, Morena y sus gobernantes cargarán con su propia estadística macabra como estigma indeleble de su complacencia y omisión para encarar a los narco aliados, que siguen más que a sus anchas, sembrando el terror, la violencia y la muerte, sin que nadie se los impida.
Lo que es un hecho irrebatible es que hoy día “muerte” se escribe con la misma “M” de Morena, de México y su obradorismo o Michoacán del bedollismo,
Vale…