J. Salatiel Arroyo Zamora
Desde el ámbito federal, estatal y municipal el partido de estado, hegemónico en la concentración del poder público y represivo, se encuentra en crisis severa, no solo en identidad ideológica, declaración de principios y programa de acción; si no en la praxis gubernamental, se dicen de izquierda, pero se conducen con voracidad material de derecha; afirman combatir la corrupción, y la arraigan más que nunca; juran no mentir, no robar y no traicionar y ni entre los dueños del poder y del movimiento se respetan, pues jamás se había visto una majadería de parte de los “poderes fácticos”, de los que representan al operador tras el trono, en contra de quien personifica al ejecutivo surgido de sus filas, o impuesta por ellos, como lo sucedido a la presidente Claudia Sheinbaum el domingo pasado.
La grosería y ultraje a la institución presidencial, por parte de sus “correligionarios”, que “cobijaban” y “honraban” al hijo de Andrés Manuel López Obrador, heredero de la marca de Morena y aspirante a la sucesión presidencial, es una muestra clara de la confrontación interna entre los seguidores de AMLO (y este mismo) en perjuicio de Claudia Sheinbaum y su gobierno. Fractura que debilita al poder institucional y al movimiento político en el poder. Crisis que se incrementa con la presión del gobierno de USA, la creciente ola de terror y los macabros descubrimientos, denunciados mediáticamente hace tres años, y que recientemente han sido corroborados con el hallazgo de centros de entrenamiento y exterminio, no sólo en Jalisco, sino en diferentes lugares del país.
Deterioro político y partidista que se experimenta también en Michoacán, donde el desgaste del gobierno, en detrimento del partido, resulta más evidente; comenzando por la forma tan cuestionada en la que Morena “arrasó” electoralmente en la región de Tierra Caliente del Valle de Apatzingán y la Costa, con Alfredo Ramírez y Leonel Godoy.
Se continuó el demérito con la repartición de secretarías de estado a los caciques del PRI y el resto de posiciones de primer nivel en el gabinete fueron entregadas a los ex colaboradores, socios, aliados y seguidores del considerado (por ellos mismos) acérrimo “enemigo” de la 4T: Silvano Aureoles Conejo. Entre quienes se encuentra el mismo gobernador del estado, que fungió como presidente de la dirigencia estatal del PRD y su empleado en la Secretaría de Economía, así como el Secretario de Gobierno y la mayor parte de los funcionarios actuales.
Los propios líderes de opinión, los ideólogos del partido, en sus encuentros, talleres y asambleas han empezado a aceptar que, al menos en Michoacán, Morena se está derrumbando, pues el gobierno del estado no está cumpliendo las expectativas de quienes por él votaron. No puede siquiera hacer bien los cimientos de la 4T, ya no hablemos del “Segundo Piso”. A parte el gobierno está compuesto en su gran mayoría por Silvanistas, priistas y mucha escoria que no sabemos de donde salió y a lo único que van es por dinero.
“Necesitamos hacer un grupo fuerte que rescate a Morena en Michoacán… o hacer otro partido, hay que reunirse, debatir y ver que es lo que se va hacer ante el mal giro y la mala tendencia que llevan las cosas hoy en Michoacán”, son las reflexiones de algunos pensadores de la 4T en el Estado.
Esa contradicción ideológica, ética y política del gobierno morenista de Michoacán, se adereza con la ruptura, aparentemente irreconciliable, entre Alfredo Ramírez Bedolla y su secretario, Carlos Torres Piña, con el Senador Raúl Morón Orozco y el diputado federal Leonel Godoy.
Estos últimos llevarían ventaja en la designación del futuro candidato a gobernador a favor del ex líder magisterial, amigo personal de la presidenta de la república, y quien ya estaría sumando a su proyecto al Solio de Ocampo a integrantes del propio equipo de AMLO en el legislativo, así como a dirigentes nacionales de los partidos aliados. Por lo que la corriente Bedollista y ADN tendrían que impulsar a Fabiola Alanís Sámano, intentando imponer la propuesta de que sea mujer la favorecida en la designación, por “equidad de género”.
Una prueba irrefutable de que el gobernador no goza de la confianza del poder central, es la designación como Delegado de la Secretaría de Gobernación en Michoacán de Humberto Arróniz, “El Jarocho”, operador político del primer círculo de Raúl Morón, así como la del hijo de Leonel Godoy Rangel como Delegado de la SCT, luego de haber sido humillantemente lanzado -por el gobernador Ramírez Bedolla- de la Comisión Coordinadora del Transporte Público.
En la región oriente la situación de crisis en los gobiernos y el partido en el poder no es distinta. En Zitácuaro, en lugar de obras de impacto social, se continúa con los discursos aduladores (endulzadores de oídos y engañadores de incautos), promesas incumplidas -como esa de convertir al municipio en la capital financiera del estado- y la destrucción innecesaria de pavimentos para colocar parches donde había calles en buenas condiciones, en tanto las vialidades descuidadas lo seguirán estando.
Ante la ausencia de obras, se cacarean la realizadas por la federación, como la vía rápida a Maravatío, y se gasta en el arreglo de monumentos para justificar las erogaciones del presupuesto, que se gasta en despensas y otros artículos que utilizan los familiares cercanos al alcalde para “aceitar” su estructura electoral, pues no han dejado de realizar campaña con los recursos del municipio, atribuyéndose incluso la facultad de que, sin ser funcionarios formalmente, dispongan de los bienes del “pueblo”, y hasta prometer en las asambleas que darán la orden y mandarán a tal o cual secretario municipal para que atienda las necesidades de la población.
Las citadas irregularidades administrativas se suscitan sin que exitista órgano de control interno que realice las observaciones pertinentes, como si no hubiera representantes populares: sindica, regidores y diputadas. Aunque sí las hay, pero no se confrontarán con quien ostenta el poder en el ayuntamiento de Zitácuaro, pues eso es lo que precisamente también pretenden, para ellos (as) y sus familias. Prefieren distraerse en banalidades y la búsqueda de más poder y dinero, impulsando a sus hijos a cargos de magistrados, jueces y otros espacios de succión de recursos públicos.
Lo cierto, es que en ninguno de los tres niveles de gobierno existen fuerzas equilibradoras de los excesos del poder, ni corrientes criticas u observadoras que inciten a la reflexión y posible rectificación en quienes concentran la hegemonía de la dominación política. No hay oposición, social, ni partidista. En tanto, en Morena, se eliminó la conciencia crítica y participativa, la lucha popular se transformó en pragmatismo electoral y la fuerza ideológica se cambió por un desmedido apetito de poder y dinero, o capital e imperio.
La pasividad cómplice del partido, resulta obscena y decepcionante. Lo mismo que la desinformación y sumisión de la militancia.
Aun así, el control y disposición de los excesivos recursos públicos garantiza a la 4T amplia ventaja electoral sobre los disminuidos y avasallados adversarios, percibidos más como aliados que contrincantes. A nivel nacional morena impulsará al hijo de AMLO, convertido en secretario de organización de la dirección nacional del partido, sin más mérito que ser hijo de quien es y el abultado poder adquisitivo, obtenido con el mandato de su padre y los negocios poco transparentes al amparo de la dominación gubernamental.
El PRI se encuentra acabado, lo mismo que el PAN. La opción opositora nacional sería el hijo de Luis Donaldo Coloso Murrieta y el MC.
En Michoacán la candidatura de Morena a la gubernatura estaría entre Raúl Morón Orozco y Fabiola Alanís Sámano. Obviamente habrá muchos aspirantes, que tendrán el propósito de pujar para negociar.
En la oposición el candidato sería Alfonso Martínez Alcázar, presidente municipal de Morelia, postulado por el PAN, o como candidato ciudadano. Se pronostica que el PRI volverá a poner en práctica la estrategia de fracturar el voto opositor para favorecer a Morena, lanzando candidato propio débil. Lo mismo haría lo que queda del PRD, impulsar a la Senadora Araceli Saucedo, para hacerla declinar nuevamente.
Morena en Michoacán, además del PVEM, PT y cacicazgos priistas, también tiene de aliados al PRI y PRD. Así que la pugna más férrea será interna, pues hacia el exterior difícilmente existirán adversarios competitivos. La dominación es total, absoluta, ventajosa, desleal y antidemocrática.
En Zitácuaro, la ventaja es para la dinastía Ixtláhuac Orihuela, que mantienen en la nómina a los grupos, “lideres” y activistas de todas las estructuras políticas y electorales (propias y ajenas). Los que no cobran directamente, son proveedores o beneficiados con otros privilegios y favores.
También están las señoras diputadas de los partidos aliados (Morena y PT), pero nada más levantarán la mano para negociar el cambio de posición, pero las candidaturas serán para Toño y sus hermanos, quienes ya andan en plena pre de pre campaña, repartiendo despensas y prometiendo obras uno, desde fuera de la oficialidad, y la otra realizando “labor social” desde el DIF municipal.
Mientras que la oposición no se deja ver, ni sentir. Tampoco la posibilidad de precandidaturas sólidas y serias. Al menos no por el momento.