J. Salatiel Arroyo Zamora
En lo personal, considero que no es momento de buscar culpables, pero sí de aprender de las experiencias, para que los acontecimientos negativos no vuelvan a repetirse. Además de entender la magnitud del problema en el que nos encontramos inmersos y aceptar que nuestro país está sumergido en una aguda crisis de valores, descomposición moral y confusión ética de la sociedad, que ha degenerado en actos de terrorismo en contra de la misma población.
Situación de violencia monstruosa, que se agrava con la dirección en el país de mandatarios que han perdido la razón, que ven como enemigos a los adversarios políticos, a los periodistas, académicos, científicos e investigadores y todo aquél sujeto que se atreva a razonar y sus reflexiones no coincidan con los disparates de los que gobiernan. A estos, se les declara la guerra y se les somete a un feroz linchamiento mediático, persecución jurídica y económica, antes que tocar con los “pétalos de una rosa” a los que literalmente están masacrando al “pueblo bueno y sabio”.
Frente a esas desviaciones de mandatarios y lideres políticos nacionales, a los gobernados no nos queda otra alternativa que refugiarnos en la prudencia, como estrategia de sobrevivencia. Cuidarnos a nosotros mismos y a los que dependan de uno. Si nos consta que los problemas más graves o mortales que enfrentamos, son la inseguridad pública y de salud, por la incapacidad del estado de controlar a los grupos del crimen organizado (ahora es al revés, esos grupos son los que controlan al estado: integrado por gobierno, población y territorio), así como la ineptitud para tratar la ola de contagios y falta de suministros para atender a los contagiados, resulta de vital importancia que los gobiernos estatales, municipales y la población, tomen las respectivas medidas preventivas.
Por ejemplo, con un poco de sensatez la tragedia del domingo (en Zitácuaro) pudo haberse evitado y esos siete u ochos asesinados, estarían vivos, disfrutando de sus familias, ahorrándoles el desgarrador dolor de no volverlos a ver jamás.
Hoy, todo son justificaciones y reparto de culpas, pero pasados los días se volverán a cometer los mismos errores y se repetirán las consecuencias.
La autoridad local argumenta que no había permiso para el establecimiento y operación de palenques, que donde sucedieron los hechos era clandestino… si era ¿Por qué no fue clausurado? Seguramente argumentarán que ignoraban estuviera funcionando, lo cual también es falso, pues la policía tiene la obligación de cubrir con vigilancia cada rincón del municipio y el palenque, donde sucedieron los hechos el domingo, fue instalado a unos metros del cuartel de la policía municipal.
Esa costumbre de las peleas de gallos tiene años realizándose en todo lo largo y ancho de la geografía municipal, es rara la tenencia en la que no se haya instalado un palenque, durante la presente administración. Y seguro estoy, que la mayoría ha contado con el respectivo permiso de la Secretaría de Gobernación Federal y la anuencia del gobierno municipal, a través de alguien que seguramente le está “picando los ojos” a sus jefes.
Ojalá la lección haya servido para no apartarse de las normas, ni jurídicas, mucho menos de las morales, y evitar que más hogares se sigan enlutando por imprudencia y ambición.
De la realización del jaripeo baile, que también se llevó a cabo ese mismo día y que afortunadamente no hubo desgracias que lamentar, también generó críticas, que son normales en los insatisfechos de siempre, esos que todo lo condenan, que exigen reactivación de la economía, trabajo para las empresas de espectáculos, ingresos para las agrupaciones musicales, salarios para meseros, dueños de sonidos, etcétera; pero, cuando se concede esa oportunidad, arguyen que se están fomentando los contagios de Coronavirus.
Creo que ahí ya depende de cada quién, somos adultos y debemos asumir las consecuencias de nuestros actos.
También, para no ser víctima de un hecho violento, ni parte de las estadísticas, tratar de no estar, ni transitar por lugares de riesgo, en horas inadecuadas, ni juntarse con personas que atraigan problemas. Pero, sobre todo, cuidar a los hijos. Es momento de ser duros con su disciplina. Más vale ponerlos en orden nosotros, antes que otros lo hagan de manera violenta o hasta mortal. Investigar con quien se juntan, ponerlos a leer, a trabajar, no dejar espacio para el ocio, menos darles oportunidad de que anden “experimentado emociones fuertes” con sustancias adictivas.
El cinturón, ese con el que se educó a mi generación, sigue siendo el mejor guía, psicólogo y orientador. No duden en usarlo, es preferible mil quejas en derechos humanos por imponer respeto a las reglas en casa, que los tablazos o balazos que les darán otros. Pero, sobre todo, guiarlos con el ejemplo.
“TRANSFORMACIÓN” SIN CAMBIOS EN MICHOACÁN
En tres, pueden resumirse los problemas más graves de Michoacán: inseguridad pública, crisis financiera y de salud. De la inseguridad, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, ya adelantó que no le alcanzará el sexenio para resolverlo, aunque tampoco advirtió que estaríamos peor, que se incrementaría el número de ejecutados, incluyendo personas ajenas a los conflictos entre organizaciones delictivas y que el caos se convertiría en terror, intensificando las otras crisis, de desempleo y económica, por la ausencia de inversiones frente a la presión de las cuotas y temor a ser despojado y el patrimonio sea empleado para financiar esas “guerras”.
En concreto, en Michoacán, los de la 4T han resultado farsantes e ineptos para exterminar el cáncer de la inseguridad y violencia. Mientras el jefe supremo insiste en su “estrategia” de “abrazos y no balazos”, aunque sean precisamente los balazos los que están destrozando vidas y llevando a la ruina al país.
Frente a ese escenario, de indolencia y omisión en materia de seguridad pública, no queda más alternativa que huir del país, los que puedan hacerlo; o adaptarnos, los que no tenemos esa posibilidad.
Pero en materia económica se albergó la esperanza de que, con la llegada de la 4T, con un gobierno afín al presidente de la república, se nos levantara el castigo a los michoacanos, a través de apoyos financieros, con un incremento del presupuesto destinado a nuestro estado. Lo que se hizo, la federación nos favoreció con 7 mil millones de pesos más de lo destinado al último año de gobierno de Silvano Aureoles.
Pero, esos 73 mil millones de pesos son insuficientes para la “austeridad republicana” de la Cuarta Transformación en Michoacán, por lo que, el señor gobernador ha propuesto crear otro impuesto, otra carga tributaria para los contribuyentes, a través del pago del reemplacamiento de automóviles. Algo que ni Silvano Aureoles se atrevió hacer.
También se pretenden vender algunos inmuebles del gobierno del estado… eso que tanto le criticaron también a Silvano y no le permitieron hiciera. Así que la Cuarta Transformación en Michoacán es más de lo mismo, pero con versión empeorada. Porque se estaría engañando a ese pueblo bueno y sabio que confió en ellos, cuando le prometieron que no se generarían más impuestos, que afectan de manera negativa la raquítica economía de los michoacanos, golpeados por la crisis financiera y el desempleo, agudizados por la pandemia del COVID 19.
Si el gobierno de Alfredo Ramírez persiste con esa actitud, el electorado más temprano que tarde comenzará a extrañar a Silvano. Aquél vapuleado gobernante que, sin el apoyo del gobierno federal, no llevó a cabo el cobro del reemplacamiento, ni la venta del patrimonio del gobierno del estado. Y ahora Ramírez, quien cuenta con todo el respaldo del mandatario federal y promesas de AMLO, intenta perjudicar a los michoacanos con dicho gravamen y la enajenación de inmuebles públicos.
PUNTO A FAVOR DE LA FISCALÍA DE MICHOACÁN
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, la Fiscalía General del Estado de Michoacán, envió a los pobladores de la entidad un contundente mensaje y a los zitacuarenses un regalo: A los michoacanos, que el combate a la impunidad en los delitos del fuero común va en serio, que la justicia tarde o temprano llega. Y a los zitacuarenses, una demostración de que sí es posible, cuando existe voluntad, capacidad y persistencia, para llevar a los infractores ante la justicia.
Ese día: el 25 de noviembre, fue detenido, en el Estado de Hidalgo, el presunto feminicida de Danna Kenneth, joven zitacuarense encontrada sin vida el pasado 27 de junio, cuyo asesinato conmocionó a la población del municipio. Mi reconocimiento para Adrián López Solís, que una vez más, con hechos, demuestra su eficacia. Así como las razones por las cuales está al frente de dicha institución.