Jorge Hidalgo Lugo
Si hubo ingenuos quienes desde la oficialidad pensaron que Donald Trump sólo blofeaba con sus amenazas, hoy no sólo rumian su coraje sino además han debido salir del letargo y en actitud por demás oportunista permeada de patrioterismo insufrible, se lanzan al ataque mediático con el manido discurso de luchar por la “defensa de la soberanía” y dejar bien claro que “no somos tierra de conquista”.
Defensa de una soberanía que hoy sólo gozan los narco criminales aliados al narco partido del narco gobierno, y una tierra de conquista que sigue en disputa por los cárteles que tienen a México convertido en un macabro e inmenso camposanto con más de 20 mil ejecutados y miles de desaparecidos, no se diga miles de desplazados que eso sí, nunca han merecido un lance tan espectacular como los que en las últimas horas han tenido los despreciables miembros de la nueva mafia en el poder.
El arrogante mandatario estadunidense, parecen olvidarlo los ingenuos que con su mayoría parlamentaria han destruido el México institucional en apenas 100 días, se ha plegado a lo que ofertó durante su campaña y que fueron acciones inmediatas a cumplir en los primeros minutos luego de su toma de protesta.
Así como en su momento los miembros de Morena y sus promiscuos aliados hicieron gala de poderío para exterminar el México institucional en menos de tres meses, hoy los republicanos con el magnate del bisoñe al frente de la nación americana, van en pos de arreglar lo que dicen les corresponde para dar a su país una nueva “era dorada y poner fin al declive”.
Alardes del poder absoluto que allende la frontera sí contempla a sus gobernados todos, pero que en México se redujo a unos cuantos con todo y los menesterosos del bienestar incluidos que siguen pepenando con los programas asistencialistas pero cuyos beneficios no alcanzarán a la grandes mayorías que hoy se pasean como zombis, perturbados y atónitos ante el embate de los criminales que se han hecho sentir como lo que son: el auténtico y único poder que impera y debe ser respetado a costa de lo que sea.
Aplicada la misma receta que el narco partido ha utilizado en contra de los mexicanos, los republicanos hacen lo propio y eso es lo que realmente tiene apanicados a los integrantes de la nueva mafia en el poder porque más allá de su aparente preocupación por la deportación masiva que se anuncia operará en contra de mexicanos allende la frontera, su real zozobra está en ser descubiertas complicidades y alianzas trazadas con células criminales, que les permitieron llegar a encabezar gubernaturas y obtener el Ejecutivo que hoy mantienen en sus alforjas.
Esto es, que la retórica manipuladora de un exhibido interés porque no se lastimen los “derechos humanos” de los potenciales deportados con esta agresiva medida que comenzará a operar en los próximos días, sólo es mascarada o cortina de humo, ante el pánico que en la persecución de objetivos criminales quede al descubierto el cochinero que tienen con la complicidad hasta hora intacta, narcos y gobernantes de Morena y sus promiscuos aliados.
Escucharlos ladrar como perros apaleados que no cederán un ápice de soberanía, no sólo es patético sino resulta ridículo y nada convincente, luego que esos mismos actores políticos nunca, jamás, han reclamado la entrega del territorio nacional a las células criminales.
Como también les han valido poco menos que máderes, los derechos humanos que se han pisoteado impunemente como los de esos miles de trabajadores a quienes quitaron sus ahorros de las Afores.
O de los despedidos por la desaparición del Poder Judicial, de los niños que mueren de cáncer por falta de atención médica, igual de los enfermos que suman meses sin poder surtir una receta médica, no se diga los de las víctimas mortales por disputa de los cárteles, incluyendo mujeres, niños, ancianos y miembros de pueblos originarios.
Durante todo el baño de sangre que tiñe al narco país creado por el narco partido hoy en el poder, nunca, jamás, hubo esos desplegados que hoy circulan y firman gobernadores impresentables surgidos precisamente de esa alianza sospechosa como el de Michoacán, Tabasco, Sinaloa, Tamaulipas, Morelos, Guerrero, Sonora, Colima, Zacatecas, Estado de México y todos los suscribientes que con un oportunismo miserable creen llegado el momento de alzar un poco de gloria ajena.
Porque ninguno de ellos ha hecho nada tampoco por retener a nuestros migrantes, mucho menos se han ocupa ya no digamos preocupado, por los escenarios sangrientos que arman los narco aliados a quienes les dejan actuar a manga ancha por temor o complicidad.
Y si de cinismo estamos hablando, qué decir de quienes suenan tambores de guerra y alertan estar atentos para defender la soberanía del país y seguramente convocarán a que los menesterosos del bienestar para que se armen con resortes, pistolas de diábolos o con lo que puedan, y salir a combatir a los marines o grupos de élite cuando la invasión de tropas yankis nos agobien.
Porque en todo caso, esos convocantes a combatir “masiosare un extraño enemigo” tuvieran algo qué festejar el 10 de mayo, entonces deberían alentar a los grupos criminales cuyas armas y tácticas belicosas, pueden dar mejor resultado pues a final de cuentas ellos son los objetivos de los presuntos invasores que enviará Trump.
Sería buen ejercicio morboso contemplar como los que incendian pueblos y comunidades en sus disputas internas colocan artefactos explosivos para minar caminos y exterminar rivales, hacen huir a poblaciones enteras por su belicosidad rabiosa e incontenible, se encaran con los US Army a ver a cómo les toca.
Claro que como segunda reserva estarían los miembros de la élite castrense, aunque desencanchados por ahora dedicarse a labores ajenas a la milicia y ser parte de la corrupción que se da en la función pública a manos libres, antes sólo privilegio de civiles, para entrar a la refriega y cuidar los fuertes ya sea en zonas fronterizas como en puertos.
Por supuesto que en la refriega deberán poner el pecho a las balas, los impúdicos vividores que conforman la clase política morenarca y con ello respaldar sus incendiadas arengas con heroicidades en el campo de batalla. Todo porque son quienes más se desgañitan con su convocatoria para defender “nuestra soberanía”.
Así mientras esperamos la disputa de lo que sería algo semejante a un bodrio cinematográfico que bien pudiera titularse “Rambo vs el Águila Descalza”, no perdamos de vista la actitud que ahora asume la Señora Presidente quien ha ido cambiando el tono contestatario y bravucón, al de una aliada, que busca serlo, como lo dejó asentado apenas horas después de la llegada del petirrojo a la Casa Blanca.
Porque de los estúpidos lances obradoristas donde con burla y sonrisas sardónicas decía que iba a “acusar con sus mamás” a los criminales, o autoerigirse como defensor de sus derechos humanos, “porque también son personas”, hasta culminar con los “abrazos no balazos” con que les dio manga ancha para hacer de México un narco país como pago de los favores recibidos en efectivo y acciones fraudulentas en comicios, al menos la Científica dijo algo que no debe haberle caído muy bien a su marionetero macuspano:
“Todos queremos combatir a los carteles de la droga, eso es evidente, ¿qué hay que hacer?, hay que coordinar esfuerzos, hay que colaborar. Ellos en su territorio, nosotros en nuestro territorio, que permita que cada uno actúe en nuestro marco”.
Todo bajo el contexto de aceptar públicamente que el gobierno de Estados Unidos tendrá un lapso de dos semanas para determinar qué cárteles del narcotráfico mexicano serán ingresados a la lista de organizaciones terroristas.
“Estados Unidos podrá actuar en su territorio dentro del marco de su Constitución. México defenderá su soberanía e independencia. Podremos coordinar acciones, pero nosotros somos un país independiente…”, dijo como para quedar bien con dios y con el diablo.
Sin embargo, como lo escupió en la recta final de su mandato el que dicen ya anda prófugo y refugiado en Cuba:
“¡Lo mejor es que lo peor está por venir!”…
Vale…