Boris González Ceja
Valentina Trespalacios, joven artista de 23 años, fue asesinada por su novio John Poulos en fechas recientes. Según algunas personas, Poulos está casado, tiene tres hijos, es cristiano y le prometió una vida nueva a la colombiana. La gente que lo conoció lo describe como un sujeto “celoso” y “compulsivo”. Era algo más que eso.
El dinero que empleaba con la DJ colombiana lo solicitó a los grupos de WhatsApp en los que estaba inscrito, a quienes pedía recursos, con el pretexto de pagar los gastos del tratamiento de cáncer de uno de sus hijos. Valentina y John se conocieron en la aplicación de citas Tinder y solo habían salido en tres ocasiones.
Este caso es emblemático, ya que expone una realidad que viven muchas personas con sus parejas; los celos patológicos, que en cierto momento pueden considerarse como una enfermedad mental, cuyo origen tiene que ver con la inseguridad, la baja autoestima y la posesión de la persona celosa, la búsqueda del poder y control sobre la pareja.
No importan las cualidades positivas que puedan tener las personas celosas, su estatus económico o qué tan preparadas académicamente se encuentren, los celos lastiman las relaciones de pareja, pero también dejan heridas personales y familiares que incluso llegan a afectar a los hijos en su proyecto de vida, lesionando su memoria y sus futuras relaciones sociales.
Por lo tanto, es importante que las personas que experimentan intenso sufrimiento derivado de los celos, busquen ayuda profesional.
Una relación sentimental saludable, tiene su base en la confianza en sí mismo y en el otro; en la libertad y en confiar en que las personas deben tener la capacidad para enfrentar un abandono, pero como se ha señalado, ante cualquier duda o conducta anormal, es importante acercarse con profesionales de la salud mental para orientarnos hacia la solución.
En la red social Tiktok https://www.tiktok.com/@psicologiaydc, la Asociación Mexicana de Psicología y Desarrollo Comunitario realiza actividades de difusión de la salud mental para informar a las personas sobre este y otros temas. También brindan atención profesional en sus modalidades virtual y presencial, con un carácter privado y confidencial.
Como puede observarse, los celos no son un problema personal, tiene que ver con la educación social en temas de psicología, con las habilidades socioemocionales con las que enseñemos a nuestros hijos e hijas, además de discutir estos temas en la mesa, ya que no viene el conocimiento sobre los celos con chip incluido en las personas ni en los genes: es un problema de lenguaje, educativo y de cultura.
Causas y Azares…
- Muchos son los políticos que hablan de salud mental; no obstante, el interés se queda únicamente en declaraciones, ya que no existen políticas públicas adecuadas, las leyes en la materia son por cumplir y las instituciones neoliberales siguen sin cambios sustanciales. No se garantiza la salud mental como un derecho humano para todos; en México la salud mental no es un derecho, sino un izquierdo.
- Me comparten mis colegas que los presupuestos de salud mental se siguen ejerciendo con opacidad y corrupción en varios gobiernos, desaseo que se puede palpar con acciones como la contratación de personal de manera unilateral y sin concursos públicos, hasta la asignación de puestos por dedazo de los políticos en turno. Tenemos mucho que aprender sobre ética y buenas prácticas, en contratación de personal de salud mental.
- El Instituto Mexicano del Seguro Social sigue sin atención profesional y sin un programa serio de psicología, derivando pacientes con diagnósticos erróneos desde sus consultorios, y generando más daño que soluciones en sus delegaciones, por lo que esperamos que sus directivos hagan algo en la materia: nos urgen directivos de salud como los de Dinamarca.
- Les comparto mi Twitter para que me escriban sus dudas y preguntas: https://mobile.twitter.com/borisgece
Hasta la próxima, que el tema de la envidia es muy español.