Boris González Ceja
La riqueza de una persona se mide generalmente por sus recursos económicos, pero pocos saben que la personalidad, la conducta y la psicología de las personas determinan el simbolismo de la posición económica; con esto quiero decir que la pobreza no solo es económica, sino que tiene que ver con el carácter de las personas para afrontar las vicisitudes de la vida, siendo la felicidad pareja con el pobre sin amargura que con el rico sin soberbia.
La pobreza económica la sostienen políticos y empresarios oportunistas que abusan de las personas en condición de vulnerabilidad, sobre todo propiciando condiciones socioculturales que algunas personas ven difícil romper, con brechas en los determinantes sociales. En México más de 60 millones de personas se encuentran con algún tipo de pobreza, y eso tiene su historia, sus resortes que la sostienen y un futuro por resolver.
Ahora con las nuevas campañas políticas pueden verse escenas donde mujeres, niños y hombres con pocos ingresos asisten a eventos para buscar un beneficio personal, alimentando la codicia de políticos organizados, siempre con la promesa de cambio (imaginaria).
Diversos estudios científicos se limitan a reducir el problema de la pobreza con elementos individuales, como si fuese una elección personal (una ofensa más del echaleganismo); llama la atención que resaltan algunos aspectos psicológicos como la personalidad, las enfermedades mentales, las diferencias en inteligencia y habilidades entre personas de la misma sociedad, así como diferencias en el desarrollo del lenguaje (algo que me parece fundamental en la vida psicológica de las personas), en la adquisición de nuevos conceptos (para no quedarse pensando que Peso Pluma es una expresión del Arte) o la motivación. Sin duda son elementos que hacen de una persona pobre o rica, pero aún hay más.
La pobreza es también en psicología fruto de brechas laborales, engaños políticos y abusos de la ignorancia contra las personas vulnerables, por lo que se requiere establecer alianzas con grupos fácticos para lograr llevar comida a la casa, o perderse en la soledad del individualismo moderno generado por el nuevo capitalismo.
¿Cómo puede una persona salir de la pobreza?
Muchas personas creen que las creencias, los supuestos y el pensamiento esotérico les marcan pautas en su vida, sin considerar los abusos que sufren en su núcleo familiar, con sus autoridades o con sus empleadores, reflexión necesaria para organizar las cuentas personales.
Otro elemento psicológico que actúa en la pobreza es la autoeficacia, que es la creencia personal de las propias capacidades en una situación, donde muchas personas se encuentran con minusvalía y con el carácter y personalidad golpeados, escindido o lacerado, evitando así que puedan luchar por sus derechos con lucidez, muchas veces quedándose solos sin organizar sus luchas.
El ser parte de unas redes de apoyo positivas ayuda mucho, sobre todo en comunidades donde la violencia es cotidiana, los ataques, las descalificaciones o los actos de desprecio que demeritan la dignidad avasallan a las personas.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares, el 46.7 por ciento de los hogares mexicanos sintieron preocupación de que la comida se acabara. El 12.6 por ciento de los hogares se quedaron sin comida; en el 14.3 por ciento de los hogares, hubo adultos que se quedaron sin comer, desayunar o cenar. De manera general, el 51.9 por ciento de los hogares experimentaron alguna dificultad para satisfacer sus necesidades alimentarias por falta de recursos (INEGI), lo que habla de problemas estructurales que seguimos padeciendo, y que se reflejan en violencia en las calles y en los hogares.
¿Primero los pobres? No lo creo, al menos no cuando se dice con hipocresía; tampoco estamos diciendo que primero los ricos, muchos de ellos amasando fortunas por actos ilegales e indignos. Primero las mujeres y los niños, sí, pero todos y parejo en su derecho (de lo contrario es otra dadiva u otro privilegio, muchas veces racista y clasista). Primero las calles para los estudiantes, para los trabajadores, no para los pobres delincuentes.
Una de las características de las personas en situación de pobreza es su carácter débil, personalidad que no termina de consolidarse, pero eso siempre puede cambiar, al igual que la pobreza que puede desaparecer: solo el entendimiento de lo que es el inconsciente nos permitirá salir de esta espiral de muerte, violencia y pobreza que vivimos en nuestras comunidades.
Causas y azares…
- Lamentamos que el Gobernador esté aplicando la propuesta de Salud Mental que le hicimos llegar, documento en mano, y no tengamos ningún crédito, eso habla más de él que de nosotros: esperamos que a la población le ayude.
- En días recientes, en todo el país, personal de salud se manifiesta en contra de su incorporación al IMSS-Bienestar, por considerar que otra vez el agandalle se hace presente en la Secretaria de Salud.
- Con procesos de contratación en la opacidad, a la medida de sus funcionarios, afectan al personal eventual en los servicios de salud: el dinosaurio no se fue, solo cambió el disfraz.
Hasta la próxima, que es igual de feliz el pobre sin amargura que el rico sin soberbia.
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