J. Salatiel Arroyo Zamora
Unas horas de protestas, de elementos de la Guardia Civil, bastaron para que el General José Alfredo Ortega Reyes fuera destituido como titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán. Los trabajadores del Sistema Penitenciario del Estado habían superado el mes de manifestaciones, estando a punto de desfallecer, pues el gobierno de la 4T le apostó al desgaste anímico del movimiento, antes de dar solución a sus demandas de mejora salarial (tienen nueve años percibiendo el mismo sueldo), además de la compensación de BanBajio, y la exigencia principal: la destitución del Coordinador General, Ignacio Mendoza Jiménez.
De no ser respaldados por la diputada Margarita López Pérez, activista, defensora de los derechos humanos y fundadora de colectivos de madres buscadoras de hijos desaparecidos, los trabajadores de los CERESOS hace tiempo hubiesen sido vencidos en su lucha, humillados, perseguidos, hostigados, despedidos, algunos procesados, torturados y hasta desaparecidos (literal), y no exagero.
Pues el poderío de Ignacio Mendoza Jiménez lo hacen intocable e inamovible. Ya que su fuente de dominio procede de una de las dinastías más poderosa de México: la familia Cárdenas, y de su hermano Gabriel, ex Secretario de Seguridad Pública con Lázaro Cárdenas Batel y hoy Secretario Técnico del Consejo de Seguridad Nacional, no obstante estar involucrado en el caso de Odebrecht.
Luego entonces, resulta más fácil que Alfredo Ramírez Bedolla sea expulsado de la gubernatura del estado, que Jiménez Mendoza deje de hacer lucrativos negocios con el poder público del gobierno de Michoacán y con sus clientes cautivos, que son los internos de los centros penitenciarios, incluidos los custodios, convertidos todos ellos en sus esclavos, que son exprimidos, explotados y ultrajados.
Confirmándose la teoría de que, nadie puede causar más perjuicio a un hombre encumbrado y protegido por el poder, que él mismo. Lo que sucede cuando la excesiva protección le confiere seguridad en demasía, hasta convertirse en arrogancia turbadora, que contribuye en trastornos de la personalidad, generando incluso psicopatías, conductas antisociales, que derivan en la vulneración de los derechos de los demás y en la ausencia de remordimientos. Es cuando comúnmente se dice: “el poder los toca, trastorna y pierde”.
Eso le sucedió a Ignacio Mendoza Jiménez, contra él no pudieron los abusos cometidos en perjuicio de los internos de los CERESOS, los maltratos, violación a sus garantías elementales, obligarlos a comprar comida, agua y todo producto de consumo a sus proveedores. Tampoco le causaron mella las protestas de centenares de trabajadores de los centros penitenciarios, ni los excesos cometidos en detrimento de ciertos Notarios Públicos… nada podría con él, si no lo era él mismo. Pues el gobierno lo cuida y protege, personas como él resultan útiles al régimen “transformador”.
Pero la arrogancia lo perdió y un problema prácticamente doméstico le ha nublado la ruta, temporalmente. Ello no significa que esté acabado, de ninguna manera, los negocios en los CERESOS y otros, son suyos. Nada más se cambia de administrador, mientras él vacaciona.
Insisto, nadie podría contra Mendoza Jiménez, menos obligarlo a dejar -formalmente- la Coordinación General del Sistema Penitenciario en la entidad, desde donde había proyectado arribar a la Secretaría de Seguridad Pública o a la Fiscalía General del Estado, aprovechando para esta última, la mayoría de Morena en la próxima legislatura y el entreguismo de la supuesta oposición partidista. Lo que, a pesar del antecedente penal que acaba de auto generarse, no está descartado.
Si su hermano, por obra y gracia de AMLO es alto directivo en el Sistema de Seguridad Nacional estando vinculado al mega fraude de Odebrecht y haber facilitado durante el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel el inicio de operaciones abiertas del crimen organizado en Michoacán, ni modo que, a él, a Ignacio Mendoza, le vaya a afectar andar secuestrando y torturando personas. Eso al rato lo resuelve y hasta disculpas se le andan ofreciendo. Para eso es el poder en la 4T: para ejercerlo de manera arbitraria y sobre quien sea.
Pero, por lo pronto, durante unos días más, en lo que se crean más “cortinas de humo” y otros distractores en forma de escándalos o eventos de terror colectivo, su caso estará presente, aun cuando la mayoría de los medios “masivos” de comunicación en Michoacán le restaron importancia al hecho de haber sido denunciado por un joven que presentó querella ante la Fiscalía General del Estado y desde donde grabó y difundió un video denunciado y aportando elementos de prueba de su dicho, con nombres y apellidos.
La víctima, visiblemente afectado emocionalmente, a causa de haber padecido alguna situación traumática, manifestó llamarse Carlos Escobedo Suárez, cuya ficha de búsqueda en el portal de El Despertar se había difundido días antes, al considerársele personas desaparecida o no localizada.
El día martes, 20 de agosto, Carlos acudió a la Fiscalía, donde manifestó ser empleado de la Notaría Publica 192, a cargo de la esposa de Mendoza Jiménez, y que, el día sábado 17 fue privado de la libertad por el Coordinador del Sistema Penitenciario, su esposa, hijos y escoltas del gobierno del estado al servicio de Ignacio Mendoza. Quienes, además de mantenerlo cautivo, lo torturaron con descargas eléctricas, piquetes y rasguños, durante todo el día, liberándolo por la noche del mismo sábado. Razón por la cual acudió ante la representación social a presentar denuncia por delitos de Lesa Humanidad en contra de los funcionarios públicos y familia.
INDOLENCIA PARTIDISTA ANTE TRAGEDIAS DE MICHOACANOS
La apatía de las dirigencias partidistas y representaciones populares (alcaldes, diputados locales, federales y Senadores) de “oposición”, ante las tragedias que padecen los michoacanos, es insultante. Se han dedicado a guardar silencio y asumir una actitud complaciente con los abusos de los gobiernos de la 4T en sus tres niveles, solapando el acceso a un autoritarismo procaz.
Memo Valencia, Octavio Ocampo y “Cuquita” Cabrera no han fijado posicionamientos respecto a la creciente inseguridad y violencia, ejecuciones colectivas, asesinatos de mujeres y niños, extorsiones a los aguacateros y productores de limón, levantones masivos, incluso de policías comunitarios… ni ahora ante las acusaciones y “renuncia” de un cercano colaborador externo de Lázaro Cárdenas Batel, recién nombrado jefe de la oficina de la presidenta electa de la república (cuyo hermano: Cuauhtémoc Cárdenas Batel, ha sido absuelto jurídicamente del desfalco cometido en la remodelación del Teatro Matamoros… más NO de la memoria histórica de los dignos).
Mejor un Sacerdote ha asumido esa responsabilidad, arriesgando su vida. Mientras los lideres partidistas “opositores” analizan la manera de formalizar la sumisión a la 4T sin verse tan entreguistas; pero, sobre todo, como seguir succionando los recursos públicos y otros bienes ajenos.
APARECEN CON VIDA LOS SIETE GUARDIAS COMUNALES
Afortunadamente han aparecido con vida los siete guardias comunales de La Cantera, municipio de Tangamandapio. De inmediato la oficina de comunicación social del gobierno del estado hizo alharaca, atribuyendo al gobernador Alfredo Ramírez el éxito del “rescate” de los policías privados de la libertad.
Reza el viejo adagio: “Piensa mal y acertarás”, y cuando se trata de seres tan perversos como los políticos, funcionarios y gobernantes, el sospechar de ellos debe ser siempre la primera línea de investigación. Son tan siniestros y tan grande su poderío, control y contacto con los poderes fácticos, que son capaces de haber ordenado o pedido el favor a algún grupo del crimen organizado para que privaran de la libertad a los Kuaris, para crear cortinas de humo, distractores, para desviar la atención de los escándalos que más les preocupan, como el de Ignacio Mendoza Jiménez, entre otros, y de paso erigirse en héroes.
Tácticas añejas, las anteriores, practicadas y bautizadas por los priistas como “la caja china”. Sin embargo, sus hijos putativos, que ahora impulsan la “transformación de la Patria” desde Morena, resultaron más malévolos. Siendo los priistas niños de pecho frente a tales abominaciones. Además, finalmente, a ellos, a los del poder popular, nadie los investigará. Se protegen entre sí con sus funcionarios.