Somos nuestra memoria/Migrantes y salud mental

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Boris González Ceja

El sueño americano para muchas familias es una realidad, sobre todo por salir de ciudades con gobiernos corruptos, sin embargo, para algunas personas puede convertirse en una pesadilla que no se habían imaginado.

Quienes hemos estado en la Unión Americana sabemos la riqueza de su cultura (que en realidad son muchas y diversas), de sus paisajes, museos y sociedades admirables.

Para todo el mundo es un problema adaptarse a otro país, generando en ocasiones pasajes de depresión o ansiedad, pero el problema es cuando evoluciona a otras entidades como las adicciones, suplencia por estar lejos de su familia o por hechos traumáticos en su ruta migratoria, o por el maltratado de las personas locales o hasta de los mismos paisanos.

Sin embargo, para algunas personas, los problemas de salud mental, especialmente para migrantes, puede ser un dolor de cabeza. Diversas estadísticas nos dicen que el 30 % de los migrantes latinoamericanos llegan a sufrir de niveles de alcoholismo desenfrenado, donde las culturas latinas toman el consumo patológico como una válvula de escape para buscar un placer, pero en realidad es una falsa salida a su realidad. El impacto negativo es directo para las niñas y los niños que viven con personas alcohólicas.

Dentro de los principales problemas de salud mental de los migrantes tenemos el trastorno de ansiedad, que en realidad es una respuesta a otros problemas, por lo que la ansiedad es altamente tratable, pero solo 30% de las personas reciben atención profesional. Es común ser diagnosticado con ansiedad en la actualidad. Los síntomas pueden incluir preocupación excesiva, agitación, inquietud, dificultad para dormir, para respirar. El diagnóstico de ansiedad puede darse solamente por un psicólogo con cédula.

El trastorno de depresión mayor es la principal causa de discapacidad para las personas de 15 a 44 años en Estados Unidos. Este trastorno es más frecuente en mujeres que en hombres. Algunos de los síntomas incluyen estado de ánimo deprimido, disminución del interés o placer, cambio de peso, apetito y patrones de sueño, fatiga y una sensación de inutilidad. Esto sólo se puede diagnosticar mediante una consulta presencial o virtual con un profesional.

Otra afectación con la comunidad migrante son los trastornos bipolares, que afectan a hombres y mujeres por igual. La edad media para desarrollar un trastorno bipolar es de alrededor de 25 años. Aquellos que sufren de trastorno bipolar pueden experimentar episodios de manía o depresión, donde sus estados de ánimo son diferentes de lo normal. Estos cambios pueden incluir energía inusual, actividad disminuida o exaltada, así como patrones de sueño anormales. El diagnóstico del trastorno bipolar puede incluir un examen mental, una evaluación psicológica y un registro de su estado de ánimo por un periodo de tiempo.

La esquizofrenia es otro problema que llega a afectar a los migrantes y sus familias, caracterizada por alucinaciones y delirios, generado por diversas causas, entre otras por traumas que no fueron atendidos, por abusos contra la persona o por abusos generados por la misma persona.

Los migrantes también pueden llegar a tener trastorno de estrés postraumático, que se refiere a un problema de salud mental que algunas personas desarrollan tras experimentar o ver algún evento traumático. Este episodio puede poner en peligro la vida, como la guerra, un desastre natural, un accidente automovilístico o una agresión sexual. El suceso pudo acontecer hace muchos años y aparecer tiempo después, o mantener los síntomas por mucho tiempo, donde pacientes que atiendo me comentan que han vivido con estrés tóxico por más de 50 años.

Para los problemas mencionados anteriormente, utilizamos el poder de las redes sociales para darles atención 24/7 en distintos idiomas, y en https://www.instagram.com/psicologiaydc/ pueden obtener más información y contar con apoyo profesional.

Causas y azares…

  • Según la última evaluación que hemos realizado de servicios de salud en los Estados, hemos detectado abusos considerables en la asignación de espacios laborales, donde personas sin perfil profesional atienden en temas de salud mental, sólo meten a las personas por amistad o compadrazgo.
  • Según el INEGI, más del 60 % de la población en México se siente insegura, llegando hasta el 96 % en ciudades como Fresnillo, Zacatecas, donde el narcotráfico ha dominado la escena pública, y los abrazos no están dando resultados. 
  • El tráfico de influencias en el gobierno local y federal para las contrataciones públicas es tan extendido y normalizado, tanto que, si le preguntas a cualquier proveedor que por qué no concursa, dice que es obvio. ¿Qué le están heredando a sus hijos en su comunidad?

Hasta la próxima, que los actos de los hombres no merecen ni el fuego ni el cielo.

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