En la colaboración anterior abordamos el tema de “Los Traidores de la Política”. Los que no existirían si la sociedad, además de estar bien informada, fuese más analítica, reflexiva, participativa y exigente con la clase política, que deje de ser ingenua ante los lobos depredadores que se camuflan con piel de corderos y no permita seguir siendo cómplice de criminales infiltrados en esa noble labor, que se supone tiene como fin el bien común de la colectividad y llevarla a planos superiores de desarrollo y bienestar. Pero normalmente resultan más cómodas las mentiras dulces y la esperanza de cambio, que aceptar la amarga realidad y en verdad arriesgarse para transformarla en beneficio de todos.
Empezando por combatir el centralismo del poder, por el bien de los mismos que lo ostentan (que se trastornan con el), que se les confió no para ejercerlo de manera dictatorial, sino obedeciendo a la verdad, la razón y la justicia. O ya de menos apegándose a los principios del partido que los llevó a ser gobierno, y ahí los que llevan mano son los militantes del mismo, que, en lugar de convertirse en sumisos alcahuetes, cómplices y hasta defensores de los corruptos y arbitrarios gobernantes y funcionarios, erigirse en celosos guardianes de los documentos básicos y escrupulosos vigilantes del ejercicio gubernamental.
Hace algunos meses Antonio Soto Sánchez, desde el lugar de privilegio, que durante más de 30 años tuvo en el PRD, despotricaba en contra de Andrés Manuel López Obrador, acusándolo de ser el peor presidente en la historia de México, comparándolo con Porfirio Díaz y afirmando que los mexicanos con AMLO estamos peor que como estábamos con los gobiernos del PRI y del PAN, que los de Morena son unos corruptos… entre una serie de descalificaciones a la figura máxima del movimiento transformador del país.
Después renunciaría al PRD, bajo el pretexto de no estar de acuerdo con la disolución de la fracción parlamentaria del Sol Azteca en el Congreso del Estado. Pero argumentando “convicción” –jamás intereses personales- porque “Michoacán nos ocupa a todos sin distingo de ideologías, ni colores partidistas, solo con la convicción (nuevamente) y el compromiso de servir en beneficio de las y los michoacanos…”
Si para la retórica y demagogia son buenos, y no nada más lo Morenos… hasta yo me la andaba
creyendo.
Contrario a lo que tradicionalmente sucede con los adversarios al régimen obradorista, de aquellos que tienen la osadía de disentir o ejercer el derecho a la libre manifestación de las ideas, que en respuesta son vituperados, reprendidos y hostigados, en Michoacán a Soto Sánchez se le premió, convirtiéndolo, personalmente el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, en “Jefe de Oficinas Sectoriales” del gobierno del estado, con un sueldo no menor a los 60 mil pesos mensuales. Lo bueno, es que su aportación a los michoacanos es por “convicción” y seguramente, por congruencia, renunciará a cualquier emolumento. Posiblemente hasta devuelva parte de lo que ha recibido de los impuestos de sus queridos conciudadanos, en diversos cargos que ha ostentado, pues a otra cosa no se ha dedicado.
Mientras la fanaticada es feliz con una pensión de 6 mil pesos bimestrales o una Beca de Jóvenes
Construyendo el Futuro que en ocasiones estos últimos no devengan, ni méritos de excelencia académica, dedicación o entrega tienen para disfrutarla, pero que a todos nos cuestan (lo mismo que el ingreso de los parásitos engaña bobos). Aunque los militantes fundadores, algunos talentosos y con el perfil profesional, han sido excluidos para aportar sus capacidades en el ejercicio del gobierno y tener la oportunidad de un ingreso, pues son elementos utilizables y desechables, ajenos a los pactos perversos entre las cúpulas o “mafias” del poder.
PRIISTAS “INOCENTES” IGUAL QUE LOS FUNDADORES MORENOS DE A PIE
Algo parecido a lo antes descrito sucedió en Zitácuaro, pero en el PRI, el partido padre, formador de las conciencias de los que hoy mandan en Morena, por ello la similitud de conductas.
En el PRI, la CNC ha sido el sector mayoritario y más noble, por tener entre sus filas a los trabajadores del campo, productores de alimentos, mujeres y hombres de trabajo, dedicados a dar vida, más que a la política. Tal vez por ello sean un tanto ingenuos, cándidos e inocentes, victimas fáciles de vivales.
El sábado pasado en Zitácuaro se llevó a cabo una concentración regional de cenecistas, presidida por la lideresa nacional de dicha organización campesina. Lo extraño, es que entre los pocos oradores se dio la oportunidad al ex presidente municipal Juan Carlos Campos Ponce, declarado aspirante a candidato a la presidencia o diputación local… lo cual no tiene nada de malo, está en su derecho, aun cuando fue denunciado e inhabilitado durante tres años para ejercer cargos públicos, al demostrarse que incurrió en “faltas administrativas”, sanción con sabor más a premio, que a la amargura del castigo, pues lo mandaron a descansar, como si le hiciera falta trabajar con lo que “ahorró”. Por lo que, se duda que con dicha “condena” alguien sea capaz de rehabilitarse. Más bien incentiva a reincidir.
Pero ese no es el problema, él ya cumplió y está en su derecho de participar. Lo grave, es la incongruencia de los militantes y dirigentes del partido, en este caso también de la CNC. Primero, porque Campos Ponce ha participado en Morena, incluso manifestando su respaldo a candidatos de dicho partido, y con ello traicionando al suyo.
Grave también resulta que los priistas del municipio y los dirigentes de la CNC con ese antecedente le hayan tendido la mesa y servido de tapete para su lucimiento personal… peor aún, arrebatar esa oportunidad a los cuadros leales del sector campesino, del que Campos Ponce no forma parte, pues jamás he conocido que se dedique a labores agrícolas. Sí ahora ya tiene su parcela y la trabaja, me retracto y felicito a los cenecistas por acoger a tan distinguido y leal agrarista.
ZITÁCUARO MAL y DE MALAS
A muchos nos consta que Juan Antonio Ixtláhuac, presidente de Zitácuaro, es un político inteligente, activo, carismático y con aspiraciones de trascender más allá del ámbito regional, pero tal vez sus funcionarios, asesores y operadores lo están engañando, diseñando y ejecutando planes de gobierno que poco o nada abonan a las seguridad, desarrollo y bienestar de la población.
Citaré dos ejemplos de eventos realizados durante la semana que no tienen razón de ser o se usan nada más como distractores de la complicada realidad que padece el municipio, en materia de seguridad pública y económica, pero particularmente del constante endeudamiento del municipio, en diciembre por 30 millones y ahora el Cabildo ha aprobado un nuevo empréstito por 41 millones de pesos. Sin embargo, nuestro gobierno alardea que Zitácuaro se convertirá en la capital económica del estado de Michoacán.
Precisamente uno de esos eventos realizados en la semana, fue para elogiar a la empresa Arauco,
porque generará fuerte derrama financiera en Zitácuaro y la región. Insisto que dicho espectáculo de gratitud a Arauco no tiene razón de ser, porque, con o sin zalamerías, esa empresa ampliará su planta en la ex RexCel, y no porque esté considerando traer beneficios a los habitantes de la región, sino porque así le conviene a esa transnacional, ya ha realizado estudios que satisfacen sus requerimientos, sobre todo de materia prima, que consiste en recursos maderables y agua.
Ya hemos informado en otras colaboraciones que Arauco es un poderoso y peligroso depredador del medio ambiente, que incluso en su país de origen (Chile), ha causado graves devastaciones con la contaminación de agua, emisiones tóxicas al medio ambiente y deforestación de áreas protegidas.
En eso es en lo que deben estar enfocadas las autoridades, en prevenir la protección de nuestros recursos naturales y el cuidado al medio ambiente, no en andar pretendiendo agradar y quedar bien con el multimillonario consorcio que desaparece bosques, contamina ríos y manantiales y envenena el aire.
El otro evento fue un reconocimiento a 100 zitacuarenses que nos llenan de orgullo… y opino que ese espectáculo también resulta innecesario, porque los ovacionados ya saben que efectivamente nos llenan de orgullo, y no son 100, sino muchos más. Por lo que no necesitan que se les ande “reconociendo”, normalmente las personas talentosas no requieren que les inflen el ego, menos las virtuosas, pues hacen lo que les nace, no porque anden buscando promoción, mucho menos se les use como instrumentos para un espectáculo circense, que tiene como propósito seducirlos y engañar a la población, haciendo creer que todo en el municipio marcha bien, que hay recursos para eso y más, así como tiempo en nuestro gobierno para ocuparse de nimiedades. Cuando a la mayoría lo que nos preocupa, ocupa e interesa, es estar seguros, en paz y trabajando.